Se confirmó la contratación de Marcelo Bielsa para conducir a la Selección Uruguaya rumbo al Mundial 2026.
Ya hay voces en contra por lo que entienden es una erogación demasiado grande. Siempre creí que detrás de una contratación de un nombre como el de Bielsa, vienen sponsors importantes e ingresos que hasta ahora no existían y, por otra parte, ¿alguien me puede decir que la noticia no ha sacudido el ambiente siudamericano del fútbol? Mi amigo Rubén Capria, que lo conoce muy bien, me afirmó que seguramente va a sacudir al fútbol uruguayo para bien.
Los que no lo quieren comenzaron a opinar con diferentes argumentos, incluso antes de su llegada. El primero, que es muy caro; el segundo, que su palmarés no asegura nada; y el tercero, que aquí hay entrenadores a la altura de él.
Creo que tenemos buenos entrenadores, pero también que se necesitaba una cosa así. Un sacudón de este tipo mueve el ambiente porque nadie desconoce lo que significa el nombre del rosarino.
Dueño de un estilo, que puede gustar o no, pero que motiva al jugador y al equipo, comprometiéndolo de tal forma que seguramente llame la atención del aficionado y del que no lo es también.
Al otro día de conocerse la noticia me llamó mi colega amigo Barrerita desde Miami, queriendo saber algo más al respecto y cómo había caído la noticia. También llamó Luis Enrique Pérez de Paraguay, los amigos de Ovación de Lima, Perú, y César Londoño de Caracol, Colombia. No hay dudas de que solamente la noticia tuvo una enorme repercusión y no se imaginan lo que será la cobertura internacional cuando llegue y comience a trabajar.
Entiendo a los entrenadores uruguayos. Seguramente muchos de ellos tenían la esperanza de llegar. Hay reconocidos técnicos que están trabajando en el exterior y de los cuales mucho se ha hablado, pero creo que para este momento esto es lo mejor que nos puede pasar.
No sé, ni me interesan, las cifras, pero también estoy seguro de que no será un gasto sino una inversión. Solamente su nombre hará recaer en todas partes toda la atención y le quitará presión a los futbolistas sin ninguna duda.
Ha sido una medida acertada de Ignacio Alonso y sus compañeros. Claro que en este fútbol politizado al máximo, se escucharán voces criticando la designación, como decíamos al comienzo. Son, seguramente, los que nada que haga este Ejecutivo les vendrá bien.