Pasó un largo tiempo. Más precisamente, tres años, para que Serena Williams, la estadounidense ex número 1 de la WTA, logre un título a nivel profesional. No fueron tiempos fáciles para la campeona de 23 títulos de Grand Slam.
En este lapso, por ejemplo, se convirtió en mamá de su adorada Olympia, y se le negaron dos finales en Wimbledon y el US Open, respectivamente.
Pero como todo llega y Serena es una gran campeona, nunca dejó de luchar. Además de haber llegado al encuentro decisivo en el dobles, logró su 74° título a nivel profesional en el WTA de Auckland para llegar de la mejor manera al Abierto de Australia.
En la ceremonia de premiación, además de afirmar que "me encanta jugar aquí", la norteamericana aseguró que donará su prize money a los afectados por los incendios forestales que han devastado Australia.