Renzo Machado, delantero de la Selección Uruguaya Sub 20 y de Liverpool, habló de la influencia que tuvo lo emocional y lo mental en la salida de la Celeste del último Sudamericano, y también contó cómo se desahogó en su primer partido al volver al negriazul.
En entrevista con el programa “Convocados” (El Espectador Deportes), el atacante dijo que se sintió muy contento de volver a jugar con Liverpool el pasado sábado en la victoria por 2-1 contra Cerro. Además, participó de la jugada del gol del triunfo. “Tenía ganas de jugar. En el gol, en el momento sentí que toqué la pelota. Después no vi las imágenes, me comentaron que el zaguero me pegó a mí. Pero si fue así y yo no estaba ahí, quizás la sacaba entonces lo grité como mío y fue parte de un desahogo de todo”, señaló.
El atacante reconoció que no quiso volver a ver la jugada por televisión porque le comentaron que no la había tocado él sobre la línea del arco sino el defensa de Cerro, y también contó que el festejo sirvió para liberar las penas acumuladas con la Selección en el Sudamericano, donde una lesión le impidió jugar los últimos partidos y Uruguay no logró clasificar al Mundial de la categoría. “Fuimos con una ilusión y un objetivo y no lo pudimos cumplir. Me chocó mucho lo que me pasó, me dolió no poder estar adentro de la cancha con mis compañeros. Después, volver a Uruguay y ver cómo se estaba dando el partido, que me toque entrar y estar involucrado en esa última jugada fue un desahogo de todo. Lo grité con esas ganas que tenía de sacarme todo de adentro, pero es algo con lo que el futbolista tiene que estar acostumbrado a convivir: a veces la cosa viene bien y, a veces, más o menos”, expresó.
Además, analizó qué le sucedió a Uruguay para que su rendimiento cayera tanto en el hexagonal final del Sudamericano Sub 20. “Después de haber hecho el duelo y analizado de todo un poco, me parece que nunca nos imaginamos encontrarnos en esa situación de perder los dos primeros partidos de la fase final. Habíamos hecho una fase de grupos perfecta sin ser por el último partido con Venezuela, pero igualmente terminamos primeros. Que nos tocaran Argentina y Brasil en el hexagonal, ir con la confianza y la ilusión de ganarle a los dos y tener ese tipo de derrotas nos chocó, nunca imaginamos estar en esa situación. Fue parte de por qué nos costó levantarnos”, indicó.
Machado habló de la influencia que tuvo el aspecto mental del equipo para tener esa caída sobre el final del certamen. “En este tipo de torneos, lo emocional juega muchísimo, aparte del cansancio físico. Termina un partido y no importa si ganaste o perdiste, tenés que pasar al otro, se juega cada tres días. Después de venir de un grupo donde veníamos siendo protagonistas, teniendo la pelota más que los rivales, con más situaciones de gol y ganando, pasar a una etapa donde la pelota la tenían más los rivales y las situaciones de gol no entraban… En esos torneos si vos perdonás, el rival no perdona. La cabeza jugó un papel importante y fue lo que nos llevó a que nos costara clasificar”, opinó.
El 9 de la Sub 20 dijo que tras la derrota contra Paraguay en el hexagonal, el vestuario uruguayo estaba con los ánimos por el piso, sabiendo que el boleto al Mundial había quedado prácticamente a un alcance imposible. “Intenté dejar alguna palabra de aliento, que todavía teníamos chance, que teníamos que esperar resultados, pero en el fondo sentía que casi que estaba todo cocinado porque era difícil que Chile le empatara o ganara a Colombia. La ilusión estaba, pero cuando vimos el partido y cómo se estaba dando sabíamos que, lamentablemente, estábamos afuera”, dijo Machado.
El futbolista de Liverpool también habló de que como llegaron a la última fecha sin chances de llegar al Mundial, pudieron aprovechar esos días para “hacer el duelo todos juntos”. “La vida a veces te golpea, en este caso fue en el fútbol y hay que saber levantarse y seguir luchando, siempre hay nuevas oportunidades. Cuando venga setiembre y veamos que los rivales están en el Mundial, va a volver ese dolor”, reconoció.
A su vez, el delantero dejó en claro que desde que se conformó la lista de convocados para el Sudamericano, se conversó en el plantel sobre cómo no tenían que tomar como parámetro el éxito de la anterior generación, que logró el título mundial. “Tuvimos una charla por ese tema, para saber si alguno se sentía presionado o con una mochila, y fue al contrario. Todos estábamos del mismo lado, no era una mochila sino una motivación. Si ellos lo pudieron hacer, ¿por qué nosotros no? Lo tomamos como una motivación al Sudamericano y después no lo pudimos lograr”, explicó.