BUENOS AIRES -- La historia del fútbol en los Juegos Olímpicos tiene 104 años de vida. En más de un siglo han
pasado miles de goles, cientos de partidos y muchísimos resultados que quedaron en la historia del
deporte más popular del universo. Aunque el prestigio de este torneo suele ser dudoso en el ámbito
futbolístico, es indudable la importancia de una medalla dorada para cualquier deportista. Por
eso, por esa voluntad casi amateur, los batacazos han sido una constante desde 1908.
En esta entrega de la Cuenta Regresiva rumbo a los Juegos Olímpicos de Londres 2012,
ESPNdeportes.com repasa las 25 sorpresas más resonantes o más increíbles de la historia del fútbol
olímpica. Un recorrido por los resultados más asombrosos de este campeonato centenario que vivirá
en la cuna de este juego una nueva edición, en la que, como de costumbre, no faltará algún
batacazo.
1- Luxemburgo 5-3 Gran Bretaña (Helsinki 1952)
El Seleccionado británico, que no participaba como tal de las Copas del Mundo, tenía en los Juegos
Olímpicos su compromiso más importante. Desde la implementación del fútbol, siempre fue uno de los
animadores y ganó las dos primeras medallas de oro en disputa. Además, como una de las grandes
potencias mundiales, era candidato en cada torneo. En 1952 no tenía grandes figuras, pero un debut
muy accesible ante Luxemburgo lo convertía en el casi seguro rival de Brasil en octavos de final.
Sin embargo, el Seleccionado del minúsculo estado europeo tenía guardada una sorpresa mayúscula.
Aunque el inglés George Robb marcó el primero a los 12 minutos, luego Joseph Roller lo empató en
el segundo tiempo y en el tiempo suplementario, Luxemburgo marcó cuatro goles más para concretar
la hazaña más impresionante de la historia del fútbol olímpico. Sí, algunos dirán que la Selección
de Reino Unido ni siquiera tenía suplentes, Es cierto, pero la sorpresa que causó el triunfo de
uno de los equipos más insignificantes del mundo sobre una superpotencia casi no tiene
antecedentes.
2- Nigeria 4-3 Brasil (Atlanta 1996)
Roberto Carlos, Bebeto, Ronaldo, Rivaldo y otros cracks brasileños llegaron a los Juegos Olímpicos
de 1996 con una obligación clara: ganar el único título que falta en la vitrina verdeamarelha. Con
el histórico Mario Zagallo como entrenador, el Scratch era por amplio margen el máximo candidato a
quedarse con el oro. Tras superar la primera fase con algunos problemas y golear a Ghana en
cuartos, debía enfrentar a Nigeria en semis, en un partido que se presentaba ganable. Sin embargo,
nada salió como esperaban los sudamericanos.
Aunque el primer tiempo finalizó con una victoria 3-1 que presagiaba una cómoda clasificación, los
africanos brillaron en el final del complemento e igualaron 3-3. Aunque eso ya era una hazaña para
un Seleccionado que sólo había jugado un torneo relevante en su historia, Kanu tenía guardado el
golpe de gracia a Brasil. La humilde Nigeria venció 4-3 al campeón del mundo y se clasificó para
la final, que luego le ganaría a Argentina. Fue la semana perfecta de las Águilas en los Juegos
Olímpicos.
3- Japón 3-2 Argentina (Tokio 1964)
"Los japoneses aplaudían los laterales como si fueran goles, pero tenían a un petiso que se
llamaba Miyamoto y nos bailó", dijo alguna vez Roberto Perfumo acerca de los Juegos Olímpicos de
1964. La Selección Argentina que tenía jugadores como Agustín Cejas o Miguel Tojo compartió la
zona con el local y Ghana, dos equipos con nula tradición hasta ese momento. Sin embargo, esa
diferencia no se vio y la Albiceleste quedó eliminada.
Frente al anfitrión, Argentina perdió 3-2 después de estar dos veces arriba en el marcador gracias
a goles de Juan Carlos Dominguez. Los nipones fueron superiores en la segunda parte y consiguieron
su mejor victoria internacional hasta aquel momento.
4- Irán 1-0 Brasil (Montreal 1972)
Como en todo torneo internacional, Brasil llegó a los Juegos Olímpicos de Montreal como uno de los
grandes favoritos al título. La Verdemarelha venía de desfilar en el Mundial de México 1970 y,
aunque Pelé, Rivelino, Tostao y los demás cracks campeones no viajaron a Canadá, Falcao y Roberto
Dinamite conducían un equipo con jugadores de nivel. Pero los Juegos volvieron a ser el karma de
los brasileños, que sufrieron en su última presentación una humillante derrota frente al ignoto
Seleccionado de Irán, que jugaba su primer campeonato oficial. El 0-1 marcó la eliminación del
Scratch en la primera fase.
5- Costa Rica 1-0 Italia (Los Angeles 1984)
La Azzurra había vencido a Estados Unidos y a Egipto antes de enfrentar al eliminado equipo
costarricense. Aunque Franco Baresi y Aldo Serena descansaron en este partido, Walter Zenga sí due
titular e Italia era la gran favorita debido a la calidad de su plantel. Sin embargo, Enrique
Rivers marcó un golazo en el primer tiempo y le dio a Costa Rica una de las victorias más
resonantes de su historia. Fue en Pasadena y ante más de 40 mil personas. Luego, el Seleccionado
italiano perdería ante Brasil en semifinales.
6- Camerún 2-1 Brasil (Sydney 2000)
La derrota contra Nigeria en 1996 todavía no había cicatrizado en Brasil cuando llegó el turno de
jugar contra Camerún en Sidney. Desde el comienzo, el partido fue una pesadilla para el equipo de
Wanderley Luxemburgo. A los 18 minutos Patrick Mboma marcó el primer gol y Ronaldinho recién pudo
igualar en el cuarto minuto de descuento del segundo tiempo. Pero la alegría duró poco para el
Scratch y Modeste Mbami anotó el segundo en la prórroga. Fue una frustración más para Brasil y el
primer paso hacia el oro de los Leones indomables.
7- Nigeria 3-2 Argentina (Atlanta 1996)
Esa jugada final aún está en las pesadillas de Roberto Sensini y de toda la defensa argentina. Un
centro cruzado en el último minuto de una final, una definición certera y una derrota inesperada.
Emmanuel Amunike convirtió el gol más importante de la historia del fútbol africano hasta aquel
momento en la final de los Juegos de Atlanta 96. Tras esa medalla de oro, los Seleccionados de ese
continente empezaron a ser mirados con otros ojos, con más respeto. Las Águilas dieron el gran
golpe ante una Argentina que había arrasado en los partidos previos.
8- Francia 1-17 Dinamarca (Londres 1908)
El partido pertenece a la prehistoria del fútbol tal y como lo conocemos nosotros. Se jugó hace
más de un siglo pero es aún hoy el resultado más abultado de la historia de los torneos FIFA -sin
contar Eliminatorias-. Fue en el primer torneo oficial de fútbol olímpico cuando Dinamarca
sorprendió a uno de los grandes favoritos, Francia. Los galos presentaron dos equipos en ese
certamen. La Selección B había caído 0-9 contra los daneses, que en la semi masacraron al equipo A
con diez goles de Sophus Nielsen.
9- Zambia 4-0 Italia (Seúl 1988)
Quizás pocos recuerdan este partido, pero en Zambia generó una gran fiesta popular. El ignoto
Seleccionado africano pasó por arriba a una Selección de Italia en la que se destacaban jugadores
de la talla de Ciro Ferrara y Mauro Tassotti, entre otros. Fue un baile de principio a fin y se
saldó con una goleada que quedó marcó un precedente para el fútbol africano. La gran figura fue el
mejor futbolista zambiano de todos los tiempos, Kalusha Bwalya, quien marcó tres goles. Luego, las
Balas de Cobre perdieron 4-0 con Alemania, pero ya habían hecho historia.
10- Japón 1-0 Brasil (Atlanta 1996)
Sí, otra vez aparece Brasil, el Seleccionado que más veces sufrió derrotas inesperadas en los
Juegos Olímpicos. Esta fue en su debut en Atlanta 96, torneo al que llegó como máximo candidato.
El primer partido frente a Japón no suponía un problema para Ronaldo y sus amigos, sin embargo, la
disciplinada Selección nipona le dio una lección táctica y se quedó con una victoria
impresionante, gracias al solitario gol de Teruyoshi Ito. Lo que pasó después es historia
conocida, Brasil todavía sigue sin la medalla dorada en su vitrina.
Sin dudas, los Juegos Olímpicos son el campeonato futbolístico en el que se han dado mayor
cantidad de batacazos. No sólo por el carácter centenario del mismo, sino también por muchas veces
los Seleccionados más importantes deciden utilizar equipos de reserva y no convocan a sus mejores
figuras. Aunque está claro que otra de las razones tiene que ver con la naturaleza de este
deporte, en el que no existen los favoritismos y el más modesto puede vencer al más poderoso. Por
eso, bendito sea.