En el posteo de ayer hablamos de los diferentes tipos de pisadas y analizamos en detalle una de ellas: la neutra. Hoy veremos el caso de la pisada pronadora cuya la característica principal consiste en un derrumbamiento hacia la zona interna del pie. Se da cuando al correr nuestros tobillos tienden a girar hacia dentro. Es bastante común, de hecho es una amortiguación natural con la que se defiende el cuerpo. En otras palabras, la pronación es un efecto fisiológico y necesario con el que el pie disipa parte de la carga que recibe en cada paso para adaptarse a las irregularidades del terreno. Si no fuera por ese movimiento pronatorio nuestros pies sufrirían lesiones. No obstante, se dice que un runner es pronador cuando imprime fuerza exagerada hacia el interior durante la pisada, fácilmente comprobable por un desgaste de la suela en la cara interna, aunque no siempre se detecta así ya que es más evidente cuanto más peso tenga el corredor. En este caso, el tobillo sufre con un giro más pronunciado de lo normal para adaptarse al terreno o a la velocidad de la carrera. Cuando esa pronación está aumentada por encima de los parámetros fisiológicos, en ese caso hablamos de corredor pronador.
Con el uso frecuente y con la cantidad de kilómetros corrido en general las zapatillas se van deformando hacia sus lados internos, especialmente cuando el calzado deportivo carece del diseño y materiales específicos para corregir o paliar esta alteración. Como el movimiento de giro o rotación interna del tobillo se da en exceso, además de colapsar de más la bóveda plantar, la pierna también es torcida excesivamente promoviendo a que la rodilla se salga de su alineación normal con respecto a la pierna hacia abajo, y con respecto al muslo hacia arriba. Por este motivo cuando no se controla con calzado adecuado o plantillas correctoras esta alteración es la generadora de una gran cantidad de lesiones en los corredores. Es decir, esta alteración se considera como tal cuando el eje del talón (la línea sobre el calzado) pierde su perpendicularidad con respecto al suelo, describiendo un ángulo menor a 90°. Aproximadamente entre un 50%-60% del total de los runners padece algún grado de sobrepronación.
En el posteo de mañana veremos el otro caso, es decir el de la pisada supinadora.
¿Conoces sus características?