"Estamos preparados para celebrar el torneo en otra fecha, y exploraremos opciones", advirtió Tommy Haas, director de Indian Wells, y dejó la puerta abierta para ver acción en el desierto californiano en algún hueco en lo que resta de la temporada.
Una posibilidad que parece muy complicada en un deporte como el tenis, que extiende su calendario de enero a noviembre y que, encima, suma los Juegos Olímpicos de Tokio (24 julio-9 agosto).
Sólo parece haber una opción y es que el coronavirus obligue a cancelar la gira asiática a partir de septiembre por lo que la opción válida sería la de reprogramar el Masters 1000 inmediatamente después del Abierto de los Estados Unidos.
Si la expansión de la pandemia no se frena, la última parte de la temporada quedaría muy resentida.
Según confirmaron medios acreditados en Indian Wells, como The New York Times, se contempló la posibilidad de celebrar el torneo a puertas cerradas. Pero finalmente se descartó.