Los rumores sobre la llegada del neerlandés al equipo inglés comenzaron con la convulsión interna que vivió Red Bull el año pasado y habría ¡1.000 millones de libras en danza! El arribo de Adrian Newey y Honda el team verde puede ser la llave.
Una denuncia contra Christian Horner, la posibilidad de la salida de Helmut Marko en medio de la convulsión, un auto que claramente perdió rendimiento en la segunda mitad del año, un padre que no se calla nada y que no duda de tirarle nafta al fuego, la salida del gurú detrás de todos los éxitos, un motor a futuro que es una incógnita… Todo ese combo vivió Red Bull en 2024 y Max Verstappen, su estrella absoluta y con contrato vigente hasta 2028, empezó a sonar como posible piloto en otros equipos. Hubo algunos coqueteos con Toto Wolff y Mercedes que no llegaron a buen puerto y el otro lugar que se metió en el runrún es Aston Martin.
El terremoto en Milton Keynes comenzó antes del arranque del Mundial 2024, cuando una empleada denunció a Horner, el director, por supuesta conducta inadecuada. En el medio de la investigación interna se filtraron supuestos chats del inglés con la mujer y algunos señalaron a Jos Verstappen, el padre de Max, como quien podría haber desparramado esos archivos. El esposo de Geri Halliwell fue absuelto, pero en el medio hubo rumores sobre la salida de Marko, asesor ejecutivo y hombre fuerte del equipo. Max avisó que, si el austríaco abandonaba el barco, él se iba el bote salvavidas. Finalmente, la sangre no llegó al río y todo continuó, bajo el manto de los éxitos. El neerlandés ganó siete de las diez primeras fechas del año pasado y la mugre se guardó debajo de la alfombra.
Pero llegó el fuerte bajón del RB20. Las actualizaciones no caían bien en el chasis del Toro y Verstappen se pasó diez carreras sin ganar, mientras la amenaza llamada Lando Norris y McLaren crecían. Para muchos, la salida de Adrian Newey, el genio detrás del diseño y desarrollo de todos los modelos de la casa austríaca, era el motivo. El memorable triunfo de Max en San Pablo, dando una cátedra de manejo y talento, sentenció el título que se apoyó en aquel arranque avasallante. El cuarto título en fila del neerlandés fue el colofón de un año en el que no alcanzó al equipo para ganar en Constructores. ¿Y para 2025?
En la previa de la última temporada del efecto suelo en la F1 (en 2026 habrá nuevo reglamento técnico de chasis y motores) se espera que la discusión adelante la encabecen McLaren y Ferrari. “Red Bull necesita construir un coche que sea más predecible en todas las condiciones. Si miras a la segunda mitad de 2024, no puedes ser optimista para 2025. Red Bull acaba de fracasar en hacer el coche consistentemente rápido. ¿Por qué debería serlo este año?”, disparó Jos, el papá de Max, en declaraciones F1-Insider. Y por si alguna duda quedaba, el excompañero de Michael Schumacher tiró un poco de combustible a la fogata: “¿Si Max se puede ir de Red Bull? Puede quedarse si le ve sentido. Su objetivo sigue siendo ganar carreras. Si siente que esto ya no es posible en Red Bull, entonces un cambio no está descartado". Chan.
Red Bull encara en 2025 su última temporada en alianza con Honda como proveedor de motores. Para 2026, el equipo de las bebidas energizantes será impulsado por motores propios, desarrollados en el Red Bull Powertrains en una sociedad con Ford. El rendimiento es una incógnita y Verstappen quiere asegurarse de estar en un auto potencialmente ganador, como avisó papá Jos. En el medio de todo este berenjenal, habría aparecido Aston Martin con la suculenta billetera de Lawrence Stroll con una oferta despampanante: ¡1.000 millones de libras!
El medio Daily Mail inglés fue el que publicó la existencia de ese posible ofrecimiento para Max. De hecho, la publicación agrega que Jefferson Slack, estrecho colaborador de Stroll, estaría buscando inversores que se sumen el equipo afirmando que el tetracampeón se sumará a sus filas. El vínculo sería por cinco años, a 200 millones por temporada, una cifra bastante más grande que los 50 que actualmente suma en Red Bull.
Lawrence Stroll, el papá de Lance, se metió en la F1 con un solo objetivo: ganar. Con un patrimonio de 3,9 billones de dólares (ocupa el puesto 812 en el ranking Forbes) no dudó en contratar a los mejores técnicos e ingenieros para hacer de Aston Martin un equipo que luche por el título. Por ahora no lo consiguió, pero la gran apuesta es el nuevo reglamento de 2026. Para eso, se llevó a Newey (cobrará 20 millones de libras por año) y cerró filas con Honda. La combinación del genio inglés y la marca japonesa fue parte de la base fundamental del éxito de Max en F1. Si a eso se le agrega una suculenta oferta y Red Bull comienza 2025 detrás de McLaren y Ferrari…
Por ahora, desde Aston Martin niegan la versión que publicó Daily Mail y en Milton Keynes se dedican a trabajar para darle un auto a su estrella con el que se sienta a gusto y continúe hasta 2028 en sus filas. Esta historia continuará.