En la selección mexicana siempre tiene que haber un jugador, o más, con el carácter, bravura, pasión, coraje, liderazgo y hue... que significa ponerle orgullo, dignidad y valor. Un tipo que los tenga bien puestos.
Eso que algunos llaman amor propio, otros le dicen coraje, otros como Hugo Sánchez 'un par de narices', otros le dicen por su nombre, ese "Factor H" que no es H de habilidad, pero sí de mucho honor. Algo que no todo mundo lo pone al momento de vestir la camiseta de la selección mexicana, pero algunos lo han hecho de sobra.
Los partidos no se ganan nada más con eso, no se trata de enumerar a los que perjudican al equipo "echando bronca y acumulando tarjetas", sino los que arengaban y no "arrugaban" nunca. Un Tri sin un tipo así no se puede entender.
Un Alberto García Aspe, un Cuauhtémoc Blanco, un Tomás Boy o un Gerardo Torrado han sido el ingrediente que ha hecho que México esté en Octavos de Final de cada Copa del Mundo desde 1986.
Justo mencionar que antes de esa fecha estuvieron 'Halcón' Peña, Antonio Carbajal, Isidoro Díaz, 'Trompo' Carreño, Raúl Cárdenas, Salvador Reyes y otros tantos muy entrones.
Aquí la lista de los jugadores de más carácter:
11- Javier Hernández
Chicharito siempre ha sido bravo, no en el sentido de provocar, pero sí de entregar, correr, manotear, empujar y nunca bajar los brazos, aunque le tocado muchas veces salir la banca en los juegos importantes.
Con 11 jugadores con el corazón de Chicharito, México sería otra cosa.
10- Luis Hernández
Ese cabello teñido y calcetas bajas eran el terror de las defensas, pero no todo era talento, había lucha, fuerza, se engallaba con los defensas y sacaba del canasto todo el producto que se requería.
9- Ricardo Peláez
De mecha corta, pero un guerrero. Baste recordar su cabezazo ante Holanda en 1998 y la forma en que empujó al equipo para ir por el empate. Quien diga que Ricardo se guardó algo en algún partido, que se atreva a decírselo en la cara.
8- Oswaldo Sánchez
El pleno Mundial de 2006 murió su padre, fue a los servicios funerarios y regresó para rifársela en el arco por México.
Nadie gritaba tanto, arengaba más que Oswaldo. Algunos lo tachan de tribunero o lo condenan por 'pedir' clemencia a un David Suazo, pero eso no le quita lo valiente.
7- Luis García
Un gallo en la cancha con una media vuelta letal y una boca afilada para responder provocaciones. Ese par de narices estaban bien puestas con la casaca nacional.
6- Fernando Quirarte
Sheriff' que la rajaba donde fuera. Entrón como buen jalisciense y rudo cuando era necesario. Su muestra de orgullo y amor por la camiseta quedó más comprobado en 1986.
5- Gerardo Torrado
'El Borrego' fue el heredero del 'canasto con yemas y claras' del Tri que dejó García Aspe.
Primero sus rizos y luego su cabeza a rape pusieron orden el mediocampo y le bajaba los humos a los que pretendían intimidar.
4- Tomás Boy
En 1986 no existía el antecedente de una selección mexicana tozuda y recia. Pues esa con Muñoz, España, Aguirre y Boy lo era. Los tres primeros eran los "suavecitos", mientras que Tomás era la voz de mando y el pie talento, junto a Negrete.
3- Claudio Suárez
Gobernaba desde el ejemplo. Jugaba bien y duro, con todo pero limpio. Solidario y líder, Claudio era un central con mucha salida que jamás se achicó. No pocas veces se le vio sacar el pecho por un compañero.
2- Cuauhtémoc Blanco
El epítome del tipo que es muy "salsa", porque no sólo te encara, te provoca, se burla, encima de todo te humilla con una "cuauhtemiña" o te manda a callar luego de un gol.
Temo no sólo es el bravucón de barrio, es el bravucón que odias de rival pero amas como compañero.
Jamás jugó a medio gas con la playera del Tri, cada recurso, todo ese nivel de crack era siempre coronado con una actitud desafiante ante Brasil, Argentina, Alemania o quien fuera.
Blanco no tuvo un mal partido con el Tri ni se guardó un insulto para el 'pasadito'.
Agallas y talento, la mejor combinación.
1- Alberto García Aspe
Nació con el ceño fruncido y escupía fuego cada que entraba al campo de juego. 'El Beto', un tipo chaparrón pero fuerte, jamás se arrugó ante nadie, ni dejó de meter la pierna. Pidió loS penales que tuvo en cada oportunidad y, aunque le falló uno muy importante en 1994, cada vez que vistió la casaca verde era un capitán, con o sin el gafete en el brazo. Y no era sólo carácter, era un potentísimo disparo de zurda, entrega, recuperación de balón. Pisaba ambas áreas y le paraba 'los tacos' al primero que osara amedrentar a un compañero. Con 11 García Aspes, México ya habría jugado una Final del Mundial.