Una buena vuelta a la calma al terminar cada entrenamiento no suele estar en la lista de prioridades de la mayor parte de los deportistas. Sin embargo, un correcto "enfriamiento", realizado de forma progresiva y prolija reducen los riesgos de lesiones y hacen posible que puedas seguir entrenando al día siguiente sin molestias y con mayor rendimiento.
Por un lado, ocurre que durante el ejercicio en el cerebro circula la sangre, con preferencia de modo primario en piernas y brazos. Por lo tanto, si nos detenemos de golpe, la sangre queda en las extremidades lo que deja momentáneamente al cerebro sin la suficiente cantidad de sangre. Por eso ante estas situaciones es muy común sufrir mareos y confusión luego de la actividad física. Por otra parte, en el corazón podría ocasionar latidos cardíacos irregulares, lo que le traería aparejados serios problemas.
Además, si detenemos el ejercicio abruptamente las consecuencias serán músculos endurecidos o acortados y con una buena cantidad de residuos metabólicos, por lo que es sumamente necesario terminar con estiramientos musculares para relajarlos y no sentir espasmos o dolores. Ante todo, esto, una buena vuelta a la calma facilita el retorno de la sangre al corazón y previene su acumulación en las extremidades, pudiendo ser nuevamente reoxigenada y bombeada a los órganos vitales y al cerebro. También ayuda a la relajación física y mental y disminuye la tensión a lo largo de todo el cuerpo e incrementa la flexibilidad de los músculos y el radio de movimiento de las articulaciones, permitiendo el mejor aprovechamiento de todos los ejercicios realizados.
La vuelta a la calma consiste en realizar ejercicios de forma suave, con baja intensidad, durante un tiempo determinado, de manera que tu cuerpo elimine la mayor parte posible de residuos metabólicos (ácido láctico), sin generar nuevos. ¿Cómo se hace? de una manera muy parecida a la entrada en calor, solo que en la parte final del entrenamiento. Luego de realizar tu rutina, corre a ritmo alto durante 20 a 30 segundos, para después trotar muy suave o caminar durante un minuto. Repite esta secuencia tres veces, y después estira bien tus gemelos isquios, flexores de la cadera y cuádriceps.
¿Cuánto tiempo le dedicas a la vuelta a la calma?