El 11 de mayo del 2014, por la última jornada de la Premier League 2013-14, Luis Suárez recibía una durísima infracción del galés Paul Dummett en el triunfo de Liverpool sobre Newcastle en Anfield por 2 a 1. Días más tarde se confirmaría la rotura de meniscos del salteño provocando el desvelo del futbolero pueblo oriental: en apenas semanas la Selección Uruguaya comenzaría el Mundial de Brasil y la presencia de su figura estaba en duda.
Aquel domingo de mayo, como en gran parte de la temporada, tenía a muchos sudamericanos, los uruguayos en particular, pendientes de una nueva fecha de la Premier para ver si Suárez sería el responsable de cumplir el maleficio de los Reds con el título de Liga en Inglaterra.
El 27 de abril, Steven Gerrard se había resbalado para darle el 1 a 0 a Chelsea y perder tres puntos claves, y días más tarde el Crystal Palace le había robado un empate al Liverpool tras ir perdiendo 3 a 0. El sueño de campeonato de los Reds se había perdido. Manchester City llegó al liderazgo en las últimas fechas y consiguió el título ese domingo 11 de mayo con goles de Nasri y Kompany para vencer 2 a 0 ante West Ham.
Suárez, máximo asistente, goleador y figura de la temporada, jugó su último partido con el Liverpool (sin saber de su posterior partida) y nuevamente fue uno de los jugadores con mejor rendimiento. Ante Newcastle, la hinchada de Liverpool obtuvo el triste consuelo de una victoria sin importancia (con goles de Agger y Daniel Sturridge) y se indignó cuando al minuto 87 el defensa Dummett le entraba duramente a Suárez en la mitad de la cancha y recibía la tarjeta roja.
El uruguayo continuó el partido, las crónicas internacionales apenas repitieron la infracción y se centraron en un nuevo intento fallido de los Reds por conseguir la Premier. Algún uruguayo sostenía (y alguno sostiene) que fue clara la intención de lesionar al uruguayo para que no pudiera jugar ante Inglaterra por el segundo partido del grupo D del mundial, pero celebraba el aparente poco éxito de esa acción.
Sin embargo, el jueves 22 de mayo del 2014, a menos de un mes para el debut (14 de junio ante Costa Rica) Uruguay amaneció con la siguiente noticia: “El futbolista uruguayo Luis Suárez ya fue operado en la Médica Uruguaya de la lesión que sufrió en su rodilla izquierda, pudo saber El Observador. Desde la mutualista se informó que la operación fue realizada con éxito”. Así informaba El Observador a las 8.27 de la mañana.
El hermetismo había sido tal que recién el miércoles 21 a la noche comenzó circular algún rumor y las primeras informaciones en el periodismo deportivo. Luego se supo que por la mañana del miércoles Suárez había sentido un dolor en el Complejo Celeste y por la tarde trabajó en el gimnasio, se le hizo una resonancia magnética que fue enviada inmediatamente a la sanidad de Liverpool para obtener la autorización y así realizar la intervención.
Recién horas después de la operación, los medios recordaban la infracción de Dummett del 11 de mayo, pero ya todos se enfocaban en los días posteriores y las diferentes versiones de los tiempos de recuperación surgían a cada instante. Que llega, que es imposible, que capaz en Octavos.
Al día siguiente de la operación de Luis, el galés que le dio la patada comentó había sido sin ninguna intención, deseaba que Suárez pudiera jugar en Brasil y recordó que él también había sufrido anteriormente una lesión de meniscos estando tres meses fuera de las canchas.
Las declaraciones del zaguero Dummet (en esos momentos tenía 22 años, actualmente sigue en el Newcastle) no generaron ninguna calma en el Uruguay porque los tiempos no daban en ninguna cuenta. Sin embargo, horas después de la operación, el maestro Tabarez confirmaba a Suárez entre los 23 convocados para el Mundial.
El delantero no jugaría en la derrota ante Costa Rica, pero el 19 de junio sí dijo presente ante Inglaterra, donde convirtió los dos goles para el triunfo celeste. Tras vencer a Italia por la última fecha del grupo, Suárez fue informado y sancionado por su mordisco ante Giorgio Chiellini por lo que no jugó en la eliminación uruguaya ante Colombia por los Octavos de final. Por esa suspensión, tampoco pudo estar para la Copa América de Chile. Para la Copa América Centenario 2016, disputada en Estados Unidos, un desgarro no le permitió jugar en la corta presencia celeste, pese a ser parte del plantel de Tabarez.