<
>

El panorama complicado para América y Cruz Azul

Hasta hace unos días, América y Cruz Azul contaban con tiempo razonable para entregarle las llaves a sus nuevos entrenadores, pero que ahora, para los que lleguen, trabajarán contrarreloj

MÉXICO -- Jesús Ramírez nunca olvidará la mañana del 23 de julio cuando, a tres días del debut de Pumas en el Guardianes 2020, Michel se presentó en su oficina para renunciar como director técnico y cambiar el destino del equipo que llegó a la final contra todo pronóstico.

Suerte, lo llamaron algunos, pero el nombramiento de Andrés Lillini como emergente fue en realidad una jugada maestra de la directiva, que puso en el lugar correcto a un hombre que apuntaló su éxito en algo que conocía, los jugadores formados en casa.

Ese es un lujo que no tendrán América y Cruz Azul a pesar de que, a diferencia de Universidad, hasta hace unos días contaban con un tiempo razonable para entregarle las llaves a sus nuevos entrenadores, pero que ahora los pondrán a trabajar contrarreloj y sin la ventaja que tuvo Lillini de conocer la materia prima.

Las directivas se tenían que apurar porque la distancia entre torneos es sólo de 25 días, y a menos de que la Máquina anuncie a su dirigente mientras usted lee estas líneas, y América a más tardar mañana, los jugadores se reportarán a la minipretemporada sin saber quién es su jefe y cada día significará el doble de pérdida de aquí al 8 de enero.

De nuevo, lo de Pumas fue una excepción y ni azules ni azulcremas le darán la confianza a alguien de dentro, lo que es una pena en el caso de Joaquín Moreno, quién probablemente sacará las papas del fuego este lunes por enésima ocasión, y que para las Águilas hasta puede terminar en retroceso si consideramos que con Herrera siempre pasaron de 30 puntos (se dice fácil).

Sin que sea una sorpresa para nadie, lo de Cruz Azul es más absurdo dado que ya han pasado 15 días desde que Siboldi renunció y la decisión parece hoy una moneda al aire entre candidatos cuyos perfiles no coinciden de tal forma que invite a pensar que la directiva sabe con certeza lo que quiere o que si quiera lo puedan tener esta semana, considerando que viva en el extranjero.

Por su parte, lo que preocupa en Coapa es que si el elegido será Siboldi, ese nombre se podía cerrar con tiempo para evitar que el ruido de firmar al técnico que acaba de sufrir la peor voltereta en la historia de las liguillas y que llega desde un club tan vinculado al fracaso, coincidiera con el regreso a los entrenamientos, dando poco margen al grupo para trabajar en paz.

Los nombramientos están por suceder y nadie sabe cómo comenzará el año para Águilas y Azules, pero lo cierto es que sus directivas han dejado pasar demasiado tiempo para terminar con una decisión común, predecible o del medio y que tendrán que asumir el costo de oportunidad, sin el privilegio que tuvo Lillini de trabajar con el conocimiento interno que le permitió llegar hasta lo más lejos.