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Champions League, Capítulo 1: El Bayern puso de manifiesto que es el favorito

El Bayern comenzó la nueva temporada poniendo de manifiesto que es el favorito. Arrasó a un Atlético sin respuesta un día después de que el finalista de Lisboa, el PSG, se viera sorprendido en París por el Manchester City. Ganador el campeón y perdedor el finalista, los otros aspirantes al trofeo tuvieron distinta suerte en esta primera jornada.

Comenzó sufriendo y acabó goleando el Barcelona, venció por la mínima el Liverpool, remontó el Manchester City, empujó Morata a la Juventus en Ucrania... Y se hundió en la miseria un Real Madrid al que el Shakhtar, con hasta nueve bajas en su alineación, le dio un revolcón histórico. Y preocupante.

GRUPO A: Apisonadora. El Bayern, que conquistó el título la pasada temporada ganando los once partidos del torneo, estrenó su condición de campeón goleando sin más problemas a un Atlético de Madrid superado por los acontecimientos. Apareció solvente el equipo de Simeone, plantando cara, pero a la que Coman abrió el marcador se vio impotente para plantar cara al equipo alemán, destacado ya de primeras tras el empate que cedió el Salzburgo en Austria frente al Lokomotiv ruso.

GRUPO B: Real desastre. Desconocido, abrumado y desastroso en la primera parte, al Real Madrid le faltó tiempo para recuperar el 0-3 con que le castigó un Shakhtar repleto de bajas en la primera parte. Ausente Ramos por lesión, Zidane quiso conceder descanso a Benzema y Kroos, que aparecieron en la segunda mitad con la misión imposible de salvar el desastre. Más suerte tuvo el Inter en San Siro, al que le remontó el inicial 0-1 el Borussia Mönchengladbach en la recta final pero salvó de la derrota el definitivo gol de Lukaku.

GRUPO C: Remontada. Al Manchester City le acompañó la polémica en su remontada frente a un solvente Porto, castigado con un más que dudoso penalti que le significó el empate al equipo inglés, que le dio la vuelta al marcador en la segunda mitad con dos golazos de Gundogan y Ferran Torres mientras en Grecia el Olympiakos esperó hasta el tiempo de prolongación para imponerse con justicia sobre el Olympique de Marsella.

GRUPO D: Festival. El Atalanta sigue en estado de gracia y sigue dando que hablar allá donde va. Su segunda presencia en Champions la estrenó con una goleada indiscutible en Dinamarca, con golazo del Papu, mientras en Amsterdam el Liverpool se bastó con un gol, afortunado, de Tagliafico en propia puerta para imponer una superioridad manifiesta sobre un Ajax que tuvo ocasiones en la primera mitad pero pecó de inocencia.

GRUPO E: Armisticio. Ni pudo el Chelsea ni quiso arriesgar más de lo necesario el Sevilla en Stamford Bridge: ¿Resultado? un empate sin goles que los dos equipos, favoritos para acceder a los octavos de final, recibieron de buen grado, atendiendo a que en Francia el Rennes de Camavinga también firmó tablas con el Krasnodar ruso para dejar la clasificación en absoluta igualdad.

GRUPO F: Derrumbe. Marcaron Immobile y Haaland en Roma pero el Borussia Dortmund, que partía como mayor aspirante del grupo, recibió un varapalo inesperado a manos de una Lazio dispuesta a hacerse ver... Menos, eso sí, que el Brujas belga, que dio gun golpe de efecto en Rusia, ganando por primera vez a domicilio desde 2018 en el torneo gracias a un gol en el último suspiro de Charles De Ketelaere que derrumbó al sorprendido Zenit.

GRUPO G: Lógica. La Juventus no añoró a Cristiano Ronaldo en Ucrania, conquistando una tan esperada como vital victoria frente al Dynamo por medio de un doblete de Morata al que respondió el Barça en el Camp Nou, goleando al Ferencvaros tras un inicio con susto y Messi abriendo un marcador que mostró más goles que fútbol, con la mala noticia de la expulsión de Piqué y protagonismo especial de su joven estrella Ansu Fati.

GRUPO H: Diablos. Dos goles de Angeliño, lateral catapultado a la consideración de figura, dieron un triunfo solvente al Leipzig ante el Istanbul Basaksehir... A la vez que en París el Manchester United repetía el golpe que ya dio en marzo de 2019, imponiéndose al un impotente PSG a quien sentenció, como hace año y medio, Marcus Rashford en la recta final de un partido que demostró que los Diablos quieren dar que hablar en Europa.