LAS VEGAS — La Selección Mexicana ha aprendido algo más al llegar al Allegiant Stadium: sólo hay algo peor que la soledad y es el abandono.
A tres horas del juego ante Estados Unidos, el tráfico se había vuelto conflictivo. La afición mexicana tomaba por asalto las avenidas Polaris y Dean Martin, accesos directos al escenario.
El jueves pasado había una marabunta verde. A este texto se anexa un video. El estacionamiento principal a dos horas y media de que arranque el partido por el tercer lugar, el Juego del Purgatorio, ante Panamá, puede verse el espacio libre. Es una voz silencio de reclamo a la miseria futbolística mostrada por México ante Estados Unidos.
En el cruce de las avenidas Russell con Polaris y con Dean Martin, el jueves pasado, ya se agitaba una caravana llena de ruidos, banderas, camisetas, esperanza, rostros pintados, pero a diferencia de entonces, este domingo, hay más gente alborozada en la inclemencia del desierto de Las Vegas con 104 grados Fahrenheit (42 grados centígrados), que en los arededores del Allegiant.
¿Llegarán más tarde? Todo es posible con el aficionado mexicano, pero a las 12 horas con 27 minutos este era el panorama.
Boletos abundan, sólo que ni la afición estadounidense ni la canadiense ni la panameña está tan alborotada, como para repetir quizá el espectacular lleno del jueves pasado.
Si México vence a Panamá, aún corre riesgo el proceso de Diego Cocca. Si llega a perder con Panamá, ya no correría riesgos, estaría sentenciado.
Este lunes está programada una reunión entre dirigentes de la FMF, encabezados por Juan Carlos La Bomba Rodríguez, con Diego Cocca, para, con los resultados en la mano, escuchar sus explicaciones.
Mientras tanto, reportan que Jesús Martínez, quien dice que no es ya dueño del Pachuca, ha estado en comunicación con Emilio Azcárraga Jean y el mismo Rodríguez, ofreciendo los servicios de Guillermo Almada.
Panamá guarda respeto. Su entrenador Thomas Christiansen aseguró que “México es un animal herida, pero no rendido, y eso lo hace más peligroso”.