Desde que Floyd Mayweather Jr. (49-0-0, 26 KOs) anunció a Andre Berto (30-3-0, 23 KOs) como oponente para su última pelea profesional muchos lo criticaron y se preguntaron si valía la pena gastar un centavo para ver la despedida del mejor boxeador del nuevo siglo.
La respuesta es simple y tajante: NO.
'Money Man' necesitaba un reto y no un paseo para atraer a los fanáticos que quedaron decepcionados por la que se promocionó como La Pelea del Siglo (Mayweather-Pacquiao) y ni siquiera fue La Pelea de la Cartelera.
No lo hizo. Su arrogancia pudo más. "Él es el p... amo". Y lo dejó claro cuando "bendijo" a Berto, peleador del vulgo que para colmo ha perdido tres de sus últimas seis presentaciones.
Pero esta vez las personas no mordieron el anzuelo. Primero, porque pocos creen (yo tampoco) que la pelea del sábado 12 de septiembre sea su despedida como boxeador profesional. Ya una vez salió del retiro (entre 2007 hasta 2009) y que reincida no sorprendería a nadie. Y segundo, porque faltan apenas tres días para la contienda en el MGM Grand de Las Vegas y todavía hay más de 2 mil asientos disponibles.
¿Le importa a Mayweather Jr.? No parece. En conferencia de prensa, dejó clara su postura con relación al poco interés de la gente en la pelea: "no importa a quien escoja, siempre la gente me criticará. Así que nadie está obligado a ver la pelea".
Esa no es más que otra muestra del carácter del púgil de Grand Rapids. Él impone sus condiciones, gústele a quien le guste y pésele a quien le pese; a esta altura del juego no va a cambiar. Aunque la cartelera sea un fracaso siempre tendrá a mano la excusa de su dinero. (Según la revista Forbes ha amasado una fortuna de 589 millones en los últimos cinco años y eso le convierte en el deportista mejor pagado).
Los grandes "perjudicados" en este pulso serán los púgiles que integran el resto de la cartelera. Ser parte de las veladas protagonizadas por Floyd siempre resultó atractivo y una excelente vitrina; esta vez no lo será. A nadie le motiva pelear en un recinto semivacío.
Es una verdadera lástima. Hay varios duelos que sí prometen salvar la noche para aquellos que pagaron el boleto al MGM Grand de Las Vegas y los valientes que se dignen a soltar el billete por el Pague por Ver (64.95 dólares por la señal en SD y 74.95 en HD).
Mayweather erró, pero quienes no se equivocaron fueron los que completaron la cartelera que cierra el multimillonario vínculo del Money Man con Showtime, por seis peleas y más de 200 millones de dólares. Ellos fueron al seguro al convocar a los actores de reparto.
Apostaron a la rivalidad deportiva entre México y Puerto Rico, una de las más grandes en la historia del boxeo. Así garantizan el interés del público de ambas nacionalidades.
Primero el excampeón del mundo Johnny González (58-9-0, 49 KOs) enfrentará a Jonathan Oquendo (25-4-0, 16 KOs). Y luego el monarca súper pluma (130 libras), Román 'Rocky' Martínez (29-2-2, 17 KOs), le dará la revancha a Orlando 'Siri' Salido (42-13-2, 29 KOs), a quien le arrebató la faja de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) que hoy presume.
Como coestelar colocaron al sueco Badou Jack (19-1-1, 12 KOs) frente al británico George Groves (21-2-0, 16 KOs). En disputa estará el cinturón súper mediano (168) del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) que Jack le quitó sorpresivamente en abril a Anthony Dirrell (28-1-1, 22 KOs).
Con la presencia de dos europeos en una pelea titular se asegura también que personas del otro lado del Atlántico presten atención a una cartelera que está sentenciada al fracaso.
Mi consejo: vaya a bar donde pasen la cartelera, disfrute un par de cervezas mientras ve los combates de respaldo y luego, tras escuchar el veredicto del pleito Groves-Jack, regrese a casa. Le puedo asegurar que la pelea estelar no sirve.