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El Lorenzo jugador: la promesa, el finalista del mundo y el defensor que pudo ser más

Néstor Lorenzo por Claudio Caniggia. Este fue uno de los cambios que introdujo Carlos Bilardo entre las semifinales con Italia y la final ante Alemania Federal en la Copa del Mundo de 1990. En realidad, fueron tres las modificaciones obligadas por lesiones y suspensiones, pero el espíritu de la búsqueda futbolística del entrenador queda resumido en ese cambio. La estrella del equipo, el goleador imparable, el joven prodigio, no podía estar por lesión y el reemplazo no fue otro delantero, sino un rudo defensor central que no jugaba desde la primera fase y que jamás se puso la camiseta de la Selección Argentina tras aquella final. Hoy, ese zaguero es el nuevo técnico de Colombia.

Como jugador, Néstor Lorenzo fue una promesa que nunca terminó de concretarse. Según explica el portal kienyke.com, fue José Pekerman quien descubrió su capacidad en las divisiones inferiores de Argentinos Juniors. El seleccionador de Colombia en las Copas del Mundo 2014 y 2018 era coordinador de juveniles a mediados de los ochenta y se lo presentó a José Yudica, entrenador de la primera división. Debutó en agosto de 1985 en el equipo que meses después se coronó campeón de América. “Era muy alto y fuerte. Salía bien con la pelota en los pies y era un gran cabeceador. Fue uno de los tantos jugadores que descubrió Pekerman”, recordó Yudica.

No llegó a afirmarse como titular en la mejor época de la historia del club de La Paternal, pero se ganó un nombre en la lista de los diamantes en bruto del fútbol argentino. Jugó en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 al mando de José Pachamé, el ayudante histórico de Bilardo, quien le vio condiciones y le abrió las puertas del seleccionado campeón del mundo al año siguiente. Cuando disputó el Mundial de Italia jugaba en Bari, donde había tenido una aceptable primera temporada en 1989/90.

El seleccionado argentino que participó de la Copa de Italia es recordado por su guapeza, su carácter y su resistencia, pero no por su juego. Llegó a la final después de pasar por un camino de espinas, que comenzó con una ignominiosa derrota 1-0 contra Camerún en el partido inaugural. Aquel día fue titular Lorenzo, junto a Juan Simón y Oscar Ruggeri en la clásica línea de tres bilardiana. Luego repitió en el segundo partido, la victoria ante Unión Soviética, en la que fue reemplazado en el segundo tiempo por Pedro Damián Monzón. Tras dos actuaciones poco convincentes perdió el puesto y no volvió a pisar el campo de juego hasta la final.

Como durante todo el campeonato, la Albiceleste combatió frente a Alemania en Roma. Lo hizo en el sentido más literal del término. Y Lorenzo fue uno de los abanderados de esa lucha. Tanto que terminó el encuentro ensangrentado por un golpe de Rudi Völler que pasó desapercibido para el árbitro mexicano Edgardo Codesal, persona no grata para el pueblo argentino.

En diálogo con la emisora argentina Cadena 3, el nuevo DT de Colombia admitió que el equipo argentino salió "sugestionado" a jugar aquella final del mundo: “Una vez que ya pasó, quedás como un llorón. Desde antes del partido presentíamos que iba a haber alguna diferencia en la preferencia del mundo del fútbol respecto a Alemania sobre nosotros. Salimos sugestionados por esa situación. Nadie habla de la expulsión de (Gustavo) Dezotti, por forcejear una pelota en un lateral. No fue agresión, trompada ni patada. Hay cosas que las sabemos y nunca las hablamos. Pasaron 30 años”.

Tenía solo 24 años de edad, pero su carrera fue en declive desde el partido más importante de su vida. Tras un gris paso por Swindon Town de Inglaterra, retornó al fútbol argentino y allí jugó hasta 1998. Lo hizo en San Lorenzo, Banfield, Ferro Carril Oeste, Boca Juniors y Quilmes. En Boca volvió a ser dirigido por Bilardo, pero solo disputó 20 partidos, en un plantel cargado de estrellas que no pudo lograr ningún título, y no dejó una buena imagen.

Poco tiempo después de su retiro se reencontró con Pekerman, quien lo sumó a su cuerpo técnico desde 2000, cuando todavía estaba en la sub 20 de Argentina. Luego lo acompañó a Leganés, al seleccionado mayor, a Toluca, a Tigres y a Colombia. Trabajó con él casi 20 años y recién comenzó su carrera como técnico principal en 2021, a los 55 años de edad. Ahora, está ante el mayor desafío de su carrera. Solo espera que no sea como aquel Italia 1990.