Es inmensa la emoción que sentimos todos los uruguayos por esta consagración en el Mundial Sub 20 jugado en Argentina. La llegada de los chiquilines y el país pendiente de su regreso fue la última muestra. Hombres, mujeres, niños, escolares, liceales, nadie quiso estar ausente a la caravana de la Selección uruguaya que finalizó en el Estadio Centenario. En este momento de felicidad hay que destacar a todo el equipo, o mejor expresado a todo el plantel. Es que las lesiones y la suspensión de Luciano lejos de limitar al equipo, lo potenciaron. Con la cabeza fresca, sabedores de lo que querían, sin dejar nada por entregar. Dieron todo y jugaron un fútbol que fue superior a todos y no puede haber dos opiniones al respecto.
Y quiero detenerme en el conductor de este grupo, Marcelo Broli, a quien se le sumó el "Ruso" Pérez, que tiene una historia con la Selección uruguaya con Sudáfrica 2010 y Copa América 2011 marcadas a fuego.
Pero lo de Broli es enorme. Dio sus primeros pasos como jugador de baby fútbol en el club Urreta y después siguió su carrera en diferentes clubes hasta que decidió hacer el curso y comenzar bien de abajo. Primero como entrenador alterno en el equipo de Marcelo Méndez y luego siguió su camino hasta ganar la Copa Libertadores Sub 20 con Peñarol en medio de la pandemia. Luego no pudo dirigir la final intercontinental ante Benfica por ya estar al frente de la Selección.
Puso a Uruguay vicecampeón de América y ahora gana el título del mundo. Lo conozco bien y conozco a su familia. En España están sus padres y su hermano Martín, campeón con el Peñarol de Gregorio. Aquí, sus hermanos Ernesto y Anita. Una hermosa familia que debe haber vivido una de las emociones más grande de su vida. Un tipo derecho, estudioso y trabajador con una carrera meteórica con números altamente positivos.
Junto a él, Diego Pérez con su experiencia, con muchos años en Italia y sabiendo que era y es un referente para todos y cada uno de estos chicos que conocen la historia de un tipo de una personalidad avasallante. Fueron un equipo técnico perfecto y están los frutos.
Broli hizo jugar a este equipo de manera fenomenal. Y lejos de amilanarse ante las dificultades, redobló el esfuerzo y con cambios tácticos y de nombres logró capear el temporal. Su capacidad fue clave para lograr el mundial y devolverle la sonrisa al pueblo futbolero.
Con la seguridad absoluta de Randall en el arco, zagueros y laterales infranqueables. Boselli y Facundo González como estandartes en el fondo, Maturro y un mundial espectacular, Fabricio Díaz siendo un enorme capitán y los chiquilines de adelante que sacaron la cara ante las lesiones y suspensión de Luciano.
Juro que fue la primera vez desde que dejé de relatar que sentí ganas de tomar el micrófono nuevamente para relatar a estos muchachos. Gracias, muchachos, por tanto.