La prematura muerte de Santiago 'Morro' García sacudió al ambiente futbolístico. Con apenas 30 años, el talentoso delantero cortó una vida y una carrera que tenía muchísimo para dar.
Según recuerda una nota de Juan José Díaz de 2009 en El Observador, el 'Morro' hizo baby fútbol en Libertad Washington del barrio Colón de Montevideo y luego pasó a las inferiores de Nacional, con una prueba previa en las juveniles de Peñarol, donde no se sintió a gusto.
Su personalidad afloró muy temprano en su carrera, y sus compañeros en los equipos jóvenes del Tricolor sabían que podían contar con su capacidad goleadora en los partidos importantes, sin importar que no viniera en racha. Pero también era calentón y tenía sus mañas, que le hicieron ganarse varias expulsiones en esa etapa de su juventud.
Es que la determinación del 'Morro' por ganar era tal que atravesaba las defensas como un tanque, demostrando una potencia brutal. Eso lo llevó a debutar en el primer equipo con apenas 17 años y en un partido decisivo: fue el 27 de julio de 2008 en la final de la Liguilla contra Defensor, donde el 9 titular, Diego 'Viruta' Vera, se lesionó ante de los 20 minutos y Gerardo Pelusso decidió mandarlo a la cancha. El 'Morro' devolvió la confianza con el único gol del partido, que sirvió para levantar el título.
Ese año también jugó su primer clásico y no pasó desapercibido: entró en el segundo tiempo y le cometieron el penal que Sergio Blanco transformó en el 1 a 0 definitivo. En el festejo, el 'Morro' realizó gestos a la tribuna de Peñarol y fue expulsado. Tan irreverente como peligroso para las defensas rivales era el atacante por esas épocas.
Otro artículo de El Observador, pero de 2011 recordaba que "ese carácter lo llevaría también en 2009 a hacerse notar", ya que marcó un gol clave para que Nacional clasificara a semifinales de la Libertadores por primera vez en 21 años, y para que fuera elegido mejor delantero de la temporada 2008-2009 en la encuesta que realiza ese periódico. Y luego llegó una primera etapa de bajón futbolístico, en la que sus cifras goleadoras cayeron mucho, pero antes de su primera salida del Bolso en julio de 2011, García volvió a demostrar sus condiciones. "Fue figura con Luis González y tuvo una notable recta final del Apertura cuando asumió Juan Ramón Carrasco. Fue el goleador con 15 tantos. Por un par de lesiones bajó en el Clausura a ocho goles. Pero fue el máximo anotador de la temporada (23) y único tricolor en marcar en la Libertadores", indicaba el mencionado artículo.
La primera etapa de García en Nacional tuvo un cierre por lo alto en lo deportivo, y finalizó con una transferencia millonaria al Atlético Paranaense, donde no pudo mostrar su mejor versión. Pero el recuerdo de su forma de jugar dejando todo, sus goles clásicos y su personalidad efusiva quedarán para siempre.