Lejos estuvo el sprint del GP de Francia, quinta fecha de MotoGP que se ve por Star+, de tener la emoción de los cuatro anteriores, en este sistema de adicionar una carrera corta para los sábados, implementado para el ejercicio 2023 del Mundial. A Jorge Martín poco le importó todo esto, claro, porque fue el que más se divirtió al lograr el triunfo con la Ducati del equipo Pramac.
El campeón 2018 de Moto3 partió desde el quinto cajón, lugar obtenido en la clasificación realizada más temprano, y desde allí comenzó a escalar posiciones. Ya en el pique, quedó segundo con una gran largada y luego fue por Pecco Bagnaia, a quien logró superar en la tercera vuelta para liderar el resto de la competencia, sin sobresaltos.
Detrás de Martín y Brad Binder, el único que pudo seguir la estela de la Ducati con su KTM, apareció Marc Márquez en la batalla. El español volvió a las pistas después de tres carreras ausentes por la lesión en la mano derecha que había sufrido en Portimao, cita inicial de la temporada. El piloto de Honda, fiel a su estilo, no se guardó nada y lo mostró el viernes en el cierre de los ensayos, cuando terminó en el suelo y con su moto muy dañada. Pero Márquez es así, jamás dejará de buscar el límite y más aún cuando debe exprimir a fondo las pocas bondades que le entrega su RC213V 2023, claramente inferior a sus competidores.
El hexacampeón de la categoría reina ya había dado la nota en la clasificación al finalizar segundo, detrás de Bagnaia, quien le birló la pole por apenas 58 milésimas. Claro, después llegaría lo más complicado, mantener el ritmo con su moto del Ala. Y ahí pagó, pero no sin dar lucha hasta finalizar quinto. Las batallas que dio contra el campeón del mundo, rueda a rueda, y con Luca Marini fueron lo mejor de la anodina carrera. Pero fue la muestra de que Márquez, cuando está bien de salud, su enorme Talón de Aquiles de las últimas cuatro temporadas (está en su 29ª participación en las últimas 57 competencias), nunca hay que dejarlo afuera de los candidatos, aunque su moto no le entregue el poderío que necesita.
La pelea con Bagnaia fue áspera y el italiano se enojó con Marc. Después de la carrera, el piloto de Cervera fue claro: “Lo dije ayer en la Comisión de Seguridad: todos los accidentes que han tenido lugar este año han sido contactos de carrera, excepto el mío en Portimao, que debería haber sido. Estamos en MotoGP y esta son las carreras. Hoy no pasó nada: adelanté y Pecco cerró la puerta. Sabía que iba más rápido. Unos adelantan en las rectas y yo en las curvas, porque en la recta no puedo. El discurso es claro, esto es MotoGP, no estamos bailando”, dijo. Y, ya hablando del resultado del sprint, dijo: “Estoy contento, porque el principal objetivo era estar en este top 5. Me ha sorprendido más el ritmo que tenía a final de carrera, que pensaba que me iría quedando y no ha sido así”, cerró el español, quien finalmente optó por usar el chasis Kalex para el fin de semana de Francia, tras haber probado también el de Honda el viernes. “Me sentí más cómodo”, aseguró.