LONDRES -- El serbio Novak Djokovic, número uno del mundo, no dejó dudas en su duelo ante el checo Tomas Berdych (7°) y se impuso por 7-6 (5), 6-4 y 6-3 para avanzar a las semifinales de Wimbledon. Ahora jugará ante el argentino Juan Martín del Potro (8°), quien venció al español David Ferrer (4°) en sets corridos. A su vez, el escocés Andy Murray (2º) levantó un partidazo ante el español Fernando Verdasco y, tras estar 0-2 en sets, le terminó ganando 7-5 en el quinto. El próximo rival del británico será Jerzy Janowicz (24°), que en el duelo 100% polaco venció a Lukasz Kubot por 7-5, 6-4 y 6-4.
Pero vayamos por partes. Primer turno de la jornada, cancha 1 (en la central jugaban Del Potro y Ferrer): saque de Djokovic, derecha de Berdych. Esos eran los golpes dominantes en el arranque. El checo, finalista en la Catedral en 2010, utilizó toda la firmeza de su impacto para sumar y además para salvar tres puntos de quiebre en contra, mientras que el serbio, con apenas dos errores no forzados, se abrió camino con la solidez de su servicio. Hubo muy buenos intercambios de golpes, con la potencia de Berdych y la versatilidad de Djokovic, pero fue el número uno del mundo el que sacó mayor provecho de la situación y se terminó quedando con el primer set en el tiebreak.
La historia cambió radicalmente no bien comenzó el segundo set. Doble quiebre de Berdych para un rápido e inesperado 3-0, pero llegó la reacción de Djokovic. El serbio salió con un ímpetu más ofensivo -con un revés más dominante-, recuperó terreno y se puso al mando por 4-3. Y no lo cedió, aunque en parte se debió a los errores del checo. Sí, porque a la posibilidad que le dio de reacción a su rival, el séptimo favorito siguió dando ventajas. Perdió algo de fuerza y falló cuatro derechas casi consecutivas en el último game. Así Nole, luego de 40 minutos de acción y en un set que parecía imposible, extendió la ventaja.
Conocedor de estas batallas, el serbio no dejó pasar las oportunidades. Mantuvo su regularidad en el juego, continuó con su servicio dominante y logró un quiebre en su primera chance -en el quinto game- para ponerse 4-1. Ahí empezó a escribir la sentencia. Y no perdió el rumbo. Con un juego preciso, valiéndose a veces de los errores de Berdych, Djokovic cerró la historia sin dudas y consiguió su pase a semifinales de Wimbledon por cuarto año consecutivo (fue campeón en 2011) y por quinta vez en su carrera. Además será su 13ª vez seguida entre los cuatro mejores de un Grand Slam.
El serbio tendrá, entonces, como rival en semifinales, al argentino Del Potro (8°), quien, decíamos, venció a Ferrer (4º) por 6-2, 6-4 y 7-6 (5), con un tenis de alto vuelo y agresivo, tras unos primeros games de incógnitas por una caída que repercutió en sus dolores en una rodilla. El dato: ambos llegan a esta instancia sin ceder sets.
Mucho más dramática fue la clasificación de Murray. El británico, finalista en 2012 y campeón olímpico semanas después, también se había instalado en cuartos de final sin perder sets en el camino, pero de pronto se vio contra las cuerdas, ante su público y con el recuerdo fresco de las despedidas de Rafael Nadal y Roger Federer sobrevolando la escena.
Tras un inicio parejo y sin quiebres hasta el décimo game del primer set, Murray afrontó su primer break point en contra sacando 4-5 y, en pleno momento límite, cometió la que sería su única doble falta hasta el tercer parcial. Extraña mezcla de sensaciones para que el español sorprendiera en el arranque.
En el segundo parcial parecía que la situación se equilibraría rápidamente, con un temprano break del escocés, que se escapaba 3-1 arriba. Pero de nuevo, problemas y equivocaciones en instancias clave: en todo el primer set, Murray había cometido tres errores no forzados; en un solo game del segundo set hilvanó cuatro y entregó el break.
Para colmo, el juego volvía a mostrarlo pasivo, dubitativo en algunas decisiones y refugiado detrás de la línea de fondo. Verdasco asumía el protagonismo en los intercambios, se animaba con su drive zurdo logrando un éxito dispar (pero suficiente para preocupar a Murray) y nuevamente encontraba una chance para quebrar a su rival, que en ese pasaje del partido bajaba notablemente su eficacia al tener que jugar con su segundo saque (seis puntos ganados de 17 entre las dos primeras mangas): el español materializaba el break en el octavo game y de aquel 1-3 quedaba 5-3 al frente, sirviendo con éxito para el set y silenciando a toda la Catedral.
3-6, 4-6. Las alarmas eran demasiadas para Murray. Y así lo entendió el británico, que, sin abandonar su patrón de juego, asumió algunos riesgos y se mostró paciente para encarar los momentos importantes, los detalles que inclinan la balanza y que hasta allí lo habían visto apresurarse.
Ocho winners, dos quiebres y ningún break point concedido para un rápido descuento (6-1) y luego un cuarto set muy disputado, con Verdasco forzando cuatro chances de quiebre y sacando lo mejor de Murray, incluido un passing cruzado en el comienzo del capítulo que levantó a todo el público local.
En esa euforia, el escocés replicó lo hecho por el español en el primer parcial y en su única chance de quiebre encontró la ventaja necesaria para luego cerrar la manga. La historia, entonces, tuvo un quinto episodio y un andar que los llevó hasta el 5-5 sin siquiera un solo break point. Aunque Murray amenazaba y Verdasco sacaba de la galera saques ganadores desde su segundo servicio.
No soportaría mucho más. En el undécimo game, Murray quebró por quinta vez en el encuentro y comenzó a respirar. Cuatro puntos después, tuvo su descarga. Sufrido, y no del todo lucido, pero triunfo, en definitiva, para el crédito local, que una vez más está entre los mejores cuatro de Wimbledon.
Allí, tendrá como rival a Jerzy Janowicz (24º cabeza de serie), que en un duelo histórico, 100% polaco, venció a Lukasz Kubot por 7-5, 6-4 y 6-4 en el que fue, para ambos, el primer partido de cuartos de final de un Grand Slam.
Janowicz se siente comodísimo en el césped. Sumó 58 tiros ganadores (30 aces), ganó el 90% de los puntos con el primer servicio y nunca cedió su saque.
Con esos números con su arma letal, toda la presión la tenía su compatriota, que apenas ganó el 47% de los puntos con su primer servicio y fue quebrado una vez por set para quedar eliminado.