Óscar Jiménez siempre soñó con llegar al América y seguir los pasos de Guillermo Ochoa, así ha sido su recorrido por el futbol mexicano
MÉXICO -- Óscar Jiménez alguna vez tuvo que entrenar con un suéter que tenía los colores de Pumas y el arquero originario de Chihuahua se refunfuñó. El rechazo a los colores auriazules era natural, debido a que el ex jugador de los Indios de Juárez y Jaguares de Chiapas tenía un sueño: “jugar en el América y ser como Guillermo Ochoa”, relata su primer entrenador como profesional.
“De Óscar no hay duda a qué equipo le iba. Él siempre me decía: ‘Profe, voy a jugar en el América y voy a ser como Paco Memo’”, recuerda su primer entrenador como futbolista profesional, José María Guiscafre, entrenador del Real Magari de la Tercera División.
Óscar Jiménez era un escuálido muchacho que quería jugar con las Águilas y ser como “Paco Memo”. Fue un arquero que se puso nervioso el día que debutó en Tercera División y que se forjó entre la violencia de carteles que afectó a los Indios de Ciudad Juárez, en el ascenso con los Lobos BUAP y su paso por los Jaguares de Chiapas.
“La anécdota que más recuerdo es la del día que debutó en Tercera, vamos ganando al equipo de Hermosillo. Calienta para entrar, se prepara y regresa Óscar corriendo conmigo a la banca: ‘profe, ¿por quién entro?’. Le digo: ‘no chingues, pues por el portero’, pobre, estaba muy nervioso”, recuerda Guiscafre.
Si Óscar Jiménez mira atrás, lo único que queda de su pasado futbolístico es el Real Magari de la Tercera División, porque tanto los Indios de Ciudad Juárez como los Lobos BUAP y los Jaguares de Chiapas han desaparecido del futbol mexicano, al igual que se desvaneció el muchacho timorato que se presentó por primera vez en una cancha de futbol profesional.
“No nos sorprendió el nivel que tuvo en el juego contra Cruz Azul. El chico desde que llegó a Ciudad Juárez demostró buenas cualidades y lo tuvimos que dejar ir, porque él tenía la idea de llegar al América”, recuerda Gil Cantú, uno de los directivos de los extintos Indios. “Lamentablemente la violencia de la zona alejó a muchos jóvenes y afectó al proyecto”.
En el camino de Óscar Jiménez se cruzaron Tigres y Monterrey. Los dos equipos de Nuevo León invitaron al actual arquero del América a entrenar en sus fuerzas básicas, pero al final el de Chihuahua terminó regresando a su casa.
“Con Monterrey estuvo entrenando un mes, su papá siempre estaba con él y al final regresó con nosotros. Tigres se lo llevó a la Copa Dallas, pero no se quiso quedar allá, quería terminar la preparatoria y después veía que iba a pasar con él en el futbol”, agrega Guiscafre.
El Real Magari lo dejó ir gratis, “en esa época con el pacto de caballeros y ese tipo de cosas, era muy difícil cobrar los derechos de formación” y debutó en la Primera División con los Indios de Ciudad Juárez. Mañana (hoy) enfrenta por primera vez en su carrera a los Pumas, que tiene los colores que alguna vez rechazó, vestido de azulcrema y ocupando el lugar de su ídolo, Guillermo Ochoa.