La Selección de Bélgica dominó por tres años y medio un algoritmo a veces complejo de entender. Con el título de Francia aún fresco, sumó más puntos que los demás después de la pasada Copa del Mundo entre amistosos y competencia oficial. Esas cuentas la premiaron con una medalla siempre discutida: primera del escalafón de la FIFA desde octubre 2018 hasta marzo 2022. Fue su única conquista ahora sepultada por la eliminación en fase de grupos de Qatar.
El equipo apenas marcó un gol en sus tres partidos. Michy Batshuayi lo hizo en la victoria 1-0 ante Canadá. En cambio, resultó generoso en fuego amigo que dinamitó el vestuario. Dardos para todos que hicieron insostenible la armonía. Arrancó Kevin De Bruyne: "No hay ninguna chance de que ganemos la Copa del Mundo. Creo que nuestra oportunidad era 2018. Somos demasiado viejos. Tenemos un buen equipo, pero está envejeciendo"
Jan Vertonghen elevó más la tensión con la derrota ante Marruecos: “Creo que no hemos creado una sola ocasión. Posiblemente también atacamos mal porque somos demasiado viejos, eso nos dirán otra vez”
Con la interna ardiendo, hubo titulares desde la prensa europea que graficaron el tamaño de la división. El diario L'Equipe habló de una reunión cruda entre los referentes. Eden Hazard reconoció esa charla, aunque le quitó dramatismo.
"Tuvimos una reunión todos los jugadores con el cuerpo técnico y nos dijimos a la cara lo que pensamos. Todos estamos unidos. Se escuchan cosas que no son ciertas. Es un momento complicado por la derrota, pero todos estamos dispuestos a trabajar juntos", dijo.
Thibaut Courtois desmintió discusiones más fuertes para pacificar los ánimos antes de enfrentar a Croacia en el Ali Stadium de Doha.
"Yo fui el primero en entrar en el vestuario. Estaba muy enojado. Pasé allí 20 minutos y no pasó nada. El entrenador habló un momento y eso fue todo. El problema es que se dicen demasiadas mentiras", expresó el arquero.
No alcanzó para recomponer las fracturas. Empató sin goles en su despedida de la Copa del Mundo. El DT Roberto Martínez metió a Romelu Lukaku pero el goleador falló opciones debajo del arco. Su estilo aplomado quedó traicionado por un cambio desesperado, puso a Hazard en el minuto 87. La igualdad lo condenó. Quedó tercero de su zona con cuatro puntos y diferencia de gol de -1.
La decepción borró los pronósticos optimistas por la madurez que mostraba un ciclo de seis años de fútbol táctico, furioso, técnico, solidario y atlético. Tener al mejor portero del mundo no lo salvó de esta eliminación que sacude al Mundial.
De Bruyne llegó sin la energía que lo destaca como el mejor asistido de la Premier League. Su juego fue liviano, incapaz de rebelarse cuando Bélgica lo necesitó ante Marruecos y croatas.
El capitán Hazard fue el más discreto de todos. Bajo de forma física, perdió su lugar y tampoco contagió desde el liderazgo. Liderazgo cuestionable para un objetivo que se transformó en fracaso. Lukaku tuvo las mejores opciones para la victoria, pero la inercia de la debacle lo arrastró a definir con mala puntería.
El entrenador cerró la etapa con su despedida. "Es mi último partido con esta selección. Es un momento muy emotivo para mí. Soy una persona a la que le gusta aprender de las lecciones. Llevo seis años. Estaba muy comprometido con el proyecto. Acabamos con una medalla de bronce y teníamos que darle otra oportunidad a este proyecto. Lo he disfrutado muchísimo. He dejado un gran legado y estoy muy satisfecho con el resultado"
Nadie lo esperaba. Llora un candidato. La generación de oro sale derrotada.
*Esta nota se publicó originalmente el 11 de septiembre de 2022, como parte de una serie previa rumbo al Mundial. Y se actualizó el 1° de diciembre de 2022, para dar cuenta de la eliminación de Bélgica en manos de Croacia, en Qatar.