Alex Wyllie, el neozelandés que fue entrenador de Los Pumas en el Mundial de Gales de 1999, falleció este domingo a sus 80 años. Todo el rugby, en Disney+.
En su etapa como jugador, Wyllie disputó 11 tests con la camiseta de los All Blacks entre 1970 y 1973. Luego, ya como entrenador, dirigió a Canterbury entre 1982 y 1986, para en 1988 hacerse cargo de ser el head coach de los All Blacks, cargo que tuvo hasta 1991.
Ya en 1999, el neozelandés fue seleccionado como el entrenador de Los Pumas a 15 días del Mundial de Gales, tras una serie de desinteligencias, y sacó a flote al conjunto albiceleste para llegar por primera vez en la historia a los cuartos de final de un Mundial.
En esa Copa del Mundo, Los Pumas alcanzaron acceder a los cruces por el título tras tres victorias (frente a Samoa, Japón e Irlanda) y una derrota en el debut ante Gales, el anfitrión. Ya en los cuartos de final, el seleccionado argentino cayó ante Francia.
“Para mí fue un grande, siempre un tipo parco, rustico que nos generó a todos un compromiso buenísimo. Era un rugby de otra época claramente por cómo entrenábamos y vivíamos el rugby. Tenía mucho de la impronta que él había vivido en toda su carrera. Fue un gran entrenador que nos marcó mucho en ese momento crucial como lo fue el Mundial. Con su estilo duro, directo y parco, realmente amaba el deporte y nos trasmitía todo eso”, dijo Santiago Phelan un tiempo atrás sobre el neozelandés.
Para Manuel Contepomi, Wyllie fue el que le dio vida a una generación que luego haría historia: “Fue muy importante como generación: la camada 76, 77 y 78 lo tuvimos en los torneos del hemisferio sur M21. Tuvimos un vínculo en aquel torneo y después a varios nos llevó al seleccionado mayor. Nosotros éramos muy jóvenes y estaban los que tenían más rodaje en Los Pumas pero para nosotros fue un poco la continuidad del M21 en ese momento. Un tipo que lo quería mucho, se hizo querer, era difícil porque era parco y hosco, pero era una persona que aprendió a entender la cultura argentina, muy distinta a la neozelandesa. Nos aportó un montón en la disciplina y aspectos que en ese momento no estaban tan arraigados en el rugby argentino”.