Es posible que muchos fanáticos de los Rockies de Colorado ni siquiera conocieran a Tony Wolters hasta esta noche.
Con su hit de oro en el principio del decimotercer episodio, Wolters se convirtió en un héroe improbable, que salvó al equipo de la eliminación en el juego de los comodines por segundo año consecutivo.
Los Rockies vencieron 2-1 en 13 innings a los Cachorros de Chicago y serán los rivales de los Cerveceros de Milwaukee en una de las series divisionales de la Liga Nacional.
Una cadena de disparatados cambios dobles realizados por el manager Bud Black le abrió las puertas del partido en el duodécimo inning al tercer catcher de Colorado, quien entró en reemplazo de Drew Butera.
Una entrada más tarde, disparaba el batazo más importante de su vida, un sencillo ante Kyle Hendicks que remolcó desde tercera a Trevor Story para romper un agónico empate a una carrera.
Lo de Black con sus decisiones mantuvo a los seguidores del equipo al borde del infarto.
Le pidió la pelota en el séptimo capítulo, después de dos outs y con corredor en primera, al abridor Kyle Freeland, de extraordinaria labor, lo cual estuvo a punto de costarle el juego.
Es cierto que el joven zurdo salió a trabajar con sólo tres días de descanso, pero este es un partido que hay que jugarlo como si fuera el séptimo de la Serie Mundial, sin mañana.
Y estas son las cosas que no pueden medirse ni con las estadísticas tradicionales, ni con la sabermetría.
El muchacho tenía el coraje y la voluntad de seguir para defender su juego y ya tenía la entrada en dos outs.
Ahí Black realizó el primero de sus cambios dobles, al sustituir a Freeland, que solamente tenía 82 envíos, por Adam Ottavino, además de enviar Butera detrás del plato, en lugar de su receptor titular, Chris Iannetta.
El primer envío de Ottavino fue desviado, inalcanzable para Butera, para poner a Albert Almora Jr. en la intermedia.
El relevista transfirió a Willson Contreras y Butera cometió un imperdonable error, por una interferencia que permitió al emergente Tommy La Stella embasarse, para llenar las almohadas, aunque la amenaza no pasó de ahí al poncharse Jason Heyward para el tercer out.
A pesar del susto del séptimo capítulo, Black abrió el octavo con el mismo Ottavino, quien permitió hit de Anthony Rizzo, sustituido como corredor emergente por el veloz Terrance Gore.
Para eso lo pusieron: salió inmediatamente al robo de segunda y Butera ni siquiera hizo el intento por disparar. Desde allí anotó por cañonazo de Javy Baez para empatar las acciones.
Y en esos dobles cambios, debilitó el manager además la ofensiva de Colorado, al sacar del juego en el noveno a su jardinero central estrella y primer bate Charlie Blackmon.
Para los Cachorros, campeones de la Serie Mundial del 2016, ya comenzaron las vacaciones.
Los Rockies siguen adelante y a juzgar por lo visto este martes, se pronostican muchos sufrimientos en Colorado por las estrategias de Black ante unos Cerveceros que se ven demasiado sólidos.