Nota del Editor: Pueden ver la versión en inglés de esta historia aquí.
Cuando Rebecca Lobo se aprestaba a participar en la primera temporada en la historia de la WNBA, lo que más ansiaba era ver a pequeñas niñas finalmente tener la posibilidad de vestir la camiseta de su heroína. Jugó varios partidos en esa campaña de 1997 y pudo ver como varoncitos iban a presenciar sus cotejos con la camiseta de ella. Entendió la gran repercusión que podía tener durante su carrera (de seis años) en la WNBA.
"Vestía una camiseta (del New York) Liberty con el número de Rebecca Lobo y tenía 8 años, por ejemplo", expresó Lobo en su discurso de exaltación al Salón de la Fama Naismith Memorial en 2017. "Recuerdo que, en ese entonces, con lo joven que era, me sacudió y pensé: 'Esto es grande. Ahora en el recreo, cuando estén jugando al baloncesto de forma improvisada, ¿verá a la niña que está sentada ahí de forma distinta? ¿La tomará para su equipo?' En ese entonces, pensábamos: 'Esto está cambiando la dinámica con respecto a lo que niños y niñas tienen que lidiar en el deporte'".
El 6 de octubre de 1973, la alera All-Star nació en Hartford, Connecticut, de padre de ascendencia cubana y madre de linaje irlandés y alemán.
Lobo mostró su carácter de estrella ya en el séptimo grado, cuando jugó en el equipo de su escuela, y la época de su ascenso deportivo coincidió con cambios dentro de la sociedad con respecto a las mujeres. Dieciséis meses antes de su nacimiento, el llamado "Título IX", ley educativa en Estados Unidos que prohibió la discriminación en programas educativos por motivos de género, fue implementado y abrió las puertas a innumerables mujeres de la generación de Lobo.
En su año de novata en la Southwick-Tolland Regional High School en Massachusetts, Lobo se convirtió en la primera jugadora de baloncesto femenino en convertir 1.000 puntos en su primera campaña. Al final de su carrera de secundaria y durante los 18 años siguientes, fue la dueña del récord del estado con 2.740 puntos. Kelsey O'Keefe y Bilquis Abdul-Qaadir, quienes eventualmente sobrepasaron el total de puntos en la carrera de Lobo, anotaron 1.000 puntos en sus zafras de novatas.
Luego, la alera de 6 pies, 4 pulgadas (1,93 metros) ayudó a llevar a la Universidad de Connecticut a alzarse con su primer campeonato nacional en 1995. Ese equipo, con Jennifer Rizzotti y Kara Woters en su nómina y con Geno Auriemma, miembro del Salón de la Fama, como entrenador, se destacó y en la temporada senior de Lobo tuvo récord de 35-0. Lobo fue acreedora de los premios como Jugadora Universitaria del Año y Jugadora del año para la agencia AP en 1995, además del Trofeo Wade y la Honda-Broderick Cup, presentada al atleta "mayor merecedora del reconocimiento como Atleta Femenina Universitaria del Año". Lobo, estudiante distinguida, fue además la primera atleta en la Conferencia Big East en llevarse reconocimiento como All-American de primer equipo tanto en lo atlético como lo académico.
Igualmente, fue en un momento cercano a 1995 que los dueños de equipo de la NBA votaron a fin de constituir la versión femenina, la WNBA, y en 1996, Lobo jugó para el equipo de baloncesto femenino de Estados Unidos que ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atlanta. Ese mismo año, Lobo fue asignada al New York Liberty, en un mercado mediático en el cual tuvo un inmenso grupo de seguidores, jugando al lado de Teresa Weatherspoon.
En tres de sus cuatro primeras finales de la WNBA, el Liberty se enfrentó a las Houston Comets, con estrellas de la talla de Cynthia Cooper, Sheryl Swoopes y Tina Thompson. Las Comets vencieron todos sus enfrentamientos.
Lobo terminó su carrera como atleta activa con el Connecticut Sun en 2003 y ahora es analista de baloncesto para ESPN.
"Creo que yo pude estar en el momento preciso y jugué para equipos en el momento preciso", dijo. "Como resultado de eso, tengo la esperanza que mi influencia radicará en el hecho que pude cosechar mis frutos y no hice nada para impedir los avances que se estaban consiguiendo".