Por estas horas la Asociación Uruguaya de Fútbol evalúa la llegada de Marcelo Bielsa a la Selección uruguaya y la posibilidad impacta.
Tras la reunión hace algunas semanas en Brasil, entre el presidente, Ignacio Alonso, y el entrenador quedó claro que Bielsa quiere dirigir a la Celeste y que la AUF quiere que él sea el técnico. También que el proyecto deportivo que presentó el argentino (que incluyó un análisis de la Sub 20) convenció a la dirigencia y que la única traba es económica.
Ahora la Asociación analiza un plan de factibilidad para tratar de achicar la diferencia y presentarle a Bielsa una contrapropuesta. El tema no se va a resolver hasta que el nuevo Ejecutivo entre en funciones pero la idea es tener todo el camino allanado para tomar la decisión a comienzos de mayo.
La llegada del DT argentino sería un acierto rotundo de Ignacio Alonso y su equipo. Bielsa es el mejor entrenador al que la Selección uruguaya puede aspirar en la actualidad, se haría cargo de un plantel con una riqueza técnica infrecuente en la mitad de la cancha y ante una Eliminatoria que, en lo previo, no debería presentar dificultades serias en el camino al Mundial 2026. Tendría un año para planificar su primer gran desafío, la Copa América en Estados Unidos 2024.
Con Bielsa está asegurado el profesionalismo, la planificación, el trabajo y el respeto hacia los jugadores. Es cierto que se trata de un DT que muchas veces parece estar por sobre el equipo y tener una idea casi dogmática a la hora de jugar. La pregunta no es si son válidos los cuestionamientos sobre su estilo de juego sino qué entrenador no los tiene.
Su recorrido y su historia dejan claro quién es. Quienes hablan de la falta de títulos de Bielsa deberían plantearse qué entrenador puede llegar a dirigir a la Selección con un palmarés que incluya varios trofeos. No es tan fácil encontrarlos.
Lo que resulta innegable es que todos deben estar preparados para una figura como Bielsa, un profesional con un grado extremo de exigencia hacia el entorno, con el que la AUF deberá lidiar y para el que se necesita estar a la altura.
Si el fútbol es ilusión, si de volver a creer se trata, pocos en el mundo pueden generar tal grado de expectativa. Y a partir de ello, de interés a todo nivel. A la apuesta por un DT con recorrido internacional y conceptuado de forma óptima por todos quienes dirigió, se agrega la continuidad de una línea de trabajo en el Complejo Celeste. Más allá de modelos de juego, la seriedad del proyecto que inició Óscar Tabárez y continuó Diego Alonso están garantizadas. Otro punto a favor es la posibilidad de sumar sponsors y marcas que vean una buena oportunidad de participar en un proyecto con alta visibilidad fuera de fronteras.
Si lo de Bielsa no se concreta espera Diego Alonso. El técnico de la Celeste en el Mundial quedó en un segundo plano pero sigue teniendo buena valoración puertas adentro por el contexto en el que tomó la selección, por lo que hizo en las Eliminatorias y por los buenos números que tiene al frente del equipo.
Diego Alonso cometió dos grandes errores. El primero fue de estrategia en los partidos en Qatar, el segundo su silencio posterior. Debió explicarle a la gente su forma de encarar la competencia. Si lo hubiese hecho quizá dirigía los últimos amistosos en Asia. Pero no me sumo a la ola para sepultarlo: es un DT joven y con experiencia.
Bielsa es, en algún punto, un reaseguro para Ignacio Alonso. Más allá de que el presidente dijo apenas quedar eliminado en Qatar que apostaría por la continuidad de Diego Alonso, la crítica abrumadora hacia el DT debe haberlo hecho replantearse la posibilidad. Confirmarlo y asumir ese costo sería una desinteligencia impropia de un político como el presidente de la AUF. En cualquier caso, además, sería un desatino no elegir a Bielsa si se plantea la posibilidad de hacerlo.
Días después de la eliminación en Qatar escribí convencido de que el camino no estaba en un entrenador uruguayo: “¿Cuál sería el problema de elegir un DT extranjero para la Celeste? ¿No es un falso chauvinismo decir que la Selección uruguaya es para un uruguayo? O peor aún, ¿los que hacemos gárgaras con la modestia y la humildad no podemos tolerar que venga alguien capaz de potenciar a la Selección? La Selección uruguaya es para el mejor entrenador al que se pueda acceder. Haya nacido donde haya nacido”. Estoy convencido de que el mejor entrenador al que la Celeste puede acceder hoy, nació en Rosario, Argentina.