Después de 20 años de un romance lleno de triunfos, la NFL vio la separación de la dupla head coach-quarterback más exitosa de todos los tiempos.
Las carreras de Bill Belichick y Tom Brady tomaron rumbos diferentes, ya no compartirán vestidor, y ahora serán rivales que competirán por el orgullo, por demostrar quién puede salir victorioso sin el otro.
En el 2000, los New England Patriots apostaron por esta mancuerna, eligiendo a Belichick como su nuevo head coach y seleccionando en la sexta ronda, en el turno N° 199, a Brady. Quizá nunca imaginaron lo fructífera que sería esta pareja, la cual los llevaría a la gloria en varias ocasiones.
Ambos lo ganaron todo, como clavadistas olímpicos sincronizando sus saltos para obtener la calificación perfecta, dominando el deporte y esperando que alguien les diera batalla. Pero ahora todo será diferente. Bill seguirá al frente de los Pats y Brady comandará el ataque de Tampa Bay Buccaneers.
¿Quién sacará a flote el orgullo y tendrá una mejor temporada?
BELICHICK, GANADOR COMO ASISTENTE, PERDEDOR COMO HEAD COACH
Bill Belichick inició su carrera como asistente en diversos equipos, pero logró estabilidad cuando llegó a New York Giants, equipo en el que fungió como asistente defensivo y coach de equipos especiales, hasta que en el ’85 fue promovido a coordinador defensivo por el head coach Bill Parcells. Con Belichick en el puesto, los Giants ganaron el Super Bowl XXI y el Super Bowl XXV.
Fue en 1991 cuando Belichick recibió su primera oportunidad como head coach con Cleveland Browns. Estuvo al frente por cinco temporadas y solo en 1994 tuvo un récord ganador (11-5). En los playoffs de ese año, Cleveland se impuso por 20-13 en Ronda de Comodines a New England, irónicamente, y cayó contra los Pittsburgh Steelers 29-9 en Ronda Divisional.
En 1996, llegó su primera etapa con el equipo de Foxborough, nuevamente como asistente de Parcells y el equipo llegó al Super Bowl XXXI, el cual perdieron contra Green Bay Packers. Belichick siguió a Parcells como asistente para los New York Jets, del 1997 a 1999, y había sido elegido para convertirse en head coach de este equipo, pero decidió dar un paso atrás y tomó, en su lugar, los controles de los Pats en el 2000.
BRADY, DE RESERVA A LEYENDA
Brady tuvo que atravesar el infierno para poder tocar la gloria en el Olimpo. Durante sus primeros dos años en la Universidad de Michigan fue un quarterback de reserva, casi no tuvo minutos en el campo y necesitó ayuda para no claudicar. Demostró fuerza mental y perseverancia, lo que le permitió mostrar un gran nivel en sus últimas dos temporadas universitarias, en las que sumó 380 pases completos de 618 intentos para 4,644 yardas con 30 pases de anotación y tres touchdowns por la vía terrestre.
Fue así que llegó el Draft 2000 de la NFL, en el que él y su familia esperaban que fuera seleccionado en la segunda o tercera ronda, pero fue hasta la sexta en que Belichick y compañía decidieron seleccionarlo. Fue una espinita que se le quedó clavada en el corazón y, posiblemente, algo que lo ayudó a tratar de siempre demostrar que es el mejor, no importando en qué ronda haya sido elegido.
El mismo Brady y su familia han narrado lo terrible que fue aquel draft, el sufrimiento que sentían al escuchar los nombres de otros mariscales, menos el de Tom. Pero el tiempo, su talento y la guía de Belichick lo convertirían en el mejor quarterback de la NFL, una leyenda.
LA GLORIOSA ERA BRADY-BELICHICK
Brady y Belichick llegaron juntos al Super Bowl en nueve ocasiones y ganaron seis (XXXVI, XXXVIII, XXXIX, XLIX, LI y LIII), clasificaron a playoffs en 17 temporadas y quedaron fuera en dos (2002 y 2008). En el 2002 Brady fue el mariscal titular, pero su récord no fue suficiente para tener su lugar en la postemporada; mientras que, en el 2008, Brady sufrió una lesión en el primer partido y se perdió el resto de la campaña.
Con estos números, podríamos pensar que, sin Brady, Belichick y los Patriots no hubieran ganado todo lo que consiguieron juntos, pero el coach ha demostrado ser un genio en algunas jugadas que le permitieron colgarse la gloria al equipo de Massachusetts.
Uno era el encargado de armar el plan de juego y el otro se encargaba de ejecutarlo, ambos hacían su trabajo a la perfección.
Con su separación, nos surge las siguientes preguntas: ¿a quién le irá mejor? ¿Podrán triunfar el uno sin el otro?
RESPUESTA A LA GRAN INTERROGANTE
Belichick tiene el reto de encontrar al sustituto de Brady --difícilmente alguien llenará sus zapatos a corto plazo--, pero las siguientes dos o tres temporadas serán fundamentales para ver la selección y evolución de los quarterbacks. Está demostrado que Belichick es un genio para elegir a sus jugadores, muchos de ellos han sido fuera de las primeras tres o cuatro rondas, incluso fuera del draft y se han convertido en piezas fundamentales.
Pero después de 19 temporadas con Brady, quien también fue guía de los mariscales novatos, es momento de tomar decisiones importantes, si bien el equipo ya tiene una estructura sólida, les falta quien tome el mando y lo haga de gran forma. Como ya escribí con anterioridad, hay una baraja de opciones para Patriots. El tiempo nos dirá cuál es la que elijan y si será la mejor.
Por su parte, Brady contará con un buen equipo de receptores, comandados por Chris Godwin y Mike Evans, además de la guía de un muy buen entrenador como es Bruce Arians.
Tampa Bay fue la ofensiva que más yardas por aire obtenía por partido en promedio y la cuarta con más puntos por partido. Tienen un equipo bien estructurado que podrían tener un boom con la llegada de Brady.
Brady es una persona muy orgullosa y querrá demostrar que puede guiar a otro equipo a la gloria, lo cual es muy factible con la organización que hay en Tampa Bay. Por su lado, el reto es más difícil para Belichick y Pats.
Así que es Brady quien tiene las de ganar con un gran coach y buenos receptores. En la batalla por el orgullo se inclina para el quarterback.