Un vistazo al interior de la organización para entender cómo se deterioró la relación entre Indy y su corredor estelar
WESTFIELD -- El enorme y lujoso autobús estaba estacionado de modo adyacente al campo de prácticas, a la sombra del poste de gol de campo norte en el Grand Park Sports Campus.
Era el sábado por la mañana, y los Indianapolis Colts recibían a su afición más numerosa para el campamento de entrenamiento de la semana. El propietario Jim Irsay trajo consigo un autobús lleno de amigos y asociados, quienes salieron del vehículo decorado con una pintura personalizada que incluye logos de los Colts.
Luego, comenzó en realidad el espectáculo.
Un empleado de los Colts fue enviado para llamar al corredor Jonathan Taylor para reunirse en privado con Irsay sobre el camión, todo con cientos de espectadores presentes. Los dos hombres conversaron por una hora antes de que Taylor regresara con sus compañeros sobre el campo de prácticas.
Mientras tanto, los Colts --incluyendo al quarterback Anthony Richardson, recluta N° 4 global en abril pasado-- intentó ofrecer una muestra de entretenimiento a los aficionados allí reunidos. Pero, el drama que se desarrollaba fuera del campo en esta noche rivalizaba con cualquier cosa que sucediera entre las líneas.
Al poco tiempo de la conclusión de la reunión, la noticia se filtró de que el corredor había solicitado ser traspasado. Taylor, quien está en el año final de su contrato de novato, ha estado frustrado por la falta de una extensión contractual. Pero, también quedó ofendido por los desacuerdos relacionados a cómo se han llevado sus lesiones, de acuerdo a fuentes múltiples.
Una disputa ha estado cocinándose toda la semana, con Irsay refutando a los corredores que creen que la posición está subvalorada, y algunos agentes acusando de mala fe. Más tarde, dijo a ESPN que no hablaba de Taylor. El agente de Taylor, Malki Kawa, respondió con la aseveración de que mala fe es no pagarle al mejor jugador ofensivo. Fue una pelea dramática y pública en una relación que comenzó con los Colts ascendiendo en el orden de selecciones vía canje para tomar a Taylor N° 41 global en el Draft 2020 de la NFL.
Taylor recompensó al equipo con una campaña de novato de 1,169 yardas. A eso le siguió una marca de la franquicia con 1,811 yardas terrestres para liderar a la liga en el 2021. Taylor se convirtió en el mejor jugador ofensivo de los Colts en tres campañas, sus 33 touchdowns desde 2020 ubicándolo solo por detrás del estelar de los Tennessee Titans, Derrick Henry.
Todo eso ayuda a explicar por qué la actual situación de Taylor ha sido tan sorpresiva. La disputa entre Taylor y los Colts amenaza con ensombrecer todo lo demás que sucede con el equipo, incluyendo la contratación del head coach Shane Steichen y el reclutamiento de un potencial quarterback franquicia, y en camio suma otro obstáculo en el camino de un club que intenta encontrar dirección después de una campaña de 4-12-1.
Ahora subsisten, sobre todo, preguntas: ¿Cómo procederán los Colts? ¿Puede la relación con Taylor ser arreglada? Y, sobre todo, ¿cómo un equipo y su emocionante estelar de 24 años de edad se enredaron en una pelea tan fea y tan pública?
LUEGO DE LA PRÁCTICA DEL sábado, a Steichen se le preguntó cómo lidia con la saga de Taylor.
"Mi obligación como el head coach es dirigir al equipo de fútbol americano", expresó. "Tengo a muchos tipos que debo dirigir y alistar para jugar. Es como lidio con eso".
Irsay se unió a los reporteros sobre el campo unos minutos después de charlar con Taylor. Se trata de un ritual de campamento de entrenamiento, que él se reúna con medios locales para hablar de su emoción por la campaña. Pero, esta vez, la sesión de preguntas y respuestas de Irsay, de 14 minutos, tocó sobre solo un tema: Taylor.
La disponibilidad ante medios de Irsay encendió aún más la situación. Mientras intentaba reafirmar el punto de que ningún individuo es más que la organización, hizo un comentario que algunos tomaron como irrespetuoso para su jugador estelar.
"Si me muero esta noche y Jonathan está fuera de la liga, nadie nos va a echar de menos", expuso Irsay. "La liga sigue. Lo sabemos. La National Football [League], no importa quién viene y quién va. Es un privilegio ser parte de ella y ahora es tiempo para que nosotros hagamos nuestro trabajo como organización".
Menos de una hora más tarde, la solicitud de canje de Taylor --que se había hecho días antes, según fuentes-- se hizo pública.
Aunque Irsay dijo que no canjearía a Taylor, la idea no ha sido totalmente desechada en el complejo de los Colts, de acuerdo a fuentes múltiples, quienes dijeron que Taylor se mantiene firme en su deseo de jugar para alguien más.
Dos ejecutivos de la liga dijeron a ESPN que creen existe un mercado para Taylor. Pero, la lista de equipos que podrían estar interesados no es larga, dijeron, y eso podría limitar la compensación que podrían esperar los Colts.
Por supuesto, Taylor jugando para los Colts en el 2023 sigue siendo una posibilidad. El equipo tiene la ventaja porque está bajo contrato.
Taylor está actualmente en la lista de los imposibilitados para practicar por problemas físicos, lo que significa que no está entrenando, pero el corredor suplente Deon Jackson, uno de los amigos más cercanos de Taylor, recalcó que la situación de Taylor no ha impactado al vestidor ni la sala de reuniones.
"Él viene a trabajar todos los días", manifestó Jackson. "Está en las reuniones, es muy participativo. Es la misma persona que siempre ha sido. Nada ha cambiado. ... Simplemente ha sido un compañero muy leal".
EL linebacker Zaire Franklin, respondiendo a una publicación de un aficionado en redes sociales el miércoles, defendió a Taylor de una caracterización negativa.
"¿Por qué creen los fanáticos que está bien atacar a tu jugador favorito por querer proveer para su familia?", preguntó Franklin en redes sociales. "¿Eso te hace mala persona?".
CUANDO REPORTÓ TAYLOR al campamento de entrenamiento, los Colts notaron un cambio en su actitud, de acuerdo a fuentes múltiples.
El nivel de ira de Taylor por su situación sorprendió con la guardia abajo a los Colts, de acuerdo a varias fuentes, quienes dijeron que Irsay y Chris Ballard, gerente general, quedaron particularmente sorprendidos.
Seguro, el jugador ha estado buscando una extensión de contrato, y los Colts no han hecho ninguna promesa de ofrecerla. Taylor no estaba contento con ello, pero conocía la situación cuando arribó el 25 de julio.
Mucha de la amargura de Taylor se originó de una petición del equipo para que Taylor retornara a Indianapolis antes del campamento de entrenamiento para que el cuerpo médico lo pudiera evaluar, de acuerdo a fuentes múltiples. El club lo vio como una petición razonable, según fuentes, después de que Taylor se sometiera a un procedimiento menor en el tobillo el pasado 25 de enero. Fue una intervención mínimamente invasiva donde se hicieron incisiones pequeñas para remover desprendimientos. Se esperaba que Taylor tuviera recuperación total entre unas cuantas semanas y un mes.
Pero, Taylor vio con sospecha la petición, de acuerdo a fuentes. Creyó que se trataba de un esfuerzo por presionarlo a volver al campo para el arranque del campamento de entrenamiento, a pesar de su postura de que necesitaba más tiempo de recuperación.
Taylor había jugado lastimado en el 2022 antes de ser colocado en la lista de reservas lesionados en diciembre por temas con el tobillo. Primero, sufrió la lesión el 2 de octubre en el cuarto partido de un duelo ante los Titans, y ese perdió los dos cotejos siguientes.
Los siguientes dos meses se convirtieron en una serie de reinicios y paradas para Taylor, al tiempo que regresó a la alineación solamente para lastimarse el tobillo dos veces más. Taylor estaba jugando lesionado para un equipo que pasó la segunda mitad de la campaña cerca del fondo de las posiciones en la AFC. En una victoria sobre Las Vegas Raiders del 13 de noviembre, Taylor participó en 61 jugadas, el 94 por ciento de las 65 jugadas ofensivas de su equipo.
El desempeño de Taylor la temporada pasada, cuando estuvo jugando lesionado a menudo, no está ayudando a su persecución de una extensión de contrato que él cree haberse ganado.
Ballard prácticamente lo confirmó la semana pasada.
"El mercado está donde el mercado está", describió. "Pero, habiendo dicho eso, como siempre les he dicho, le pagas a los buenos jugadores. Le pagas a los tipos que te van a ayudar a ganar, sin importar la posición. Todos tenemos en alta estima a Jonathan. Desafortunadamente, no tuvimos una gran campaña como equipo y él viene de una lesión".
Sumando otra capa de complejidad está la declaración de una fuente del equipo de que Taylor se quejó cuando reportó al campamento de un dolor en la espalda y rigidez en el tendón de la corva, temas que podrían o no estar relacionados con el tobillo, con el equipo asumiendo la postura de que Taylor se pudo haber lastimado cuando no se encontraba bajo la vigilancia del club. La idea de colocarlo en la lista de lesiones no relacionadas al fútbol americano podría poner en peligro el salario base de Taylor para el 2023.
Fuentes múltiples indicaron que tal movida ahora parece improbable. Mientras tanto, Taylor negó cualquier problema en la espalda con una publicación en redes sociales el domingo por la tarde. Los desacuerdos que vienen por la lesión de Taylor sumaron combustible a una situación ya contenciosa.
Pero, la negativa del equipo de presentar una oferta de contrato ayudó a marcar el tono.
Taylor se frustró cada vez más con el panorama de los corredores a lo largo de la liga durante el transcurso del receso de temporada. Vio a otros corredores de primera línea como Saquon Barkley y Josh Jacobs recibir la etiqueta de jugador franquicia, pero no extensiones a largo plazo.
Taylor había sido uno de los jugadores con menor probabilidad de decir algo controversial en el vestidor de los Colts, pero habló en junio respecto al estado financiero de los corredores.
"Ustedes ven por qué los chicos solicitan sus canjes", declaró. "Ellos simplemente desean sentirse valorados, no solamente por sus coaches, sus compañeros de equipo, sino la organización, también".
Taylor sabe que le puede esperar un destino similar al de Barkley y Jacobs, y recibir la designación de jugador franquicia al tiempo que se acerca a la agencia libre del próximo año. Eso severamente limitaría su movilidad como agente libre, y posiblemente resultaría en que deba jugar en Indianapolis por un año más en el 2024.
Irsay dijo a ESPN la semana pasada, "Cuando llega tu tiempo de ser recompensado, entonces eres recompensado".
A PESAR DEL PLEITO, Irsay dijo que todavía ama Taylor: "Creemos que es lo máximo como persona, como jugador". Esa admiración nació el 24 de abril del 2020, durante la segunda vuelta del draft.
Los Colts contaban con el turno N° 44, así que hubo muchos escenarios que hubieran podido prevenir que se quedaran con su elegido. Por eso, con tres turnos antes de que llegara la selección de los Colts, decidieron que habían visto suficiente.
Era momento de ir por Taylor.
Ballard fue atraído por la durabilidad de Taylor en Wisconsin (nunca se perdió un partido como colegial) y la propensión a las jugadas explosivas. El hecho de que Ballard tuvo su inicio en el fútbol americano en Wisconsin, donde alguna vez fue un asistente-estudiante bajo la leyenda Barry Alvarez, era un bono.
Ahora, con los Houston Texans, Cleveland Browns, Jacksonville Jaguars y Chicago Bears merodeando entre los turnos 40 a 43, el grupo de Ballard empezó a sentir urgencia.
"Estamos preocupados de que llegue Tampa antes", se pudo escuchar a un visor en un video detrás de cámara publicado por el equipo.
"Jacksonville es una preocupación", admite otro. "Están ofreciendo [al corredor Leonard] Fournette".
Absorbiéndolo todo estaba Irsay, caminado de ida y vuelta en silencio. Finalmente, habló.
"Digo, yo no dejaría pasar a Taylor", compartió con Ballard. "Has estado hablando de él, Chris".
Fue el empujón que necesitaba Ballard. Los Colts aceptaron la oferta de los Browns para intercambiar turnos de segunda ronda a cambio de la selección de quinta vuelta de Indianapolis, Con ello, el corredor All-American se convirtió en parte de los Colts.
La felicidad se apoderó de la organización. Irsay, en particular, estaba emocionado.
"¡Vamos horseshoe [herradura]!", gritó. "¡Vamos! ¡Llévalo a casa, Taylor!"
Solo tres años más tarde, se siente como historia antigua.