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Presión, juego directo e intensidad: el sello del Uruguay de Marcelo Bielsa

Uruguay goleó 4-0 a México en Denver y se llevó muy buenas sensaciones de su último partido de preparación antes de disputar la Copa América.

El equipo dirigido por Marcelo Bielsa muestra su sello distintivo, en base a un juego de mucha intensidad, presión y juego directo que le da muchos resultados, tanto en la faceta defensiva como en ataque. Con un arquero sólido y que utiliza mucho el juego con los pies, con cuatro futbolistas en el fondo bien plantados, con tres mediocampistas con capacidad de aportar no solo en la contención, sino también en la capacidad de construcción de juego, y tres puntas de mucho vértigo, el "Loco" ensambló un equipo que, independientemente de sus intérpretes, tiene una idea clara de lo que debe hacer.

LA PRESIÓN

El equipo del "Loco" tiene como uno de sus postulados principales la asfixiante presión sobre la salida del equipo rival. Con los delanteros como primeros encargados de la marca, la contención empieza en la zona alta con la intención de recuperar la pelota cerca del arco contrario, y si la pelota supera esa línea, el principal objetivo es que la pelota le llegue exigida a los volantes contrarios, para lanzar una segunda línea de presión en el mediocampo con el objetivo de cortar el avance del adversario.

EL JUEGO DIRECTO

El Uruguay de Bielsa no es un equipo de posesión. Si bien tiene jugadores de buen pie, y siempre intenta ser prolijo en el manejo de la pelota en todas sus líneas, el juego directo es una de sus principales armas ofensivas. Sin importar la zona en la que se recupera el balón, el principal objetivo es llegar al arco rival con pocos toques, dándole velocidad y verticalidad al ataque. Para esto, una de las claves es el vértigo que le imponen al equipo los jugadores que la Celeste utiliza de mitad de cancha en adelante.

LA INTENSIDAD

Tanto a la hora de recuperar como a la hora de atacar, Uruguay propne un juego de altísima intensidad. En ese planteo vertiginoso, el equipo de Bielsa no solo logra incomodar al rival cuando tiene la pelota, sino que también encuentra los desajustes defensivos en el equipo rival.