<
>

Cien historias rumbo a Qatar 2022: Gareth Bale, un hombre de Selección

Bajo la lluvia de Cardiff, Gareth Bale festeja tras marcar el gol que puso Gales en un Mundial después de 64 años EFE

Todavía en el campo de juego, con la camiseta roja puesta y la cinta de capitán amarilla fosforescente sobre el brazo izquierdo, Gareth Bale respondió a las tres primeras preguntas, todas referidas a la derrota que Gales acababa de sufrir ante Dinamarca. El 0-4 por los octavos de final de la Eurocopa del 26 de junio de 2021 había sido un golpe duro para el astro del seleccionado británico. El cronista de BBC quiso hacerle una consulta más, pero Bale se dio vuelta en la mitad de la interrogación, con cara de pocos amigos, y se fue. Lo que el periodista no pudo completar fue la duda que flotaba en el Amsterdam Arena: ¿había sido ese el último partido de Bale en la Selección de Gales?

La respuesta llegó unas horas más tarde. Ya con las pulsaciones desaceleradas, Bale dialogó con el canal S4C de su país y dejó una sentencia firme: "La gente hace preguntas estúpidas todo el tiempo, pero obviamente me encanta jugar para Gales y lo voy a hacer hasta el día que deje el fútbol".

UN ETERNO COMPROMISO CON LA SELECCIÓN
Con 16 años, 10 meses y 11 días, Bale debutó en el seleccionado absoluto de su país el 27 de mayo de 2006 en un amistoso contra Trinidad y Tobago. Nunca antes alguien tan joven había jugado para Gales. Media hora le bastó para registrar su primer pase gol para la conquista de Robert Earnshow, la que le dio el triunfo por 2-1 al equipo que dirigía John Toshack. "Disfruté cada minuto del partido, me divertí", dijo Bale después del encuentro disputado en Graz, Austria. Todavía usaba el pelo corto y la cara de nene delataba su edad.

Bale apenas había jugado 7 partidos en la selección Sub 17, 1 en la Sub 19 y 4 en la Sub 21. Suficiente para insertarlo rápidamente con los mayores. Era un incipiente crack y un país al que no le sobran talentos futbolísticos debía aprovecharlo al máximo.

El primer gol con la camiseta roja coincidió con su estreno como titular en el inicio de las Eliminatorias para la Eurocopa 2008. Un exquisito tiro libre que solo sirvió para decorar la derrota 5-1 frente a Eslovaquia.

Pasó mucho tiempo, su fama y su cuenta bancaria crecieron exponencialmente, las lesiones lo persiguieron con saña, pero el compromiso de Bale con la Selección de Gales no mermó, a pesar de las reiteradas frustraciones en los resultados. El zurdo surgido en Cardiff Civil Service Football Club siempre dijo presente al momento de una convocatoria del equipo nacional. Los números no mienten: 106 presencias y máximo goleador histórico con 40 tantos.

Deseo. Dedicación. Determinación. Diversión. De eso se trata representar a Gales para Bale. "Jugar para Gales es lo que más disfruto. Más que para cualquier club", dijo en la conferencia previa al duelo vs. Azerbaiyán en las Eliminatorias para la Euro 2020. “Con mis compañeros más veteranos compartimos equipo desde la Sub 17. Es como jugar con tus amigos en el parque un domingo. Me siento cómodo en la Selección. Hablo mi idioma y estoy a gusto. Una vez que empieza el partido, juego al 100% con el conjunto nacional o en el equipo que sea", explicó Bale.

Con esos amigos de toda la vida, Bale persiguió un sueño durante 15 años: clasificar a Gales al segundo Mundial de su historia. La solitaria experiencia de 1958, en Suecia, tuvo a los Dragones en el Grupo B junto con el conjunto local, México y Hungría. Tres empates y una victoria en un repechaje contra Hungría depositaron a Gales en cuartos de final. Ahí se terminó la historia porque un joven de 17 años, un tal Pelé, convirtió el único gol del encuentro con el que Brasil, luego campeón, se clasificó a semifinales.

Previo a la concreción del objetivo definitivo, Bale condujo a Gales a dos Eurocopas: 2016 y 2020. Los británicos no habían llegado nunca a la fase final del torneo continental. El horizonte parecía acercarse.

Lo que había alcanzado Bale no era poco para Gales. Jugadores de alto nivel mundial como Ian Rush, Neville Southall, Mark Hughes y Ryan Giggs habían intentado sin éxito llevar a su país a un torneo grande.

UNA CARRERA DE ALTO VUELO
El talento desbordante de Bale sobresalía en la escuela y en los torneos juveniles de los que participaba en Cardiff. Southampton fue el primer club de renombre que encontró ese diamante en bruto y no desaprovechó la oportunidad para llevarlo a su Academia. Rápidamente, porque Bale hace todo a alta velocidad, pasó al equipo profesional. Debutó el 17 de abril de 2006, con 16 años y 275 días, en la victoria 2-0 ante Millwall por el Championship, el segundo torneo en importancia del fútbol inglés.

Una temporada le alcanzó a Bale para dar el salto a Tottenham por 14,7 millones de euros. Seis campañas de crecimiento y brillo en los Spurs, especialmente la última en la que convirtió 26 goles, le abrieron las puertas de uno de los clubes más grandes del mundo: Real Madrid pagó la cifra récord de 101 millones de euros por la transferencia. Ya había dejado de ser el flaco al que hasta el viento parecía derribar para transformarse en un musculoso con una sobresaliente dedicación al trabajo en el gimnasio.

Bale ganó 15 trofeos con los merengues, incluyendo 5 UEFA Champions League y 3 títulos de LaLiga. En la final de la Copa del Rey de 2014 contra Barcelona marcó uno de los goles más destacados de su trayectoria por la combinación de velocidad, potencia y sutileza para definir. En 2018, convirtió dos goles históricos en la final de la Champions contra Liverpool.

Sin dudas, Bale era una de las grandes estrellas de esa galaxia especial llamada Real Madrid. Pero la historia no terminó bien.

LA BANDERA DE LA DISCORDIA
Gales. Golf. Madrid. En ese orden. La inscripción sobre la bandera galesa con la que los jugadores de los Dragones festejaron la clasificación a la Eurocopa 2020 tras el triunfo 2-0 sobre Hungría con un doblete de Aaron Ramsey fue el detonante para que el conflicto entre Bale, que mostró una amplia sonrisa en esa celebración grupal con la enseña patria, y Real Madrid no tuviera retorno. Ese fue el inicio del final para Bale en la Casa Blanca.

El amor de Bale por Gales y su seleccionado no requiere explicación. El golf es la vía de escape de este excelso futbolista, su desconexión con el deporte que le exige día a día, su ámbito de esparcimiento. En Real Madrid, el zurdo ya no era figura. Los reiterados problemas físicos le habían hecho perder terreno en la consideración de Zinedine Zidane. En el segundo ciclo del director técnico francés en el club de la capital española, Bale acumuló 73 días de inactividad por seis lesiones diferentes hasta que se fue cedido a Tottenham mientras se recuperaba de un golpe en la rodilla. Esa lesión la había sufrido jugando para Gales contra Bulgaria por la UEFA Nations League en un encuentro que disputó completo.

Ese paréntesis de menos de una temporada a préstamo en su equipo anterior pudo haber amainado las críticas y la bronca de los hinchas y los periodistas de Madrid hacia Bale. Pero en su regreso al Real la seguidilla de trastornos físicos se acentuó y sumó otros 137 días sin poder entrenarse ni jugar. Lo que empeoraba la relación entre Bale y todo el madridismo es que cada vez que se recuperaba se iba a disputar partidos con su seleccionado y muchas veces regresaba, otra vez, lastimado.

En 2022, Bale disputó más partidos con Gales que con Real Madrid. Apenas cuatro presencias en el club español con las que sumó 110 minutos, mientras que con Gales jugó seis encuentros y estuvo 290 minutos en cancha. La puerta de salida era un cartel luminoso gigante. Su destino fue Los Angeles Football Club, de la MLS.

SUEÑO CUMPLIDO
A los 34 minutos del primer tiempo del partido que entregaba uno de los últimos boletos a la Copa del Mundo, Bale se paró frente a la pelota bajo la intensa lluvia que caía en el Cardiff City Stadium. Observó tres veces al arquero y ejecutó el tiro libre con el botín izquierdo. La suerte estuvo de su lado: el capitán ucraniano Andrii Yarmolenko desvió la trayectoria del balón con un cabezazo, descolocó al arquero Heorhii Bushchan, y la red se infló. La euforia, dentro de la cancha y en las tribunas, fue absoluta. Gales se acercaba a un Mundial 64 años después de su única participación. El resultado se mantenía inalterable. Bale, reemplazado por Harry Wilson, sufrió los últimos 10 minutos en el banco de suplentes. El final del encuentro concretó el sueño que tanto se había postergado. El 5 de junio de 2022 quedará para siempre en la memoria de los galeses.

Con una alegría desbordante, una expresión opuesta a aquella de un año atrás con la eliminación de la Euro, Bale se plantó ante el micrófono de Sky Sports para entregar sus sensaciones: "Es el mejor resultado de la historia del fútbol galés. Estamos enfervorizados. Esto es un deleite. ¡Vamos al Mundial! Esto significa todo para nosotros, era un sueño por el que veníamos trabajando desde la primera vez que vinimos a entrenarnos en la Selección. Me cuesta describir con palabras la felicidad que sentimos". Así, en plural, como manda el manual del buen capitán, Bale le dijo al mundo que Gales estará en Qatar 2022. Pero la entrevista no había terminado. Otra vez la última pregunta se refería a su retiro. Esta vez le consultaron si la clasificación al Mundial lo posponía. "For a little bit", respondió con una enorme sonrisa. Hay Bale, al menos, por un tiempo más.