El sentimiento impregna la organización. Jones es una combinación inusual de potencia, tamaño y velocidad que el equipo imagina conectando jonrones en Yankee Stadium.
TAMPA, Fla. -- El potencial que los New York Yankees ven en Spencer Jones, el imponente prospecto que a muchos les recuerda a cierto jardinero gigante, fue obvio en los primeros y últimos cambios que hizo durante su estancia en el campamento de las Grandes Ligas esta primavera.
El primero, en el primer partido de exhibición de los Yankees el 24 de febrero, conectó un gigantesco jonrón de 470 pies. El último, dos semanas después, fue en un lanzamiento por dentro que el cañonero zurdo despachó en la dirección contraria, por la línea del jardín izquierdo. Se deslizó hasta la segunda base para un doble.
¿Poder devastador masivo?, listo. ¿Velocidad de élite?, lista. ¿Habilidades para batear a la pelota?, mejorando.
"Es una gran presencia y un atleta muy dinámico", dijo el manager de los Yankees, Aaron Boone, después de que Jones conectara ese doblete. "Y en muchos sentidos, simplemente, está arañando la superficie de su carrera en el beisbol".
Ese sentimiento impregna la organización, desde el clubhouse hasta la suite del propietario. Jones, de 6 pies 6 pulgadas, es una combinación inusual de potencia, tamaño y velocidad que el equipo imagina conectando jonrones en Yankee Stadium y robando bases hasta bien entrado octubre. Los Yankees creen firmemente que el joven de 22 años es un futuro estrella. Por eso sigue en la organización.
Los Yankees podrían haber convertido a Jones en la pieza central de un intercambio importante en los últimos meses, incluso esta semana, para mejorar una plantilla a modo de ganar para la temporada 2024. Pero los jefes del equipo están tan convencidos del talento de Jones que lo han considerado prácticamente intocable.
En diciembre, los Yankees adquirieron a Juan Soto de los San Diego Padres sin incluir a Jones en el paquete. El mes pasado, los Milwaukee Brewers enviaron al ex ganador del premio Cy Young, Corbin Burnes, con sus rivales divisionales, los Baltimore Orioles, después de que, según informes, los Yankees se negaron a incluir a Jones en un acuerdo.
Esta semana, a pesar de la noticia de que el actual ganador del Cy Young de la Liga Americana, Gerrit Cole, se perdería al menos el inicio de la temporada por una lesión en el codo, los Yankees se negaron a desprenderse de Jones en un canje por Dylan Cease. En cambio, los Chicago White Sox enviaron Cease a los Padres el miércoles.
El pitcheo abridor sigue siendo la mayor preocupación de los Yankees de cara al Día Inaugural. Mover a Jones, de quien no se espera que contribuya al equipo de Grandes Ligas esta temporada, podría haber ayudado a solucionar el problema. Los Yankees no cedieron.
"Es genial ser retenido en ese sentido o en ese aspecto", dijo Jones. "Mis amigos en casa que son grandes aficionados al beisbol, me envían todas estas cosas porque yo no las estoy viendo".
Los Yankees reasignaron a Jones al campamento de Ligas Menores a principios de este mes y se espera que comience la temporada en Doble-A.
Pero los Yankees lo proyectan en el Bronx para 2025, estacionado en el jardín central durante los próximos años. Eso requeriría que estuviera a la altura de las expectativas.
Jones bateó .267, con 16 jonrones y 43 robos en 117 juegos, incluidos 101 como titular en el jardín central, entre High-A y Double-A en su primera temporada profesional completa. Se ponchó 155 veces y los 16 jonrones fueron un poco decepcionantes para alguien con su poder. Pero la actuación aún generó expectativas.
Kiley McDaniel, de ESPN, recientemente incluyó a Jones como el mejor prospecto del beisbol número 56. El mes pasado, el propietario de los Yankees, Hal Steinbrenner, nombró a Jones como uno de los tres prospectos, junto con los lanzadores Will Warren y Chase Hampton, que "está reacio a darse por vencido".
"Tiene carrera y potencia en una estructura tremenda", dijo un scout rival. "Pero, con esa gran estructura y fuerza, viene algo de rigidez general. El swing es naturalmente más largo, pero tiene suficiente velocidad de bat para darle una oportunidad".
Las similitudes entre Jones y Aaron Judge son difíciles de ignorar. Existe una altura anormal para los jugadores de beisbol: Judge mide 6.7, sólo una pulgada más alto que Jones. Ambos, a pesar de su tamaño, pueden patrullar cómodamente el jardín central. Ambos tienen un poder enorme. Ambos fueron selecciones de primera ronda de los Yankees después de la universidad.
Hay diferencias. Por un lado, Jones lanza y hace contacto con la mano izquierda. En segundo lugar, presume una velocidad de élite. Judge señaló que Jones estaba a la altura del campocorto Anthony Volpe como los Yankees más rápidos en el campamento.
Por supuesto, Judge se ha convertido en uno de los bateadores de poder más productivos del beisbol en la historia reciente, mientras que Jones todavía está tratando de convertir sus herramientas en una producción consistente.
"Sé que esto suena a hipérbole, pero Jones tiene herramientas más poderosas que Judge", dijo otro scout rival. "Jones es sólo un fenómeno de la naturaleza".
Luego está el hecho de que Jones, a diferencia de Judge, es visto por los Yankees como un jardinero central común y corriente desde el primer día como jugador de Grandes Ligas. Eso por sí solo ya sería una hazaña, considerando la escasa historia de muchachos excepcionalmente altos en esa posición.
Sólo 11 jugadores de 6.6 pulgadas o más han jugado alguna vez esa posición en las Ligas Mayores. Judge, el jardinero central de los Yankees esta temporada, resulta ser uno de ellos.
"Creo que es injusto que lo comparen con alguien porque es único", dijo Judge. "Es un bateador muy diferente a mí. Creo que es un bateador diferente. Él es excepcional. Quisiera tener su velocidad".
Jones se centró en batear como estrella en la escuela secundaria La Costa Canyon en las afueras de San Diego. Luego, cerca del final de su carrera en la escuela secundaria, se convirtió en un jugador de dos vías. En seis meses, dijo, su recta saltó de 86 a 94 mph. ¿Un zurdo de secundaria lanzando a 94 mph? Los scouts salivaron.
"Teníamos reuniones de cazatalentos en mi último año de secundaria y todos me hablaban como si fuera un lanzador", dijo Jones. "Honestamente, no me gustó mucho. Porque pensaba que lanzar era una de las cosas que hacía, pero, realmente, me gustaba batear".
El ascenso de Spencer se vio obstaculizado cuando se fracturó el codo lanzando una curva durante un juego en su último año. Como resultado, los clubes de Grandes Ligas no estaban dispuestos a pagar un precio extra. Se hundió hasta la ronda 31 del Draft de MLB de 2019, donde fue seleccionado por los Los Ángeles Angels. En cambio, fue a Vanderbilt.
Le dieron tres guantes cuando llegó a Nashville: uno para lanzar y otro para los jardines, además de un guante de primera base. Comenzó como primera base en 2020, pero no podía realizar tiros elementales.
"Simplemente nunca rehabilité bien (mi brazo)", dijo Jones. "Fue una rehabilitación simple, sólo hubo una falta de comunicación".
El COVID acortó la temporada 2020, lo que le permitió a Jones rehabilitar adecuadamente el brazo. Reanudó los lanzamientos ese verano, pero se rompió el ligamento colateral cubital y se sometió a una cirugía Tommy John. Eso fue todo para él en el montículo.
"Siempre fui más un lanzador que un pitcher", dijo Jones. "Pero fue una especie de crisis de identidad. No sabía en qué iba a ser mejor. Después de la UCL, pensé, 'está bien, pongamos todos nuestros huevos en la canasta de bateo. No voy a lanzar más'".
Después de ser Bateador Designado en su segunda temporada, pidió pasar a los jardines para, como él mismo dijo, "alargar mi brazo otra vez". Una vez que lo vieron allí, se quedó..
Jones bateó .370, con 12 jonrones, 14 robos y OPS de 1.103 en 61 juegos como jardinero derecho habitual de Vanderbilt. Fue su primera temporada completa y saludable centrada únicamente en batear desde su tercer año de secundaria. Esto llevó a los Yankees a tomarlo con la selección número 25 en el Draft de la MLB de 2022 y pagarle un bono de $2'880,800.
Menos de dos años después, Jones estaba chocando pelotas de beisbol y llamando la atención en el campamento de Grandes Ligas.
"Impresionante fue la primera palabra que me vino a la mente", dijo el coach de bateo de los Yankees, James Rowson.
Jones necesitó un solo golpe para demostrar por qué existe el alboroto que lo rodea. Las pelotas de beisbol despachadas a 470 pies son raras. Los jardineros centrales tan altos (y rápidos) son más raros. Los Yankees apuestan que esto es sólo el comienzo.
"Siento que todavía me estoy desarrollando como bateador", dijo Jones. "Todavía hay un millón de cosas que puedo aprender. No tengo costumbres establecidas. Sólo tengo 22 años".