Fueron tiempos sufridos para Gastón Pereiro. Claro que sí. La incertidumbre del contagio de Covid en noviembre de 2020. Volver a ser atrapado por el maldito virus en abril de 2021. Dejar la comodidad de la idolatría en Holanda para ir a pelear el descenso en la dura Serie A italiana. Y la espina de la selección en el alma. ¿Cómo ganar un lugar en un equipo donde tenía tantos nombres por delante? La lista parecía interminable: Suárez, Cavani, Maxi Gómez, Lodeiro, De Arrascaeta, Lozano, Nico De la Cruz, y para colmo de males surgió un botija como el Canario Álvarez Martínez que se metió en el equipo.
Parecía olvidado. Pero desde el silencio, Pereiro demostró que la vida da vueltas y el destino le tenía deparada una enorme recompensa.
Mire si será caprichoso el destino que si Tabárez hacía viajar a Nicolás De la Cruz, tal vez Pereiro ni pisaba la cancha del Campeón del Siglo ante Ecuador.
Pereiro debutó en la selección nacional en noviembre de 2017 en un amistoso contra Polonia. Debió esperar casi un año para volver a ser llamado en setiembre de 2018. La primera oportunidad oficial llegó en junio de 2019 en la Copa América de Brasil y debió tener la paciencia suficiente de esperar cuatro años para debutar en una Eliminatoria. Soñar en grande Pereiro fue una estrella fugaz en el primer equipo de Nacional. Duró un suspiro. Sorprendió a propios y extraños al punto tal que con apenas 20 años emigró a Europa contrato por el PSV Eindhoven holandés en 2015.
Debió madurar rápidamente porque, como lo dijo en nota con ESPN, “en Nacional me preocupaba solo por agarrar la pelota y trataba de atacar y más nada, aprendí que el fútbol es más completo, no solo cuando tenés la pelota sino que tenés que estar siempre concentrado y atento”.
Y en un abrir y cerrar de ojos, Gastón pasó a jugar en canchas legendarias como Old Trafford, Wembley y el Nou Camp. “Llegué a Holanda y era todo nuevo para mí, pude jugar la Champions donde jugas contra los mejores equipos y contra los mejores jugadores del mundo, fue todo un sueño para mí, intentaba aprovecharlo y disfrutarlo también”, expresó a ESPN. El año pasado llegó la hora de tomar decisiones. Renovar contrato con PSV hubiese significado estar toda la carrera en Holanda. Y decidió salir de la comodidad para ir a pelear el descenso en Cagliari de Italia. Compañero de Nández Pereiro inició su camino en la selección a nivel juvenil formando parte del proceso de Tabárez. Allí comenzó a hacer migas con Nahitan Nández con quien consolidó la sociedad en la Sub 20 para luego ser compañeros en Cagliari. “Con Nahitan ya nos conocemos de la Sub 20 que estuvimos juntos, siempre comentamos si el ve Peñarol y yo cuando miro Nacional de cómo estuvieron los partidos”, contó a ESPN.
No fue sencillo el camino para Pereiro. En medio del viaje contrajo dos veces Covid-19. Primero en noviembre de 2020. Y en abril de 2021 otra vez el virus en su cuerpo para restarle minutos y oportunidades.
Pero Gastón no se cayó. Se levantó una y otra vez. Y esperó su momento. En silencio, fiel a su personalidad.
Faltando escasos minutos para el cierre del juego contra Ecuador, con los caminos cerrados por todos lados, su socio en Cagliari (Nández) inició una corrida y tiró un centro con el alma. Gastón, que estaba en el área, definió con su categoría de siempre, con los ojos bien abiertos. Cabezazo abajo, imposible para el golero. El gol que esperó toda la vida. El primero oficial con Uruguay para cumplir el sueño.