Los equipos de la liga promedian 24.7 puntos anotados por partido, que representan la cifra más alta desde 1961
Luego de haber sido maltratados por los Cleveland Browns con casi 500 yardas y seis touchdowns, aunque terminaron rescatando la victoria en un emocionante duelo de ida y vuelta, el apoyador estelar de los Baltimore Ravens, Matthew Judon, lo resumió muy bien.
"Así es el fútbol americano", comentó después del triunfo de Ravens, 47-42 el 14 de diciembre. "Si le das el tiempo suficiente a una buena ofensiva [rival], ellos regresan y anotan".
Esa es la NFL en el 2020, en la que ninguna ventaja está a salvo, ningún margen es lo suficientemente amplio y los récords ofensivos son rebasados semana tras semana en una temporada que se enfila a ser la más prolífica en cuanto a puntos anotados en un siglo de fútbol americano profesional.
Las razones para la oleada ofensiva son varias. El periodo virtual entre temporadas dificultó la creación de defensivas más unidas. La ausencia de aficionados en las tribunas favoreció a los quarterbacks visitantes. Los cambios en las reglas que parecían relajarse en cuanto a las faltas ofensivas mientras castigaban más las interferencias de pase defensivas solo sirvieron para facilitar las anotaciones. Los entrenadores que le apuestan a un enfoque analítico fueron más agresivos que nunca en jugadas de cuarta oportunidad, creando poco espacio para las defensivas que lograban frenar el ataque o dando a las ofensivas una oportunidad extra.
Todo esto ha llevado a que los equipos promedien 24.7 puntos por partido rumbo a la Semana 17, más de un punto arriba del récord de la NFL de 23.4 establecido en el 2013 e incluso ligeramente superior que la temporada con la mayor cantidad de puntos en la ahora desaparecida AFL (24.5 puntos por juego en 1961).
Otro enfoque tiene que ver con la calidad de los lanzadores. Hasta hace poco la liga batallaba para encontrar quarterbacks competentes, pero esa tendencia ha terminado.
Ahora que los equipos de la NFL adoptan cada vez más los conceptos ofensivos que han proliferado en el fútbol americano universitario, los quarterbacks novatos tienen mayores posibilidades de adaptarse más pronto y brillar, como lo evidencia Justin Herbert, que con Los Angeles Chargers ha impuesto un récord para novatos con 28 pases de touchdown esta temporada.
Herbert no está solo en la lista de lanzadores de 25 años o menos, en la cual Patrick Mahomes, Josh Allen, Deshaun Watson, Lamar Jackson y Kyler Murray están teniendo un éxito casi inmediato.
El aumento de quarterbacks más jóvenes también significa contar con una mayor cantidad de lanzadores que tienden a salir de la bolsa de protección, lo que ha llevado a la NFL a superar de antemano el récord de yardas terrestres de quarterbacks con 8,754 yardas y 118 touchdowns por esa vía. Esa cifra supera por más de 3,000 yardas el total registrado en el 2010, el año previo a la llegada de Cam Newton a la NFL, y 38 touchdowns más que el máximo previo en una temporada, que fue el año pasado.