El chiquilín miraba todo en silencio y con ojos grandotes. Le presentaron a los encargados de la residencia, a los compañeros que andaba en la vuelta, y lo llevaron a la habitación donde comenzaría a acunar sus primeros sueños en el fútbol.
Vestir el escudo de Nacional le parecía un sueño que trasladó desde las canchas de baby fútbol de Carmelo donde defendía al Artigas Fútbol Club. Tenía apenas 13 años cuando Gonzalo Petit comenzaba a escribir su historia con Nacional, club al que llegó a través de un captador que lo bajó a la capital. Hijo de profesionales, el chiquilín de Carmelo siguió adelante con los estudios en el Liceo Pallotti donde está terminando el bachillerato. Por su forma de ser se hizo querer en el club. A modo de ejemplo basta con contar que, en la despedida de fin de año, donde los chicos de cada categoría votan por los mejores compañeros, varias veces fue premiado. Con apenas 17 años, Gonzalo Petit pegó el salto. Hace poco dejó la residencia de las formativas y pasó a vivir con sus hermanos. A fuerza de goles, Petit fue forjando su carrera en las divisiones formativas de Nacional, al tiempo que su nombre se hacía habitual en las convocatorias de las Selecciones juveniles de Uruguay. Desde octubre de 2020 comenzó a ser citado por Alejandro Garay a la Selección Sub 15. De ahí subió el escalón a la Sub 17 donde, en marzo de 2023, formó parte del plantel que disputó el Sudamericano juvenil de la categoría en Ecuador. Antes de viajar, estampó la firma en su primer contrato profesional con Nacional. De cara al inicio de la temporada 2024, el técnico Álvaro Recoba lo ascendió al primer equipo, junto con sus compañeros Mateo Rivero y Lucas Sanabria, para realizar la pretemporada. A los pocos días, el técnico lo hizo debutar en un amistoso contra Unión de Santa Fe en el Gran Parque Central. Aquel 13 de enero de 2024 ingresó a los 67 minutos de un partido que terminó igualado 1 a 1 y que posteriormente los tricolores ganaron por penales. La noche del 17 de enero Petit jugó su primer clásico ingresando a los 75 minutos del partido disputado en el Estadio Centenario por la Copa Oscar Aguirregaray. Nacional y Peñarol igualaron 1 a 1 y los tricolores ganaron por penales. Las buenas noticias parecían no tener fin para Gonzalo. Dos días después del clásico el chiquilín de Carmelo extendió su contrato con el club hasta diciembre de 2026. A pesar de brindar ventaja con la edad, Petit seguía siendo parte de los procesos de Selección y fue convocado a la Sub 20. Es más, por si algo le faltaba, formó parte de los sparrings que el técnico de Uruguay, Marcelo Bielsa, citó para entrenar con la Selección Mayor. El 12 de julio, el chiquilín de Carmelo recibió una de sus primeras cachetadas en el fútbol. El técnico de la Selección Sub 20 de Uruguay, Fabián Coito, lo dejó afuera de la lista de viajeros al Torneo COTIF de L’Alcudia. “Me tocó enterarme de esa noticia en la concentración con Nacional. Capaz que eso me llevó a no pensarlo tanto, a disfrutar el momento que estaba viviendo. Pensándolo con tiempo, uno siempre quiere estar en la Selección, para mí es un honor vestir las dos camisetas, la de Uruguay y la de Nacional”, expresó el joven delantero. Gonzalo jamás imaginó que al otro día tendría revancha. El nuevo técnico de Nacional, Martín Lasarte, tenía claro lo que había sucedido, y en el entretiempo del partido que los albos ganaban 3-0 ante Danubio en Jardines, lo hizo debutar oficialmente en el primer equipo. Aquella tarde, Petit marcó el sexto y último gol de Nacional. Gonzalo salió corriendo a celebrar con lágrimas en los ojos; “Las lágrimas no las pude contener, pero sabía que iba a ir para el lado que estaban mis compañeros porque quería festejarlo con ellos”, expresó. El técnico Lasarte quería ir despacio… “Como ya he dicho, y lo quiero volver a aclarar, entiendo mucho las manifestaciones de los aficionados, aquello del chiquilín que juega, que nos genera un optimismo lindo que aparezcan caras nuevas, pero es un chico muy joven y debemos ser muy cuidadosos de no cargarlo con una mochila demasiado pesada”, expresó el DT de los tricolores. Pero la gente lo adaptó al botija de las formativas. Después de aquel partido contra Danubio, donde el capitán Diego Polenta le había susurrado al oído: “No te preocupes del qué dirán, vos trabajaste para esto y te lo ganaste”, el juvenil siguió sumando minutos y goles. Contra Miramar Misiones entró a los 58 y a la fecha siguiente fue titular por primera vez ante Boston River, partido en el que Nacional selló su clasificación a la final del Intermedio contra su eterno rival Peñarol. Ante la mala racha de lesiones, que determinó que Nacional pasara de la abundancia a las carencias de centrodelanteros, los hinchas pedían a Petit para el clásico. El técnico Lasarte debía definir entre el jovencito de las formativas o el experimentado delantero paraguayo Federico Santander. Y se inclinó por Santander. Pero el destino le tenía deparada una sorpresa a Petit. Pasada la media hora del clásico Santander se lesionó y llegó su turno. En el inicio del complemento Gabriel Báez lo pudo asistir para el gol, pero optó por rematar al arco. Hasta que, a los 79 minutos, inició una jugada que terminó con un golazo para decretar el empate y permitirle a Nacional llegar a la definición por penales. En el momento donde el técnico Lasarte decidía quiénes serían los ejecutantes, el botija de Carmelo lo sorprendió: “Vino corriendo al banco a decirme que estaba preparado y que quería el tercer penal”. Lasarte lo anotó en la lista. Cuando llegó el momento, de cara a una tribuna Ámsterdam repleta de hinchas de Peñarol, no falló. “No lo quiero apurar, pero estamos en presencia de un proyecto que a futuro es muy interesante, pero tenemos que ayudar a conducirlo”, volvió a repetir Lasarte. No es para menos, el chiquilín ni siquiera tiene libreta de conducir y va a Los Céspedes en el vehículo de Mateo Antoni que, a través de las redes sociales y a modo de broma, ya le reclamó que ponga plata para pagar la nafta.El ascenso al primer equipo
Cachetada y debut oficial
El gol del clásico