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Cuando las estrellas quieren autos, ellos llaman a Alex Vega de Miami

Desde los ligamayoristas a Lil Wayne, las celebridades se toman muy en serio sus autos. Y cuando se trata de las personalizaciones más singulares y sorprendentes, solo hay un hombre en el que confían para hacer el trabajo. Mike Stocker for ESPN

MIAMI - Una de las competiciones más cortas, feroces y costosas del béisbol comenzó con un poco de espionaje.

En una mañana de marzo de 2014, en el camerino de entrenamiento primaveral de los Dodgers de Los Ángeles, Juan Uribe estaba riendo de contento. Hablaba por teléfono sin ambages con su agente de autos con respecto a comprar un Ferrari 458 Italia valorado en $250,000 y personalizarlo de manera que se convirtiera en la envidia de todos en el estacionamiento de peloteros.

Hanley Ramírez, ubicado convenientemente cerca como para escuchar la conversación, no estaría dispuesto a dejar las cosas así.

Rápidamente tomó el teléfono y adquirió el mismo modelo, en blanco, y le agregó una nueva carrocería, ruedas, sistema de sonido y asientos. El Ferrari estaba listo (y publicado en Instagram) antes que el compañero de equipo y paisano de Ramírez pudiese finalizar sus planes.

Uribe estaba molesto y sin poder conseguir consuelo. Eso era lo que se temía cuando le presentó a Ramírez a un hombre de nombre Alex Vega, que personaliza autos para casi 300 peloteros profesionales. Ramírez siempre tuvo los mejores automóviles, los más costosos y distinguibles cuando jugaba para los Marlins de Miami. Luego, fue cambiado a los Dodgers en el verano de 2012 y encontró un gran adversario en Uribe.

"Hanley me sigue molestando por haberte conocido", Uribe le comentó un día a Vega. "Por favor, no hagas sus autos de la misma forma como haces los míos".

En menos de cinco años, Ramírez tuvo 32 autos personalizados en el taller de Vega, The Auto Firm. Varias de esas compras han sido inspiradas por su deseo incansable de molestar al querido y volátil Uribe.

Ramírez compró el 458 solamente porque sabía la forma en la cual Uribe quería uno de esos autos. Cuando Uribe respondió con un 458 convertible, disparando el precio por cerca de $30,000, Ramírez adquirió un Lamborghini Aventador convertible, un auto con precio de venta cercano a los $500,000 y luego gastó otros $30,000 en personalizaciones.

Uribe mostró su cansancio.

Jaque mate.

"Déjenlo que gaste su plata", Uribe finalmente le dijo a Vega. "Ya no estoy metido más en este juego".

EL PRIMER ARTICULO que se nota en la oficina de Alex Vega es una pintura de su fallecido padre, Ceferino, mostrando el dedo medio.

Uno de los clientes mas veteranos de Vega quería tanto a su padre que encargó a un artista local el pintar el retrato poco después que Ceferino falleciera en agosto pasado. Vega muestra brillo al hablar de la contagiosa energía que su padre aportó al taller.

Se sienta detrás de un escritorio de cristal con dos iPhones a cada lado, y que no dejan de vibrar. En la pared en frente de él hay cuatro televisores de plasma mostrando imágenes de las 64 cámaras que le ayudan a mantener vigilada su facilidad de 29,000 pies cuadrados y cinco meses de inaugurada, a unas 30 millas al oeste de South Beach.

El nuevo taller de Vega más que triplica el espacio del anterior, con una silla de barbero en el segundo piso y suficiente espacio de estacionamiento para que su staff de 24 personas personalice más de 20 carros a la vez.

Después de todo, hay que satisfacer la demanda.

Un artículo de The New York Times en enero de 2016 le dio a Vega atención en Estados Unidos. El espectáculo de Yoenis Céspedes durante los entrenamientos primaverales de ese año, llegando al campamento de los Mets con un auto personalizado distinto por seis mañanas al hilo, desató una fiebre mediática alrededor del trabajo de Vega. Una serie próxima a estrenarse en el canal Velocity, llamada "The Auto Firm con Alex Vega", pautada para el 5 de julio, ayudará a mantener su perfil alto.

En un día ocupado, usualmente antes de los entrenamietos primaverales, habrán cerca de 80 autos para ser personalizados en su taller. En este día, relativamente lento, podemos ver: una van Mercedes Benz Metris que se convertirá en jet privado sobre ruedas para el cantante Marc Anthony; un Polaris General para el rapero Akon que es fundamental para su iniciativa "Lighting Africa"; un Rolls-Royce Wraith para el alero Carlos Boozer; y un Porsche Panamera que pertenece al campocorto Alexei Ramírez, uno de los mejores clientes y amigos más cercanos de Vega.

Vega, de 42 años, se enamoró de los autos viendo "Los Magníficos", "El Auto Fantástico" y "Los Duques del Peligro" siendo niño. Deseaba seguir los pasos de su padre, inmigrante cubano que pasó la mayor parte de su vida adulta trabajando como vendedor en una tienda local de llantas Firestone. Sin embargo, se propuso construir un imperio.

Vega empezó con The Auto Firm cerca a finales de 2010 y ahora cuenta con aproximadamente 400 clientes en los campos del deporte y entretenimiento.

Su computadora de escritorio está llena de fotos de Vega junto a Lil Wayne, Flavor Flav, Vin Diesel, Floyd Mayweather, Usain Bolt, Yasiel Puig, Warren Sapp y Chad Johnson. Hay camisetas personalizadas de Bobby Abreu, Roscoe Parrish, Nelson Cruz, Carlos Santana, Fred Taylor, Yonder Alonso, Leonys Martín y Pablo Sandoval en las paredes de su sala de espera.

Su marca, Avorza, una combinación de las iniciales de Vega y la palabra "forza", se puede ver en vídeos musicales. Su cuenta de Instagram cuenta con casi 430.000 seguidores.

Casi de forma infantil, admite que quiere personalizar un auto para la franquicia cinematográfica de los Transformers.

Verdaderamente aspira tener su propia línea de autos.

"Hay que dar pasos de bebé", dijo Vega. "Puede ocurrir un día de estos".

A FIN DE ENTENDER EL NIVEL de popularidad de Vega, primero se debe comprender la importancia del automóvil entre la gente influyente.

"Hay una imagen que todos deben mantener", dijo el ex receptor de la NFL Chad Johnson. "Cuando se siente pertenecer a cierto estatus, hay que manejar cierto tipo de auto y verse de cierta forma".

Para muchos, el auto es un símbolo de prosperidad alimentado por combustible. Y no se trata nada más de tener el auto apropiado, hay que poseer algo único. Allí es donde Vega entra en acción. Se niega a personalizar dos autos de la misma manera.

Para Johnson, quien dijo que es "más tacaño que la mi----" y ahora solo maneja autos Smart, Vega instaló un humidificador en la consola central. Para Akon, quien ha tenido cerca de 30 autos personalizados en la tienda de Vega, convirtió una camioneta Ford F-650 en un estudio móvil. Para Boozer, que lava sus autos dos veces a la semana, instaló subwoofers bajo la alfombra de la cajuela de su Range Rover.

Para Lil Wayne, tomó un Rolls-Royce Phantom Drophead Coupe, cambió el color beige del interior por negro, y colocó hoyos en el cuero para guardar chupetas.

"Pensé que estaba loco", dijo Vega. "Cuando vio el carro por primera vez, lo primero que hizo fue ver las chupetas y sonrió como ninca antes. Podías ver todo el oro".

Vega rehízo el Polaris Slingshot de Céspedes (agregando ruedas de 20 y 22 pulgadas, suspensión de aire, nuevo sistema de escape y luces LED) y comenzó una tendencia. Inició otra con el Jeep Wrangler 2012 de Uribe al colocarle 55 altavoces.

"Su creatividad, hombre", dijo Boozer, quien pasó el último año jugando en China, al ser preguntado por la popularidad de Vega. "Mucha gente hace autos, pero Alex se distingue. Te sientas con él, le dices lo que quieres hacerle a tu auto, y lo hace en una forma en la cual puedes poner tu marca y además será algo único. Eso atrae a los compradores como yo y todos los demás porque uno quiere que su auto se distinga de los demás. Nadie más pude decir 'Tengo algo igual'. No puedes".

Muchos norteamericanos con medios económicos suficientes, impulsados por una competencia acalorada y envidia amarga, cambian de autos como otros cambian de calzados.

Y en Miami, los autos lo son todo.

"Es una ciudad en la cual se depende mucho del estilo de vida, y todos están allí para alardear de su estilo de vida", dice Akon, también conocido como Aliaume Damala Badara Akon Thiam. "Puedes estar en Miami, llevar tu estilo de vida a un nivel muy distinto e inspirarte por un bien de otra persona, como una propiedad, un auto, etcétera. Es una competencia amistosa".

AKON FUE EL PRIMER CLIENTE célebre de Vega. El rapero lo contactó en un momento cercano a 2003, cuando Vega empezaba a hacerse de un nombre entre los ricos de Miami. Akon había visto el trabajo de Vega en revistas y le pidió que personalizara su BMW 6-series, el cual pagaría con lo recaudado por su sencillo próximo a ser lanzado de nombre "Locked Up", el cual llegó al No. 8 de la lista Billboard Hot 100.

Akon es igual a muchos otros, que le hicieron su primera llamada a Vega cuando alcanzaron el estrellato. Es por ello que Vega ocupa un espacio inesperado en el mundo de la pelota: es la voz de la razón para los peloteros latinos, los cuales muchos de ellos crecieron entre la pobreza y luego se encontraron con una riqueza súbita.

El outfielder de los Dodgers Yasiel Puig quiere comprar un Lamborghini valorado en medio millón de dólares, pero Vega no se lo permitirá. Ambos pasaron una tarde intercambiando mensajes de texto sobre el máximo monto que Puig debería pujar por un Chevy Bel-Air de 1957 que se asemeja al auto que manejaba en Cuba.

"Hace un buen trabajo, y para más señas, es una muy buena persona", dijo Puig. "Se preocupa por nosotros como lo haría un miembro de la familia".

En el invierno de 2015, el actual prospecto de los Medias Blancas Yoan Moncada llamó a Vega pidiéndole personalizar 10 autos. Vega le respondió que se calmara y ahorrase el dinero de su bono récord, comenzando con apenas un par de autos.

Ocho años antes, Vega conoció otro joven infielder cubano, Alexei Ramirez, quien quería comprar cuatro autos de inmediato. Vega le recomendó adquirir dos modelos de lujo más prácticos, un Mercedes S-Class y un Cadillac Escalade, y dejar los autos exóticos para después. Con su siguiente contrato, una extensión por $32.5 millones con los Medias Blancas, Ramírez adquirió un Porsche Panamera por $100,000 y gastó otros $60,000 personalizándolo.

"La forma en la cual nos trata, es muy genuino", indicó el bateador designado de los Marineros Nelson Cruz. "Siempre está pendiente de las personas. Y uno construye una relación con él, no como amigo, sino como miembro de la familia".

Vega recuerda su primer auto, un Buick Regal 1979 que adquirió de su vecino por $700. Limpió piscinas y trabajó en una pizzería local a fin de ahorrar para comprarlo. Luego lo personalizó, vendió y a los 16 años, se dio cuenta de lo que quería hacer por el resto de su vida.

Rememora lo rápido que surgió como vendedor en la industria automovilística (comenzando con las llantas Firestone) y lo rápido que también varias de sus sociedades iniciales en el mundo de los negocios se hicieron amargas. Su camino le hace tener cierto sentido de la responsabilidad para con sus clientes.

"La razón por la cual soy como soy es que nadie me dio un cheque, efectivo, nada, para hacer lo que he hecho", dice Vega. "Todo lo comencé desde mi mente, mi dura labor. Y cuando se comienza de la nada a fin de construir lo que se tiene, y hay que pasar por tantos sacrificios, y la gente trata de quitarte eso, uno se hace afin con estos chicos".

LA LEYENDA DEL BOXEO Floyd Mayweather es conocido por llenar su van Mercedes-Benz Sprinter con cera de dos docenas de bicicletas de todo tipo: Montañeras, para la ciudad, bicicletas infantiles. Tienen un propósito específico. Cuando Mayweather se detiene en Miami Beach, Mayweather sale de su van, toma una bicicleta y comienza a pedalear, forzando a su equipo de seguridad a perseguirle.

Cuando Mayweather se encontró por primera vez con Vega en su tienda una noche, se hizo acompañar por un séquito que parecía prácticamente una tribuna completa. Mayweather pidió que el interior de un Jeep fuese reconstruido con piel de lagarto.

Verdadera piel de lagarto.

Mayweather lo quería rojo, amarillo y negro. Algo casi imposible de conseguir.

Y lo quería listo en menos de una semana.

"Durante esa semana, nadie durmió", dijo el hijo de 22 años de Vega, Alex Jr. "Todos vivieron aquí".

ALEX JR. ha trabajado en el taller desde su época de escuela secundaria. Cuando nació su hija, una de las primeras llamadas para felicitarle fue de Boozer. Akon voló a Miami a fin de conocer a la bebé.

"Tengo fotos de Akon dándole de comer", dice Alex Jr., moviendo la cabeza. "Nunca va a creer esta mi----".

Alexei Ramírez y Pablo Sandoval hicieron de Alex Sr. el padrino de sus hijos. Hanley Ramírez pasó la mayor parte de la temporada muerta en el taller, a fin de almorzar con el padre de Vega. Céspedes invitó una vez a todo el equipo de Vega a su finca en Vero Beach, Florida, días antes del inicio del entrenamiento primaveral. Sacrificó a su mejor res y les dio de comer.

Los peloteros latinos llaman a Vega "Pipo", nombre afectivo usualmente reservado a los miembros de la familia.

Sus clientes más leales a veces lo llaman "Cara Cortada". En su vieja oficina, hay un poster gigante de la cinta de ese nombre, con la cara de Vega superpuesta sobre el cuerpo del personaje ficticio de Tony Montana, y que ocupaba casi todo un muro. Michael Jordan (EL Michael Jordan) una vez se impresionó.

"Casi me oriné en mis pantalones, hermano", dice Vega. "Ese fue mi momento cumbre".

El otoño pasado, Usain Bolt, en plena época de hacer nuevos récords en los Juegos Olímpicos de Río, llamó al taller a fin de invertir $45,000 personalizando un Jeep. Cuando pidió el nombre del ansioso cliente en espera al otro lado de la línea, Vega preguntó: "¿Juega béisbol o fútbol americano?"

Lo buscó en Google.

"Dije ¡Hey, denme su número!", recuerda Vega. "Lo llamo y me dice: '¡¿Alex?¡ ¿Alex Vega?' y le respondo: ¿Usain? ¿Usain Bolt?

Bolt quería un auto que representara a su Jamaica natal, por lo cual personalizaron otro Jeep Wrangler con los colores verde y amarillo. Integraron un kit de suspensión, rehicieron el interior, agregaron luces, instalaron 28 bocinas y pintaron el icónico logo de Bolt.

En la plenitud de su potencia como corredor, Bolt quería un auto hecho por Vega y nadie más.

"¿Cómo siquiera puedo creer que este hombre estaba siguiendo mi trabajo?", dijo Vega. "Obnubila la mente, pero a la vez, pienso que este fue siempre mi sueño: el hacer los carros más 'malotes' del mundo para los nombres más rutilantes".