Hoy, 18 de enero, Iván Luis Zamorano Zamora cumple 58 años, quien es considerado como uno de los grandes referentes en la historia del fútbol chileno y, en particular de la Selección Chilena, siendo uno de sus principales baluartes en la década de los 90' y 2000.
También conocido como "Bam Bam" o "Iván el Terrible", Zamorano fue uno de los futbolistas más destacados de su época y un verdadero ícono del fútbol internacional. Nacido el 18 de enero de 1967 en Santiago, Iván Luis construyó una carrera brillante como centrodelantero, donde destacó su capacidad para el remate de cabeza, su potencia física y el olfato goleador.
En cuanto a su trayectoria, todo comenzó en 1981 cuando se fue a probar a Colo Colo, pero fue rechazado debido a su bajo peso. Fue así que recaló en Cobresal, club que vio en él sus habilidades, más allá de su apariencia física en ese entonces.
Debutó profesionalmente en 1983 con el equipo minero, donde demostró su talento goleador. Asimismo, pasó un breve tiempo en Cobreandino, actual Trasandino, que compite en la Segunda División Profesional de Chile.
SU LLEGADA A EUROPA
Tras sus buenas actuaciones y anotaciones, "Bam Bam" comenzó a sonar en clubes del extranjero y le surgió la oportunidad de llegar directamente a Europa.
De esta forma, Zamorano se trasladó al Viejo Continente a fines de los años 80, donde pudo fichar por el St. Gallen suizo, en el que estuvo desde 1988 a 1990.
En Suiza, Zamorano se destacó como goleador y llegó a anotar 34 goles en 56 partidos, llamando la atención de clubes de ligas más competitivas. Por eso, su salida del club helvético era inminente.
Así apareció la chance de ir a España para jugar en el Sevilla (1990-1992), equipo con el que debutó en LaLiga y, durante su estadía, explotó su capacidad como delantero de área, conquistando goles importantes y ganándose un lugar en el competitivo fútbol español.
Su cerrera siguió en ascenso y llegó a la cúspide para la temporada 1992-93, cuando fue contratado por el todopoderoso Real Madrid.
En la Casa Blanca alcanzó la cima profesional, convirtiéndose en ídolo del club tras ganar el título de "Pichichi" (máximo goleador de LaLiga) en la temporada 1994-1995 al anotar 28 tantos y alzar múltiples títulos con el Merengue.
Con el Real Madrid ganó La Liga Española (1994-1995), la Copa del Rey (1992-1993) y la Supercopa de España (1993). Además fue la figura con un triplete en el inolvidable clásico ante Barcelona en 1995, al que golearon por 5-0.
Tras su exitoso paso por España, Zamorano llegaría al Inter de Milán en 1996. Y en Italia continuó brillando, siendo pieza clave para ganar la Copa de la UEFA 1997-98 y transformándose uno de los líderes del equipo junto a figuras como Ronaldo Nazário y Javier Zanetti, entre otros.
Por otro lado, con el Nerazzurro se hizo famoso su dorsal del "1+8", tras cederle la número 9 al brasileño Ronaldo, la máxima figura del fútbol mundial en ese entonces.
Posteriormente, ya superando los 30 años, se produciría su regreso a continente americano, específicamente al Club América de México en el año 2000. En el país azteca fue recibido con gran expectación y lideró al equipo hacia el título del Verano 2002, dejando un legado importante en la institución, principalmente en los aficionados.
Ya para el cierre de su carrera, Zamorano decidió cumplir un sueño de la infancia y un deseo de su padre, que era jugar en Colo Colo, el club de sus amores.
Fue para comienzos de 2003 que "Bam Bam" cumplió su promesa y volvió a Chile, donde no tuvo el mejor de los finales, ya que en su último partido como profesional fue expulsado en el duelo ante Cobreloa tras agredir al árbitro Carlos Chandía, en lo que fue la definición del Toreno de Apertura de aquel año.
SELECCIÓN CHILENA
Punto aparte fue su paso por la Selección Chilena, etapa en la que Zamorano fue un referente indiscutido. Anotó 34 goles en 69 partidos, convirtiéndose en uno de los máximos goleadores históricos y llevó a Chile al Mundial de 1998, luego de 16 años de sequía en eventos mundialistas.
Además, junto a Marcelo Salas, conformaron la famosa dupla "Za-Sa", que era el eje ofensivo y espiritual de aquella selección que supo avanzar a los octavos de final de la cita en Francia.
Como hito más destacado en La Roja, Zamorano y sus compañeros lograron la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, donde fue goleador del torneo y abanderado de la delegación chilena.
Sin dudas, Iván Zamorano dejó un legado imborrable en la memoria de los chilenos, siendo reconocido no solo por su talento, sino por su carácter, liderazgo y pasión en la cancha. Su trayectoria lo consolidó como uno de los mejores atacantes de su generación y todo un símbolo para el deporte en Chile.