Rusia será el equipo anfitrión. Y como siempre ocurre, el local cuenta con un plus a la hora de los análisis. Sin embargo, en los últimos años los locales vienen decepcionando a sus aficionados. Brasil lo hizo en 2014, Sudáfrica en 2010, Alemania en 2006… Los rusos, por el momento, no demuestran ser capaces de transformarse en una excepción a la regla.
Sin grandes figuras y con un técnico sin muchos pergaminos (Stanislav Cherchesov), ya se fueron en primera ronda en la última Copa de las Confederaciones, tras vencer a Nueva Zelanda y perder con México y Portugal. No tienen demasiado talento individual ni tampoco una idea colectiva definida. Además, perdió por lesión a Alexander Kokorin, el único que podía hacer algo distinto en ataque. No superar la primera fase es una posibilidad cierta.
Croacia se presenta como un equipo difícil, que puede ser sorpresa. Sin embargo, pese a contar con jugadores como Modric en el Real Madrid, Rakitic en el Barcelona y Mandzukic en la Juventus, no dio muestras de fortaleza en los últimos tiempos. Quedó eliminada por Portugal en octavos de final de la Eurocopa 2016, y en las Eliminatorias no pudo con Islandia en la fase de grupos y pasó al Repechaje, donde derrotó a Grecia.
Siempre se espera más de este equipo, pero los buenos futbolistas con los que cuenta no alcanzan para dar el salto. En su caso, el todo es mucho menos a la suma de las partes y las individualidades nunca lograron formar un buen equipo.
Bélgica es otra selección que llega con grandes aspiraciones. Pero en los últimos días quedó en el ojo de la tormenta por la decisión del entrenador Roberto Martínez de dejar afuera de la lista a Radja Nainggolan, hombre de la Roma e histórico del plantel. El DT señaló que lo hizo por razones tácticas. Y así, ya tiene en contra a buena parte de la gente.
Más allá de esta ausencia, los belgas quieren estar entre los cuatro mejores del Mundial. De todos modos, la realidad indica que es un equipo que siempre promete más de lo que termina dando. Y que las presiones a la hora de jugar partidos importantes le terminan jugando en contra.
México se le parece bastante. En los últimos años, carga con el karma de no poder pasar de los octavos de final en los Mundiales. Tiene un equipo competitivo, que le puede dar pelea a cualquier adversario, pero le falta el plus a la hora de los encuentros decisivos. A la hora de salir a jugar el público mexicano entiende que su equipo está para más. Luego, el fútbol les da un baño de realidad.
Por último, podemos ubicar entre las selecciones que pueden decepcionar a un gran candidato: Argentina. La albiceleste viene de un proceso duro, donde cambió varias veces de entrenador. Jorge Sampaoli lleva poco tiempo de trabajo con el plantel. Y en los últimos amistosos se demostró que el equipo sigue penando: la goleada 6 a 1 ante España bajó a tierra a los de Messi. Si el hombre de Barcelona está en su esplendor todo será más fácil. Si no logra mostrar el nivel que viene teniendo en el conjunto catalán, la Argentina puede ser una de las grandes decepciones en Rusia.
