Si bien puede haber discusiones y puntos de vista sobre los porcentajes, nadie duda que la nutrición es para nuestro cuerpo aún más importante que la actividad física. Por lo tanto, de poco servirá que te exijas al límite entrenando sistemáticamente si a la hora de alimentarte lo harás de forma deficiente o utilizando alimentos de mala calidad nutricional. En este sentido, y si bien el tema es extremadamente amplio, una regla básica está en elegir alimentos lo menos procesados posible, que estén en su estado natural o muy cerca de ello. Entre este grupo podemos encontrar a la avena, un cereal cuyo grano se comercializa arrollado, dejándolo en finas hojuelas que pueden consumirse inclusive sin cocción, solamente hidratándose previamente.
La avena contiene más de un 16% de proteínas de calidad, lo cual es un aporte récord para un cereal. Además, la combinación de la avena con diferentes alimentos, mejora aún más su proporción de aminoácidos, aproximándose a la ideal para el organismo. Por ejemplo, la adición de leche o leche de soja complementan perfectamente la calidad de la proteína de la avena, con todos los aminoácidos necesarios para el organismo. A su vez es el cereal con mayor porcentaje de grasa vegetal. El 65% es de ácidos grasos insaturados y el 35% de ácido linoleico (este último de carácter esencial para el organismo). También, por su tipo de fibra soluble la avena posee la característica de hincharse al combinarse con líquidos, lo cual favorece la sensación de saciedad y como ya se ha mencionado, y promueve el aumento paulatino del azúcar en la sangre. También esta fibra soluble, presente en mayor medida en el salvado de avena (específicamente el Beta-glucano que es el principio activo), es responsable de reducir los niveles sanguíneos de colesterol HdL, conocido como colesterol malo.
Como todo cereal, es rico en hidratos de carbono: contiene un 66%, que además es de absorción lenta y de fácil asimilación. Esto significa que esta clase de carbohidratos proporcionan energía durante mucho tiempo después de haber sido absorbidos por el aparato digestivo, evitando la sensación de fatiga y decaimiento que suele experimentarse cuando el cuerpo reclama glucosa nuevamente (hipoglucemia).
Por todo lo mencionado anteriormente la avena es un verdadero alimento funcional para los runners. Consumida en el desayuno, previamente a los entrenamientos o en momentos posteriores puede proporcionarnos beneficios fisiológicos, más allá de lo estrictamente nutricional.
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