Jorge Célico llegó a Ecuador en silencio, casi como un desconocido, y, con trabajo y capacidad, se convirtió en el padre del logro más importante de la historia de las selecciones nacionales. En 2004 se hizo cargo de las divisiones inferiores de El Nacional y 15 años más tarde dirigió al seleccionado sub 20 que ganó el Sudamericano y finalizó en el tercer puesto de la Copa del Mundo. Su nombre ya está en la historia del fútbol ecuatoriano.
Especialista en formación de jugadores, recién se hizo cargo de un conjunto profesional de forma definitiva en 2008. Había dirigido en una sola ocasión el primer equipo de Huracán, el club de toda su vida en Argentina. Fue en un duelo frente a River Plate en 2002 y logró un triunfo que aún hoy lo emociona.
Entre 2008 y 2009 dirigió a El Nacional y en 2010 pasó a Universidad Católica, el club de su despegue definitivo, el que le permitió ganarse un nombre en el país. Fue campeón del torneo de reservas y, aunque sufrió el descenso, se buscó formar un plantel de jóvenes con un proyecto de formación muy claro y ambicioso.
Célico transformó a U Católica desde su trabajo en inferiores. Hoy, el club es un participante habitual de la primera división y ha jugado copas internacionales. La mayoría de los jugadores que se afianzaron en primera pasaron por sus manos en las juveniles.
En 2017 fue convocado por la FEF para que se hiciera cargo de la seleccion sub 20. El equipo venía de ser subcampeón del Sudamericano con varios de los hombres formados por el propio Célico, quien durante dos años observó a unos 800 jugadores tanto a nivel local como internacional hasta reducir el grupo a los 60 que formaron parte de los trabajos de cara al Sudamericano 2019.
Antes, se vio obligado a hacerse cargo de la Selección mayor de forma interina, después de la salida de Gustavo Quinteros. Dirigió dos partidos de Eliminatorias, uno de los cuales fue contra Argentina en Quito, que terminó en derrota y la dio la clasificación al equipo de Messi a la Copa del Mundo de Rusia 2018.
En el Sudamericano disputado en Rancagua, Talca y Curicó, Ecuador logró el primer título continental de su historia. Ya en el debut quedó claro el potencial de la Tricolor. Con goles de Jordan Rezabala y Alexander Alvarado, goleó 3-0 a Paraguay. Luego cayó contra Uruguay y venció a Argentina y Perú para ganar su grupo.
En la primera jornada del hexagonal final, Leonardo Campana y José Cifuentes convirtieron en el segundo triunfo del torneo contra Argentina. Campana demostró su calidad en esa ronda y se consagró como el mejor jugador y el goleador del certamen. Ecuador logró el título tras ganarle también a Colombia y Venezuela, empatar con Brasil y solo perder frente a Uruguay.
Además de Campana, Diego Palacios, Jackson Porozo y Gonzalo Plata formaron parte del once ideal del campeonato.
Ecuador llegó al Mundial de Polonia como campeón sudamericano y no decepcionó. En una historia que merece ser contada con mayor profundidad, alcanzó un tercer puesto histórico, que el fútbol nacional sueña que sea solo el punto de partida de éxitos aún más trascendentes.