Agustín Canapino sigue dando pasos firmes en su camino en IndyCar. Como si no hubiera sido suficiente desafío la mudanza a Estados Unidos, pasar de correr en autos de turismo en la Argentina a poderosos coches de fórmula, competir en complejos callejeros como Long Beach; le llegó una prueba extrema: Indianápolis. El piloto de equipo Juncos Hollinger Racing participó el primer día de pruebas en el mítico Óvalo con el objetivo de llegar a las 500 Millas, que se disputarán el 28 de mayo y se verá por Star+.
Como todo novato, Canapino debía cumplir tres fases para quedar habilitado para las 500 Millas. La primera consistía en girar diez vueltas seguidas en un promedio de 205 a 210 millas por hora (329 a 337 km/h). La segunda fase: 15 vueltas de 337 a 346 km/h. Y la última, 15 ronda a más de 346 km/h de promedio. El Titán cumplió con todas.
Las dos primeras fases debía cumplirlas obligatoriamente en la tanda de novatos. Poco tardó en conseguirlo. Tanto, que en su primera salida a pista giró a fondo, tildó las dos pruebas e iba directo a la tercera. Pero no lo pudo completar porque se quedó sin nafta. El equipo Juncos Hollinger Racing no esperaban que Canapino fuera sin levantar durante tantas vueltas y debió entrar a cargar gasolina. La salida de rookies se complicó porque comenzó a llover y el argentino no pudo completar el objetivo, pero ya, con las dos primeras partes cumplidas, podía girar en el ensayo general para buscar anotar el tercer ítem. Y lo logró sin problemas.
Ya con todo cumplido y las 500 Millas en el horizonte, el tetracampeón de Turismo Carretera y bicampeón de TC 2000 se dedicó a probar, giró en pelotón y pasó autos. Cerró el día en el puesto 27 y con algunas dudas por una falla en el auto. El equipo del argentino Ricardo Juncos sacó la caja del auto y la llevó al taller (está enfrente del circuito de Indianápolis) para revisarla. Además, para la segunda jornada de pruebas, que se desarrollará este viernes y se verá por Star+, el equipo le cambiará el motor, como ya estaba previsto.