Han pasado 13 años desde aquella semifinal del US Open entre Roger Federer y Novak Djokovic, pero el recuerdo de ese partido sigue presente en la memoria de los aficionados al tenis. El “lucky shot”, el golpe, esa respuesta que llevó al serbio, actual número 2 del mundo, a ganar por 6-7, 4-6, 6-3, 6-2, 7-5 en tres horas y 51 minutos.
Con el suizo arriba 5-3 en el quinto set y doble match point, Nole sacó un espectacular derechazo para contrarrestar el saque y cambió los ánimos en Flushing Meadows. Federer cometió luego una serie de errores que le entregaron el partido y la victoria a su rival.
Ese 5 de septiembre de 2011 marcó la segunda caída consecutiva para el helvético en la misma instancia y también frente a Djokovic. Atormentado por otra frustración, dejó entrever su malestar no solo por el resultado sino por la forma en que ocurrió: "Perder contra alguien así es decepcionante porque sientes que ya estaba mentalmente fuera de sí. Simplemente tiene un golpe de suerte al final y listo".
Ese comentario dejó entrever una de las pocas veces en la que Federer, conocido por su calma en la cancha, mostró una clara irritación ante una derrota. Por su parte, a Djokovic le llegaba el momento de la consolidación dentro del Big 3 del tenis mundial: accedió a la final y venció al español Rafael Nadal en cuatro sets para lograr el cuarto Grand Slam de su carrera, tres de ellos ese año con Australia y Wimbledon para un total de 10 títulos en ese inolvidable 2011.
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