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Cien historias rumbo a Qatar 2022: John Herdman y la decisión de hacer historia con Canadá para impulsar al fútbol femenino

Tras perder un partido apretadísimo 0-1 ante Bélgica en el debut mundialista, el DT de Canadá John Herdman soltó una frase cuanto menos desubicada en la zona mixta: "Simplemente les dije que pertenecen a este torneo. Y que ahora vamos a ir y nos vamos a c... a Croacia. Es así de simple", fue la desafortunada declaración que dejó el entrenador británico. Y sin dudas, sus frases dieron vuelta al mundo y generaron repudio en las redes más allá de la sonrisa y tono que mostró el DT...

La historia del inglés que no jugó pero quería ser entrenador

La Copa del Mundo de Qatar 2022 es única por varias razones. Las más evidentes tienen que ver con la geografía (es el primer Mundial en Medio Oriente y se lleva a cabo en una extensión territorial tan acotada como la de la primera Copa) y la cronología (se disputa en el invierno del hemisferio norte). Pero hay varias más y una de ellas está relacionada con John Herdman, el director técnico inglés de Canadá que se convirtió en el primer DT en dirigir el máximo torneo después de comenzar su carrera en el fútbol femenino.

Es fácil pensar que Herdman pasó al seleccionado de hombres como una especie de proceso de evolución natural. Como un avance en su crecimiento profesional. Sin embargo, ese cambio fue con la Selección femenina como prioridad. Así lo explicó: “Tomé la decisión de pasar al equipo masculino porque el presupuesto del femenino seguía siendo el mismo desde el día de mi llegada. Logramos podios, organizamos un Mundial y sin embargo el mismo número aparecía en mi escritorio año tras año. ¿Cómo hacer para crecer? Necesitamos millones de dólares para innovar y tener una liga femenina profesional. La única manera de lograr el dinero para esa inversión es tener un equipo masculino fuerte que clasifique al Mundial”.

Es decir que el entrenador llegó a la conclusión de que la mejor (y única) forma para que la inversión en la rama femenina del fútbol canadiense creciera era potenciar el conjunto masculino que, por supuesto (y por ahora), genera mayores ganancias y visibilidad. Entonces, como parte de un progreso integral de todo el fútbol nacional, las mejores oportunidades para las mujeres llegarían más rápido.

Herdman cumplió su objetivo en el primer intento. Canadá estaba acostumbrada a vivir a la sombra de Estados Unidos y México en la Concacaf. Incluso también de otros seleccionados menores, como Costa Rica y Honduras. Solo había clasificado a un Mundial, hace ya 36 años, y jamás había vuelto a dar pelea en serio por el pasaje. El desafío era grande, pero el entrenador tenía experiencia en romper barreras.

Herdman nunca jugó al fútbol en primera división y su primer acercamiento a la dirección técnica fue cuando era maestro en una escuela de su ciudad natal de Consett, condado de Durham, en el noreste de Inglaterra. Sus técnicas eran tan novedosas que su nombre se hizo conocido en toda la región. Entonces, fue contratado para trabajar en la academia de Sunderland, donde entrenó a un niño llamado Jordan Henderson.

Sin embargo, su ambición tenía un techo en el super competitivo fútbol inglés. “La pasé muy bien en Sunderland; era la era de Peter Reid (dirigió entre 1995 y 2002 al primer equipo) y había un gran grupo humano, pero me di cuenta rápidamente de que en si no habías jugado al más alto nivel no tenías ninguna posibilidad en Inglaterra".

En aquellos tiempos los entrenadores sin pasado como futbolistas aún eran contadas excepciones. José Mourinho fue quien abrió el camino y hoy no es extraño que profesionales de otras áreas lleguen a entrenar a grandes clubes del mundo. “Nunca olvidaré que un exjugador de Inglaterra, que en ese momento trabajaba en las juveniles nacionales, me detuvo un día y me dijo 'mira John, eres un muy buen profesor-entrenador. Desearía tener la habilidad de enseñar que tienes, pero nunca has tenido la experiencia de pararte en una cancha frente a 60.000 personas y por eso no llegarás al máximo nivel”.

Con la intención de demostrarle a aquel hombre que estaba equivocado, Herdman aceptó un trabajo en la remota Nueva Zelanda. En 2003 fue contratado por la asociación de ese país como gerente de educación de entrenadores y luego pasó a ser el director de desarrollo. Solo tres años más tarde se hizo cargo de la Selección nacional femenina.

Fueron tiempos de trabajo arduo para el DT británico. De muchas horas de viajes por carreteras desconocidas. “Conducía tres horas y media por una ruta rural desde Invercargill a Dunedin para sesiones de entrenamiento de alto rendimiento. Es el país de El señor de los anillos, viajaba a través de Hobbiton y luego conducía de regreso. Un par de veces me quedé dormido al volante e incluso alucinaba y creía ver el cielo de color verde". Tiempo después recordó que su esposa llegó a decirle "no entiendo cómo no moriste en esos primeros años".

Su trabajo es valorado como punto de quiebre en el fútbol neocelandés. Bajo su mando, el seleccionado nacional clasificó a las Copas del Mundo 2007 y 2011 y también a los Juegos Olímpicos 2008. La aparición de una oferta superadora no tardó en llegar y en 2011 fue contratado por la asociación canadiense. América del Norte es una de las regiones más fuertes del mundo si de fútbol femenino hablamos y por eso no dudó en aceptar el cargo.

Canadá venía de finalizar en el último puesto en el Mundial 2011. Con solo un año de trabajo, ganó la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Herdman refundó la Selección. Y lo hizo desde el trabajo y desde su capacidad para cambiar la vida de las futbolistas. Lo contó la exarquera Karina LeBlanc: "Me dijo: 'si crees que tu propósito en esta Tierra es solo patear una pelota de fútbol para Canadá, entonces te he fallado... tienes algo que es más que solo el deporte'. Y me desencadenó". Hoy, LeBlanc trabaja como embajadora de UNICEF y comunicadora.

En 2016, volvió a llegar al podio olímpico y en el Mundial 2015 alcanzó los cuartos de final como local. Los resultados fueron muy buenos, pero la gran virtud de su ciclo fue potenciar el desarrollo cultura del fútbol canadiense en la rama femenina. Por eso, cuando se pensó en el reemplazante de Octavio Zambrano para el equipo masculino su nombre surgió de forma natural, más allá de lo inédita de la situación. Canadá estaba en el puesto 94 del ránking FIFA y, aunque se vislumbraba una generación prometedora, el desafío era mayúsculo. Por supuesto, Herdman lo aceptó.

La última vez del conjunto canadiense en un Mundial había sido en México 1986, cuando Herdman era un niño de once años que gracias a ese torneo en México encontraría su vocación. "Recuerdo ver a Diego Maradona ante Inglaterra con mi padre. Su genio me hizo enamorar del fútbol".

El primer problema que tuvo que soportar el DT inglés fue la división interna del plantel masculino canadiense. Los prejuicios acerca de su trayectoria irrumpieron, pero su primer objetivo fue trabajar en la unidad. “Los de ascendencia escocesa estaban por un lado, los hispanos por el otro. Tenemos colombianos, uruguayos, serbios, jamaiquinos, de todos lados. La belleza de Canadá está en su diversidad. Pero eso que podía ser nuestro fuerte en ese momento se había convertido en nuestra gran debilidad”, explicó.

Antes de la primera reunión grupal, habló de forma individual con cada jugador. Le hizo tres preguntas: por qué llevaban la camiseta, qué querían para la Selección y para quién llevaban la camiseta. "De mis charlas con los jugadores surgieron tres temas sencillos. Querían hacer historia con sus resultados; querían dejar un legado aumentando el nivel de respeto en el juego para el fútbol masculino canadiense y querían convertirse en héroes para la próxima generación", dijo en The coaches' voice.

El día de su presentación, Herdman transmitió los resultados de esas charlas y lanzó una afirmación temeraria: les dijo a sus dirigidos que clasificarían a Qatar 2022. Ese objetivo común tan concreto y valioso fue el primer vehículo de unión colectiva. Luego, llegaron los buenos resultados y la historia conocida.

La filosofía de Herdman se basa en "cuatro pilares": físico, técnico/táctico, mental y social/emocional. El último es el que caracteriza su método. Quizás, el hecho de haber trabajado durante más de una década con mujeres le haya permitido desarrollar de otro modo ese aspecto. "Toca el corazón antes de tomar la mano", afirmó alguna vez. Allí está el secreto de una Canadá que ya hizo historia y va por más.

*Esta nota se publicó originalmente el 15 de octubre de 2022, como parte de una serie previa rumbo al Mundial. Y se actualizó el 24 de noviembre de 2022, para dar cuenta de la desubicada expresión de John Herdman, tras el 0-1 ante Bélgica.