Rhiannon Walker | The Undefeated 7y

Tal día como hoy en la historia latina: Ted Williams conecta su jonrón 521, último de su carrera

Nota del Editor: Pueden ver la versión en inglés de esta historia aquí.

Con un out y las bases limpias en el final del octavo episodio, Ted Williams se paró en el plato el 28 de septiembre de 1960, y comenzó a mover su bate. Sin embargo, Williams y el lanzador de los Orioles de Baltimore Orioles, Jack Fisher, debieron esperar hasta que el umpire Ed Hurley les dio la señal para así proceder.

Se suspendió la acción porque los aficionados estaban de pie, ovacionando fuertemente durante varios minutos, en anticipación del turno final al bate de Williams. Tras recibir boleto en el primer episodio, y soltar un profundo elevado al jardín central en el tercero, haciendo que Al Pllarcik corriera a la barda del jardín derecho en el quinto, esta era la última oportunidad para que el futuro miembro del Salón de la Fama antes de retirarse como miembro de los Boston Red Sox, tras la conclusión del cotejo.

Fisher soltó un pitcheo en cuenta 1-1 a Williams, quien la envió a más de 420 pies entre el jardín derecho y el central y el bullpen de los Medias Rojas. El cuadrangular de Williams, de 32 años de edad, le dio la ventaja a Boston 4-3, y el equipo pudo imponerse a los visitantes 5-4.

Mientras Williams corría las bases, los 10.454 aficionados que acudieron a pesar de la neblina y la posibilidad de lluvia comenzaron a cantar: "Queremos a Ted". Williams terminó en el tercer puesto en la lista histórica de jonrones en las Grandes Ligas detrás de Babe Ruth (714) y Jimmie Foxx (534), siendo además el último grandeliga en batear por encima de .400 en una temporada (.406 en 1941).

Fue el cuadrangular 29 de la temporada para Williams y su empujada número 72 en 310 visitas al plato ese año. Tenía promedio ofensivo de .316 en 113 partidos en esa campaña final. Sin embargo, a pesar de la lluvia de aplausos y de un aficionado que corrió hacia el terreno a abrazarlo, el nativo de San Diego y mexicano-norteamericano permaneció fiel a su estilo y no reconoció la ovación de los asistentes ni se quitó su gorra, y mucho menos salió al terreno a agradecer los aplausos.

"En mi segundo año (en las Mayores) decidí nunca quitarme la gorra ante los aficionados", expresó Williams a la agencia AP el 21 de enero de 1966. "Nunca me olvidaré de ese partido. Me ponché y después cometí un error defensivo. Ahí, lo escuché muy bien. Me la dedicaron fuertemente. Cuando me metí en el dugout, juré que nunca me quitaría la gorra de nuevo, sin importar lo fuerte que fuera la ovación".

Williams estaba muy consciente que, si se hubiese dado a conocer su ascendencia mexicana, hubiese sido tratado mucho peor en Boston, eso, si se le hubiese dado la oportunidad de jugar en primera instancia.

Al contario de los afro-americanos, quienes estaban excluidos de jugar en las Mayores hasta que Jackie Robinson rompió la barrera del color en 1947, no había una prohibición expresa hacia los latinos. Sin embargo, había obvias preferencias por aquellos que pudieran hacerse pasar como caucásicos. Williams fue aconsejado por el entonces Gerente General de los Medias Rojas Eddie Collins no reconocer la existencia de su familia azteca.

Hijo de padre blanco y madre mexicana-norteamericana, Williams confesó su herencia en su autobiografía My Turn At Bat (Mi turno al bate), publicada en 1969.

"Su apellido de soltera era Venzor, era parte mexicana y parte francesa. Vaya destino. Si yo hubiese usado el apellido de mi madre", dijo", "no tengo duda alguna que me hubiese metido en problemas en aquellos días, con los prejuicios que la gente del Sur de California tenía en aquellos tiempos".

El exeditor del Boston Globe, Ben Bradlee Jr., relató con detalle varios pasajes en los cuales Williams ignoró o bien despreció a su familia en su libro The Kid: The Immortal Life of Ted Williams (The Kid: La vida inmortal de Ted Williams).
A finales de 1939, tras la sensacional campaña de novato de Williams con los Medias Rojas, regresó a su terruño de San Diego, como héroe conquistador. Sin embargo, al notar la presencia de sus familiares mexicanos que se reunieron para verle en la estación de trenes, Ted se retiró raudo para evadirlos. De acuerdo a uno de los familiares de Ted presentes, Williams "miró de cierta forma a este grupo grande de mexicanos, y dijo 'Oh, Dios mío, mi carrera se va por el caño si me ven con esta gente', y se alejó".

Varios años después, un grupo de la familia Venzor viajó a Los Ángeles a fin de ver jugar a Ted y a los Medias Rojas jugar un encuentro de exhibición contra los Angelinos de Los Ángeles, entonces miembros de la Liga de la Costa del Pacífico. Cuando los Venzor gritaron y saludaron a Williams desde la tribuna, Ted hizo un gesto a fin de indicarles que los vería luego. Nunca lo hizo. "Toda la familia fue a ligar por él y no tuvo las agallas para salir y por lo menos saludarles", expresó Rosalie Larson, prima de Ted.

Si bien no expresó su herencia latina hasta el ocaso de su existencia, Williams aprovechó su discurso de exaltación al Salón de la Fama en 1966 para criticar a Cooperstown por no reconocer a los peloteros de color.

"Espero que algún día los nombres de Satchel Paige y Josh Gibson puedan ser, de alguna forma, agregados como símbolo de los grandes peloteros negros que no están aquí solo porque no se les dio la oportunidad", dijo Williams a los asistentes. En ese discurso, Williams igualmente elogio al dueño de los Medias Rojas Tom Yawkey, quien se aseguró que Boston fuese el último equipo en integrar a los peloteros afro-americanos.
Williams falleció en 2002 a los 83 años de edad.

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