Gustavo Alfaro, DT de Paraguay, habló tras su llegada a Estados Unidos para el sorteo del Mundial 2026 que se realizará el viernes 5 de diciembre en Washington. Con la serenidad que lo caracteriza, el DT revivió sensaciones de su anterior experiencia mundialista.
“Es un viaje largo. Fue un día muy largo ayer, más que nada porque estaba la premiación de todos los campeones del fútbol paraguayo. Estuvimos ahí, terminó y salimos directamente para el aeropuerto y llegamos recién”, contó sobre las horas previas a emprender la travesía rumbo a Estados Unidos.
Ayer, Alfaro recibió la medalla "Manuel Fleitas Solich" al Mérito Deportivo en los Premios de Primera de la Asociación Paraguaya de Fútbol, un reconocimiento que destaca su labor al clasificar a Paraguay al Mundial 2026 tras 16 años de ausencia. Con humildad, valoró el galardón: “Fue una premiación muy linda, más que nada por lo que representa. Es lo máximo a lo que puede aspirar un entrenador en ese aspecto. No sé si lo merezco porque no hemos hecho otra cosa que clasificar a una Copa del Mundo. Hubo muchos entrenadores que hicieron cosas muy importantes por Paraguay. Ojalá tenga la capacidad para tomar las mejores decisiones y la lucidez para, en definitiva, honrar esa distinción”.
De cara al sorteo, Alfaro confesó que ya vive el clima mundialista: “Tengo la expectativa de venir a vivir esto que ya se respira, que es el Mundial propiamente dicho y que todo salga bien”.
Paraguay regresa a una Copa del Mundo tras su última participación en Sudáfrica 2010, y Alfaro dirigirá su segundo torneo consecutivo. “Honestamente es un privilegio estar viviendo lo que uno tiene la posibilidad de vivir. Cuando arranqué mi carrera de entrenador hace más de 33 años jamás imaginé que iba a estar dirigiendo una Copa del Mundo. No solamente tener la posibilidad de dirigir una, sino dos. Eso ya es absolutamente demasiado para lo que uno pretende y uno es un agradecido por los planteles que le han tocado, por las respuestas que tuve en ese sentido”, declaró.
El técnico también recordó una experiencia clave del certamen anterior, cuando estuvo al mando de Ecuador: “Me pasó en el sorteo del Mundial de Qatar: antes del mismo, nos reúnen a todos los entrenadores. Es ser parte de la Copa del Mundo, donde se empiezan a definir un montón de cosas. Ahí se definió el número de 26 jugadores, la cantidad de cambios, todos los que iban a ir al banco de suplentes. Una serie de circunstancias que pasaron”.
Y agregó: “De ahí uno miraba y decía: ‘pucha, acá está la élite del fútbol’. Porque me ha tocado cubrirlos, desde el lugar que están ustedes, los cuatro anteriores. Un poco se definía el fútbol que se iba a jugar en los próximos cuatro años y eso lo volveremos a vivir no mañana, sino pasado mañana, cuando tengamos otra vez la posibilidad de estar en una reunión con los entrenadores y tener el privilegio de estar en ese espacio”.
Alfaro cerró con una reflexión fiel a su estilo, enfocada en el proceso más que en los resultados: “Ahí es donde uno cae en la importancia no de un logro, sino de un camino recorrido. Eso, en definitiva, es lo que más te satisface y te llena”.