El rugby argentino ha tenido varios hitos que marcaron su evolución a través de la historia y uno de los más destacados ha sido la clasificación a los cuartos de final en la Copa del Mundo de 1999, lograda bajo la dirección técnica del entrenador neocelandés Alex Wyllie, quien fue clave para sentar las bases del crecimiento del rugby en Argentina.
Los Pumas habían llegado a esa cita mundialista luego de tres copas del mundo en las que no pudieron superar la primera fase, por lo que el desafío de Wyllie al frente del equipo nacional era importante.
El camino de Los Pumas en la RWC 1999 comenzó con una dura primera parada ante el anfitrión Gales, en Cardiff, en la que a pesar de poner toda su garra y empeño terminaron cayendo por 23-18.
El segundo encuentro Los Pumas lo disputaron en Llanelli ante Samoa y, luego de haberse ido al entretiempo perdiendo por 13 puntos, lograron dar vuelta la historia y se terminaron imponiendo ante el equipo oceánico por 32-16.
La fase de grupos se cerró con un holgado triunfo frente a Japón por 33-12 en el Millennium Stadium, de Cardiff, lo que les permitió acceder a los dirigidos por Alex Wyllie a disputar el play-off de los cuartos de final.
En esa instancia de repechaje Los Pumas lograron uno de sus más recordados triunfos en la historia, cuando derrotaron a Irlanda en estadio Félix Bollaert de Lens por 28-24 con el recordado try de Diego Albanese y una gran actuación de Gonzalo Quesada, quien terminó siendo el goleador de la RWC 1999 con 102 puntos.
Ya en la instancia de cuartos de final, Los Pumas cayeron por 47-26 ante Francia en el Lansdowne Road, de Dublín, en lo que hasta ese momento resultó ser la mejor actuación histórica de un equipo argentino en un Mundial de Rugby.
Más allá de la eliminación, el desempeño de Los Pumas en 1999 representó un antes y un después. Bajo la conducción de Alex Wyllie, el equipo no solo alcanzó una instancia inédita, sino que también demostró que Argentina podía competir al más alto nivel.
La garra, el sacrificio y el trabajo en equipo sentaron las bases para el crecimiento del rugby en el país y fueron la antesala de futuros logros, como la histórica medalla de bronce en el Mundial 2007.
La huella de Wyllie y sus dirigidos sigue vigente. Aquella generación de jugadores, encabezada por Agustín Pichot, Gonzalo Quesada y Diego Albanese, fue la que colocó al rugby argentino por primera vez n los más alto del rugby internacional. 1999 no fue solo una Copa del Mundo: fue el nacimiento de una nueva era para Los Pumas.