Diego Cocca y Rodrigo Ares de Parga no tenían argumento alguno para haber llegado a la Selección Mexicana de Futbol.
Uno, un técnico bicampeón ciertamente, pero sin la personalidad, capacidad, tamaños ni estilo para encabezar una verdadera renovación en el Tricolor, la cual sigue siendo urgente.
El otro, un directivo de pasado tristísimo en Pumas y Querétaro, lleno de soberbia, arrogancia y con ínfulas de poderoso, pero sobre todo ignorante en materia deportiva.
En manos de ese par de personajes estuvo el conjunto nacional durante casi cinco meses.
El futbol mexicano y su mala costumbre de hacer las cosas al revés, pues luego de tener al cuerpo técnico que sustituyó a Gerardo Martino y a los nuevos directivos en la Selección, se sacaron de la manga la figura de un comisionado de la FMF que, al menos, ya tomó una decisión ‘congruente’ al evitar un mayor deterioro.
La Selección Mexicana, que hasta hace algunos meses se topaba con su realidad ante grandes potencias y en escenarios mayúsculos, ahora toca piso y aterriza en su triste presente frente a combinados de la Concacaf.
Estados Unidos en la Liga de Naciones y Panamá Sub 23 en el Torneo Maurice Revello, superaron, humillaron y exhibieron todas las carencias de los representativos aztecas que ya no imponen respeto alguno en la zona (Concacaf) que dominaron por décadas.
La solución a una pobreza histórica y a una decadencia que no se ha podido frenar no pasa por el despido o llegada de un entrenador, pues la materia prima no cambia, los futbolistas son y serán prácticamente los mismos.
México no tiene a jugadores en la élite del balompié, pues los que están en Europa juegan en equipos de segundo nivel –salvo Hirving Lozano, que no es titular en su club–, mientras que los de la Liga MX son de medianos para abajo, salvo contadas excepciones.
Tras la decisión de despedir a Cocca cobra mayor relevancia la oportunidad histórica que dejaron pasar los ‘genios’ que dirigen los destinos del balompié nacional antes de imponer por dedazo al argentino: Jesús Martínez lo propuso, Andrés Fassi explicó a detalle que no había otro camino y a Marcelo Bielsa le interesaba la posibilidad de dirigir a México...
Era el entrenador ideal, con el ‘Loco’ se acabarían las recomendaciones de los directivos de los clubes para llamar o no a ciertos futbolistas, para usar tantos minutos a otros e incluso para negar a jugadores. Contratar a Bielsa representaba darle prioridad a la Selección Nacional. No pasó ni pasará, pues el estratega ya está en Uruguay.
Ahora será Jaime Lozano si se queda de forma permanente o llegará Guillermo Almada o algún otro que se podrían sacar de la manga; sin embargo, lo podrido no solo eran Cocca y Ares de Parga… Hay varios futbolistas que no tendrían que vestir nunca más la playera nacional.
A partir de una verdadera renovación del equipo se fincará un posible futuro menos turbio y oscuro, pero que quede claro: no será de la noche a la mañana ni por el cambio de timón en la dirección técnica.