BUENOS AIRES -- Un torneo ATP suele entregar situaciones particulares. Y si hubo jornadas lluviosas previamente, se acentúa. Desde la tribuna oeste de la Estadio 3 del Buenos Aires Lawn Tennis Club se podía ver, en simultáneo, a los dos argentinos que estaban en acción en el comienzo del día jueves. Al mejor estilo de Picture-in-picture pero en carne propia.
Marco Trungelliti luchaba para mantenerse con vida mientras Federico Delbonis, en el Estadio 2, lograba cerrar su partido de octavos de final. Apenas 60 minutos le demandó al azuleño vencer a Albert Montañés, otro integrante de la Armada Española que supo estar 22º del mundo, supera largamente las 200 victorias en el circuito y a quien si hay cualidad por la que sobresale, es la resistencia.
Sin embargo, poco pudo hacer con el buen servicio y la potencia de los golpes del argentino que con gran soltura y solidez dominó en todo momento. Con autoridad venció a un durísimo Montañés por 6-1 y 6-4 para transformarse en el único argentino en cuartos del final.
Tras la victoria, y ya consciente de que su buen camino por Buenos Aires le complica las chances de estar en el ATP 500 de Acapulco, Delbonis habló con ESPNtenis.com: "Recién caigo de lo que pasó en el partido. Montañés es un jugador que juega bárbaro en esta superficie. Se dio bastante rápido, no lo esperaba". Así y todo no se conforma. "Tengo que sacarlo de su confort", dice sobre su rival del viernes, el también ibérico Nicolás Almagro.
El albiceleste que cumplió 22 años en octubre es uno de los jugadores peligrosos del circuito, esos de los que su ranking (hoy, 122º) nunca se condice con el nivel reflejado. Así, pudo dar golpes inesperados y, por ejemplo, alcanzar las semifinales de un torneo ATP. Mientras tanto, en los Challengers no siempre puede reflejar todo lo hecho en el circuito grande. "Trato de buscar regularidad para que se den los resultados que no tuve en la segunda mitad del año pasado".
Diversas modificaciones en el sistema de ranking hicieron que el valor de llegar a una final a cualquier nivel sea mucho más trascendente que la suma de varias buenas actuaciones. Hasta enero de este año, el bonaerense no llegaba a una definición de Challenger desde 2010, por lo que todo lo que significó desde lo tenístico superar ocho quallies de ATP en 2012 no estuvo acompañado en lo numérico.
"Lo fundamental es que el tenis sea integral, que se aprenda a jugar y en todas las instancias del juego estar en el nivel de los top", asegura Gustavo Tavernini, su entrenador hace ya 11 años. "Si no, nos vamos quedando o tenemos un techo. La idea es desarrollarnos en todas las áreas y en todas las superficies, con niveles de potencia, saque y desplazamiento como aquellos de los primeros lugares. Por eso pagamos derecho de piso en cuanto al ranking. Ya estuvimos en todas las clasificaciones, conocemos todo el circuito, todas las superficies y ahora hay que entrar directo a los torneos del Grand Slam pero no nos saca de camino".
El título conseguido en Bucaramanga a principios de año hizo que adquiera un colchón de puntos importante, pensando en lo que viene. "Quiero ser más regular. La idea es no tener tantos altibajos y mantenerse durante todo el año", asienta Fede.
Aunque busca ser más ofensivo, su espejo en el circuito es Rafael Nadal. Por eso aprovechó al máximo enfrentar al español en Viña del Mar. "Jugar con Rafa en polvo siempre es positivo. Me sirvió para sacar cosas importantes. Me identifico con él porque es zurdo. Su drive es bastante pesado, como el mío, pero quiero ser más ofensivo que él."
Además de estar pendiente de su crecimiento en canchas rápidas, "el 80% del circuito pasa por ahí", otra característica que lo distingue del resto es su ciudad-base, incluso para pretemporadas. Mientras la gran mayoría elige Buenos Aires como centro neurálgico, Delbonis apuesta al Club de Remo de Azul: "Estar en su familia, en su lugar, es lo mejor que puede pasar, se tiene tiempo para todo. Porque no se tarda una hora en cruzar la ciudad como pasa en Buenos Aires. Eso te saca de todo contexto", asegura Tavernini, director de la escuela de tenis de su club de origen durante 20 años, hasta que se hicieron incompatibles sus funciones con las de acompañar a su pupilo.
La dupla evitó que por primera vez no haya argentinos en los cuartos de final desde que este ATP se organiza en 2001. De hecho, siempre hubo al menos dos. Esta vez, Delbonis será el único protagonista local. No hará falta Picture-in-picture .