Cristian Olivera se fue de Peñarol, donde en los últimos tiempos había dejado de ser considerado por el cuerpo técnico tras haber atravesado episodios de depresión. El futbolista actualmente entrena con el plantel de Miramar Misiones y habló de su presente en el programa Punto Penal de Canal 10.
El punta contó que tuvo problemas familiares que le jugaron en contra: "Me dieron ganas de dejar el fútbol, pero el nacimiento de mi hija me cambió y hoy es mi motor. A la gente de Peñarol le digo que estoy en deuda con ellos por todo lo que me pasó, pero estoy muy agradecido con el club, con mis compañeros, con Nacho Ruglio, con Bengoechea, Cedrés, y a los hinchas decirles que algún día volveré y les pagaré la deuda que tengo con ellos”.
Sobre cómo vivió su mal momento estando en Peñarol, ‘Kike’ dijo que “Gargano siempre me preguntaba cómo estaba y yo le contaba lo que me estaba pasando. Siempre me brindaron mucho apoyo. Kevin Dawson, Musto, Gargano, Wallace, compañeros de Rentistas... Mucha gente me escribió en este tiempo y se acercó para ayudarme y brindarme apoyo”.
El atacante agregó: “En lo deportivo me sentía bien, pero estaba mentalmente mal, eso me estaba jugando en contra, mis problemas me sobrepasaron. Hoy estoy en tratamiento y ahora me estoy sintiendo bien, pero fue muy difícil. Con la ayuda de mi representante, del Almería, de Nacho Ruglio y de mi hija pude salir adelante”
Sobre su actualidad, Olivera explicó que “en Miramar estoy entrenando hace dos semanas, me recibieron de la mejor manera y estoy muy agradecido con ellos. Estoy intentando relanzar mi carrera. Con la ayuda de especialistas puedo volver, creo que esto no es un paso atrás sino un volver a empezar. Puedo tener la posibilidad de volver a Europa”.