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La historia de la "nueva" Copa del Mundo que ganó la Argentina

La última Copa del Mundo que se jugó en Qatar y que quedó en poder de la Selección Argentina fue un trofeo especial, único, una nueva versión si se lo compara con el que comenzó a entregarse en 1974.

Es que tras Rusia 2018 se introdujo un cambio importante: la FIFA decidió cambiar la base del trofeo para que puedan inscribirse los nuevos ganadores de los Mundiales, ya que en el formato anterior casi no quedaba espacio para grabar a los campeones que se iban sumando cada cuatro años.

De esta manera, en vez de poner los nombres de los campeones uno debajo del otro, algo que quitaba lugar, se comenzaron a grabar los nombres de los países pero en forma circular, uno al lado del otro: Francia fue la primera que inauguró este nuevo formato en Rusia 2018, y ahora seguirá la Argentina.

Hay que recordar que Brasil, al ganar en México 1970 su tercer Mundial, se quedó con el trofeo original "Jules Rimet".

Rimet fue presidente de la FIFA entre 1921 y 1954. En el Mundial de 1930, el primero de la historia, decidió que el equipo que ganara tres veces un Mundial tendría el derecho a quedarse con el trofeo original, privilegio que le correspondió a la verdeamarelha.

A partir de Alemania 1974 se comenzó a entregar una nueva Copa Mundial, diseñada por Silvio Gazzaniga. Ese diseño fue elegido entre otras 52 obras de artistas que se presentaron para sustituir a la copa original.

Alemania era hasta Qatar el país con más títulos tomando como referencia el nuevo modelo de copa: conquistó tres, en 1974, 1990 y 2014. Y la Argentina acaba de alcanzarlo en la cima de los países que más la ganaron en los últimos tiempos, ya que se consagró en 1978, 1986 y 2022. Además, fue dos veces subcampeona en las ediciones de 1990 y 2014.

Francia se impuso en dos, 1998 y 2018. Brasil en 1994 y 2002, Italia en 1982 y 2006 y España en 2010.

A partir de 2006, la FIFA decidió por cuestiones de seguridad que la copa original se entregue en el momento de la premiación, pero enseguida el trofeo vuelve a manos de las autoridades que rigen el ente máximo del fútbol. El país ganador recibe una copia idéntica a la original para guardar en sus vitrinas.

La verdadera copa está hecha de oro macizo de 18 kilates, tiene 36.8 centímetros de alto y pesa 6175 gramos. En la base tiene dos anillos de malaquita verde semipreciosa.

A diferencia de lo que ocurrió con la Copa Jules Rimet, este nuevo trofeo no queda en poder del conjunto que haya ganado un Mundial tres veces. Por eso, ni Alemania ni Argentina tienen en su poder la copa original, que descansa muy bien custodiada en la sede de la FIFA en Zurich.