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Julio Moreno: el motivo de su jubilación en Nacional, las grandes generaciones de juveniles y la 'tranquilidad emocionante' de Marcelo Gallardo

El Profe trabajaba en el Bolso desde febrero de 1991 y comentó varias historias con ex futbolistas tricolores, como por ejemplo Luis Suárez. X/Nacional

El Profe Julio Moreno, preparador físico de Nacional, comentó por qué decidió jubilarse luego de casi 34 años trabajando en el club, repasó momentos y varias historias con ex futbolistas tricolores, como por ejemplo Luis Suárez, y recordó la ‘tranquilidad emocionante’ del argentino Marcelo Gallardo.

Moreno, el profesional que más años llevaba trabajando en el Bolso, comenzó en febrero de 1991, encargándose de la preparación física de Séptima división y Pre séptima: “A Nacional me llevó el profesor Horacio Guichón; con él y con el profe Gabriel Moreira trabajábamos en equipo, teníamos la parte física de todas las categorías juveniles”.

Me inicié estando Walter Ferreyra, un tipo excelente que participaba en todo, un tipo muy generoso. Con él aprendí muchísimo, luego con el también kinesiólogo Calimares; uno aprende haciendo cursos, especializándose y preguntando. Se trata mucho de intercambiar conocimientos y situaciones con todas las áreas, la médica, la técnica, la sicológica, con el área de los profes…”, explicó el Profe este jueves en Quiero fútbol (Radio Sport 890).

Y destacó: “Nuestra profesión se trata de buscarle la vuelta porque todos somos diferentes, buscar cómo entrarle y ganarte la confianza de cada jugador, y que el futbolista termine creyendo en vos”.

Su trayectoria en el club y el motivo de su decisión

Moreno aseguró que disfrutaba mucho trabajar en las divisiones formativas, tanto que incluso rechazó ofertas del exterior. En 2011, pasó a trabajar con el cuerpo técnico de Gallardo en Primera: “Ayudaba a Marcelo (Tulbovitz) en Primera y tenía la preparación física de la Tercera. A partir de ahí, seguí trabajando en Primera”.

“Esa etapa fue preciosa porque justo se conjugó un grupo humano espectacular. Y los momentos donde pasamos más dificultades fue donde pasamos mejor. A Marcelo (Gallardo) te lo puedo definir como una persona que mantiene una tranquilidad emocionante cuando la cosa está álgida; aquella semana luego de la derrota con Bella Vista, fue de las mejores que tuve en Nacional porque nos unimos, nos aferramos a Los Céspedes y pasamos bárbaro”.

También valoró que pudo tener un gran vínculo con todos los entrenadores que trabajaron con el primer equipo en estos últimos catorce años: “Últimamente en Primera, yo me dedicaba específicamente a la rehabilitación de los lesionados; estaba enfocado en ese tema que también me apasiona. Hay un equipo multidisciplinario en Nacional que es espectacular para trabajar”.

Y dijo sobre lo que significa el club en su vida: “Nacional es mi pasión, es mi casa, donde yo me siento feliz. Uno a veces no tiene ganas de ir a trabajar, pero a mí me encantaba ir a trabajar”.

“Lo voy a extrañar, no fue una decisión fácil la de jubilarme, fue una decisión muy pensada porque la paso muy bien en el trabajo. Pasa que tengo un poco de artrosis y me tengo que operar, entonces tengo que hacer un buen trabajo pre y post operatorio para apuntar a una buena calidad de vida, entonces opté por jubilarme; ese fue el motivo principal, un tema de salud futura”, explicó Moreno.

Las grandes generaciones de juveniles y el profesionalismo de Luis Suárez

Moreno, quien recordó con particular cariño las participaciones de la Punta Cup cuando trabajaba con Gustavo Bueno, contó sobre los jugadores con los que fue coincidiendo a lo largo de los años en juveniles: “De aquella primera generación que tuve, me acuerdo que Gustavo Munúa jugaba de lateral derecho; en el baby fútbol jugaba de golero, pero cuando subió a Séptima, como era de físico pequeño y jugaba bárbaro en el medio, el técnico lo puso en el medio, pero se sucedieron un par de partidos, enseguida fue al arco e hizo la carrera que hizo. En esa generación también estaban Christian Berman y Marcelo Sosa; el Pato estuvo en Séptima con nosotros, después se fue a Sudamérica, luego Danubio y años después me lo encontré en Primera”.

“En la generación 1990 estaban Seba Coates, Darwin Torres, Facundo Píriz, el Nano Ramos, el Morro García, Maximiliano Calzada, Mauricio Pereyra… Era un placer verlos jugar. Jugaban bien y tenían buena técnica, lo que facilitada todo lo otro. Antes, la generación de Luis Suárez (1987) también era buenísima; en esa también estaban Martín Cauteruccio y Bruno Fornaroli”.

El Profe puntualizó sobre el Pistolero: “En una época me mandaron a Liverpool con Gastón Pereiro, Leandro Otormín, Rodrigo Amaral y Daniel Baldi. Convivimos con Luis en Inglaterra y pasé de película, aprendí un montón, me interrelacionó con todos los cuerpos técnicos de Liverpool. Convivimos con Luis y con Seba Coates”.

“La vuelta de Luis en 2022 fue una locura; en 2022 con Pablo Repetto estaba el profe Marcelo Cabezas y teníamos buen feeling con Luis, que es muy respetuoso de los profesionales y se adapta a todo. Además, Suárez tiene un equipo de gente que trabaja alrededor de él; un profesionalismo impresionante, estaba una hora en el gimnasio antes de cada entrenamiento”, afirmó.

El Profe enfatizó que todo este tiempo trabajando en el club ha sido posible gracias a sus compañeros: “Tuve la suerte de laburar con técnicos excelentes, formadores, y eso hace que te mantengas a lo largo del tiempo. Y en mi caso, me encantaba el trabajo en juveniles, y nunca estuve desesperado para subir a Primera”.

“Es divino trabajar con juveniles, el ida y vuelta que tenés con los jugadores, y el encontrarse en la calle con un pibe que no llegó y te viene a dar un abrazo, el mejor campeonato que podés ganar es ese, que los pibes te recuerden con cariño, más allá de si llegó o no a Primera”, dijo.

A su vez, Moreno contestó cuando se le preguntó si se le puede augurar un gran futuro profesional a gurises de 12 o 13 años: “En Séptima división, la experiencia me llevó a visualizar que hay que ser muy cautos, porque muchas veces capaz que por contextura física desequilibran más y cuando se van igualando los físicos ya cambia la cosa. En el caso de Suárez, Cauteruccio y Fornaroli, los tres tenían cosas diferentes y visualizabas de que habían grandes posibilidades de que llegaran. Luis pasó de Quinta a Primera, ni pasó por Cuarta”.

Por último, el profe destacó que ‘las condiciones de trabajo en Los Céspedes son muy buenas’ y apuntó: “Quiero resaltar la calidez humana de todos los funcionarios que están en Los Céspedes, es espectacular cómo trabajan y la buena onda que hay”.