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Las cinco razones para apoyar a Cruz Azul en la Final... si no eres su aficionado

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'Juan pidió que no se fuera nadie, una gran decisión' (1:24)

El presidente de Cruz Azul reveló las peticiones de Juan Reynoso al inicio del torneo y como influyeron en su armado táctico. (1:24)

“Es la buena”, se repite una y otra vez en cada foro de futbol como una de las numerosas burlas que acosan a Cruz Azul para recordarle cada semestre, desde hace 23 años, que no gana el título de Liga.

“Ya le toca”, piensan -¿pensamos?- muchos a quienes la desgracia de Cruz Azul primero les causó gracia, indiferencia, pero tras seis finales perdidas, la amargura de sus aficionados ya no sabe tan dulce a varios que no son sus seguidores.

¿Hay motivos para esos que disfrutan el buen futbol, y que sin ser aficionados de Cruz Azul se sientan empáticos por primera vez (o de nueva cuenta) con su situación desesperada? Presentamos cinco razones para ello.

Por el buen futbol
Desde el torneo pasado, el Apertura Guard1anes 2020, Cruz Azul mostró una calidad superior y fortaleza en todo sentido. Lamentablemente, para este equipo, cualquier tropiezo se vuelve una catástrofe. Y la manera en que fue eliminado por los Pumas dejó una estela putrefacta de especulaciones y morbo, alimentada por esa maldita racha sin levantar el título. Los fantasmas ahuyentaron la idea de buen equipo que había mostrado Cruz Azul antes del desastre de CU. Ese buen futbol volvió, corregido y aumentado, pese al cambio de técnico, para el Clausura 2021. Cruz Azul mostró de nueva cuenta que sobre la cancha es el mejor y con más méritos para ganar la Liga MX.

Por el fin de las cruzazuleadas
Como cualquier mala broma, calificar cada fracaso de Cruz Azul como cruzauleada ya no tiene ningún sentido. Hacer sentir mal a alguien que fracasa no te convierte en ganador. El ganador llega ahí porque lucha, intenta, pelea. El hecho de que se combinen circunstancias para que no logres un objetivo no se puede reducir al simplismo de señalar a que tú mismo eres culpable porque está en ti. Cruzazulear se volvió tan recurrente porque pocos aprecian el valor de enfrentarse a sus miedos, intentarlo de nuevo cuando todos quieren que falles, solamente por molestarte. Ya no se “siente bien” decir que el equipo la cruzazuleó. Si Cruz Azul pierde ante Santos, así se repita una vez más que tiene todo en sus manos para ganar y lo deja ir de último minuto, habría que ser más sensibles, más introspectivos en lo que ver a alguien fracasar nos genera. El aficionado de Cruz Azul volverá a creer en su equipo aun si no gana. Porque el futbol tiene esa belleza, de que algunos aprecian más el esfuerzo previo a simplemente los trofeos.

Por la transparencia
Las especulaciones rodean a Cruz Azul desde que Billy Álvarez asumió como presidente del equipo. Un ejercicio opaco de poder y malos manejos se han intentado revelar con cada fracaso del equipo. El corazón de Cruz Azul es la cooperativa, pero poco o nada ha reforzado el negocio al club deportivo. Al contrario, cada escándalo en la estructura ha afectado el ámbito deportivo. La salida de Billy Álvarez (o al menos la apariencia de que se ha ido) deja por primera vez en muchos años un ambiente “limpio” de sospechas, aunque estas nunca desaparecerán. Los propietarios del equipo deberían ser -en teoría- los cooperativistas, pero la cuestión aquí involucra muchos intereses económicos, por ello lo mejor para el equipo es que finalmente se clarifique y se desintoxique lo deportivo de lo económico. El título ayudaría demasiado.

Por el pasado y el presente
Por quienes fracasaron en el intento. Cientos de jugadores y varios entrenadores que lucharon y perdieron la batalla, insultados, rebajados, humillados, sobajados. Por los aficionados más antiguos, aquellos que siguen a Cruz Azul por su éxito en los 70 y soportaron las dos rachas de vacas flacas. Porque hay que recordar que no es la primera sequía que sufre el equipo. Después de ganar el título en 1980, pasaron 17 años para ganar su octava estrella. La nueva sequía resulta peor, cierto, pero, acumulados, son 40 años y solo un título de Liga. Por Marín, el Kalimán, Nacho Flores, Quintano, Sánchez Galindo, Pulido, Bustos, Muciño, Victorino, López Salgado, Jara Saguier, Rubio, Lugo, Cornero, el Wendy. Por el Conejo, Palencia, Sixtos, Moreno, Galindo, Zamora, Scoponi, Reynoso, Lupillo, Adomaitis, Galindo, Yegros, Hermosillo. Por los que perdieron la Final ante Boca y las seis de Liga. Por el Chelito, el Chaco y el Tito. Por el Ojitos, por El Flaco. Por Cárdenas y Trelles. Por Roberto y Dayana...

Por la mística
José de Jesús Corona y Julio César Domínguez son el alma viva de Cruz Azul. Pocos como ellos han tenido que tragar tanta amargura por esa carga de 23 años. Pero junto a ellos están otros emblemas. Reynoso, el Conejo y Moreno como integrantes del cuerpo técnico que fueron parte del título de 1997. Santiago Giménez como heredero de la gloria inconclusa que dejó su padre.

Santos tiene las mismas probabilidades de ganar. Y tendrá su apoyo. Tal vez mucho de algunos detractores de Cruz Azul, rivalidades aceptables, pero que últimamente recurren a una saña detestable. Que pierda o gane Cruz Azul ayudará a aumentar o a calmar la ansiedad y el morbo de la maldición. Ésta puede seguir, lo que no debe seguir es la simpleza de la burla. Porque, por una vez, los que no son aficionados de Cruz Azul pueden disfrutar con la alegría que representaría verlos festejar por primera vez en 23 años.